Vigilar el teletrabajo gracias a los detectives privados

La pandemia desatada por el COVID-19, impulsaría sin lugar a dudas el teletrabajo. Es por ello que millones de personas a nivel global en estos actuales momentos, trabajan desde sus casas de manera digital. Esta nueva forma de trabajo, ha hecho que cada día sean contratados más detectives privados para que realicen investigaciones, para así controlar a los trabajadores de miles de empresas a nivel mundial.

En ese sentido, los detectives privados han señalado que la mayoría de los seguimientos que deben realizar a diario, tratan en su mayoría de teletrabajadores. Estos detectives agregan, que ellos son contratados por las empresas privadas para realizar un debido seguimiento a sus trabajadores en cuanto a su rendimiento laboral.

Es necesario señalar, que las empresas antes de la pandemia, siempre han buscado los servicios de los detectives privados; sobre todo en el caso donde los trabajadores hayan sido dados de baja laboral, y los mismos se encuentren trabajando en otra empresa (transgresión de la buena fe contractual).

Entre los casos puntuales negativos, que han arrojado las investigaciones de detectives privados a ciertos trabajadores, se encuentran:

• Clientes que han expresado sentirse mal atendidos por los trabajadores.
• Quejas de algunos trabajadores, donde estos han tenido que asumir el trabajo de otro que ha bajado su rendimiento.
• Terceras personas que han visto al trabajador frecuentando locales comerciales, en horas laborales.
• Trabajadores de una determinada empresa, que realizan trabajos para otras empresas de la competencia, dentro del horario laboral.

Comprobar cuarentenas o vigilar aforos, entre los nuevos encargos

Entre los casos específicos que han tenido que atender los detectives privados, referentes al teletrabajo, se encuentra el de una empresa que deseaba comprobar el caso de un trabajador que habría enviado al padre para que informara a  esta empresa, que había dado positivo por COVID-19, y que debía guardar la cuarentena respectiva. Debido a ello, la empresa decide investigar la situación a través de un detective privado, el cual descubrió que el trabajador no estaría guardando la cuarentena, y además se estaba dedicando a atender un negocio digital familiar de ventas.

Otro caso puntual, es el caso de una pareja de divorciados, donde uno de los progenitores (madre), decide contratar un detective privado para comprobar si su hijo se encontraba guardando la cuarentena, ya que había dado positivo por COVID-19, y por esta razón no podía efectuar las visitas acordadas judicialmente. Esta investigación realizada por el experto descubriría que no solo no tenía el virus, sino que además se habría ido de viaje con su padre a otra localidad, a visitar a sus abuelos, y allí saldrían al parque a jugar sin guardar ningún tipo de restricción.

Expresan los detectives expertos, referentes a investigaciones en aforos en hotelería o locales comerciales, que los casos al respecto han sido pocos. Los más solicitados han sido las investigaciones con respecto a custodias de menores, y además se ha dado un incremento en el caso de investigaciones de personas desaparecidas, muy a pesar de la pandemia.

Las mascarillas, ¿ventaja u obstáculo?

Afirman destacados detectives privados, que la manera de trabajar en las respectivas investigaciones, no ha sufrido ningún cambio notable en la actualidad. Lo único a destacar al respecto es el uso de la mascarilla, lo que lejos de ser un impedimento para realizar las investigaciones, ha sido una ventaja ya que ha ayudado a estos a no ser identificados mediante los rasgos faciales. Sin embargo refieren, que si ha representado un enorme obstáculo para reconocer de forma visual al objetivo investigado. Agregan estos, además, que en determinadas ocasiones ha sido infructuoso el ejecutar trabajos de vigilancia y seguimiento, ya que la afluencia de personas en las calles ha sido casi nula; esto ha supuesto un riesgo para los detectives, ya que han sido más fáciles de detectar en sus funciones. Sin embargo han expresado que han podido cumplir sus funciones normalmente, salvo ciertos inconvenientes.