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La responsabilidad civil es la obligación que tiene toda persona de pagar por los daños y perjuicios que cause en otra persona o en un patrimonio ajeno. Esta intenta asegurar a las víctimas de los daños causados, la reparación de los mismos, así como el restablecimiento del equilibrio y una vuelta al estado de las cosas previo al daño.
Si quieres saber cuáles son los tipos de responsabilidad civil, su origen y ejemplos, ¡sigue leyendo! A continuación, te lo contamos.
Ya hemos mencionado qué es la responsabilidad civil. Esta es la obligación de responder a los actos que se han realizado, personalmente o por otras personas, que han causado daños. Y existen tres elementos fundamentales de los que se compone:
Existe quien hace el daño y quien lo padece. Quien hace el daño será quien se encargue de responder, civilmente, del daño o perjuicio causado.
Un daño personal, material o bien un incumplimiento contractual. Los efectos de este daño recaerán sobre una persona o sobre un patrimonio.
Es imprescindible comprobar que existe una relación causa-efecto entre los actos de la persona responsable y los daños sufridos.
El origen de esta puede ser de dos tipos:
Existe un contrato en el que se recogen las sanciones posibles que se van a imponer, cuando una de las partes no haga frente a sus obligaciones.
No existe un contrato previo donde se recojan los daños y perjuicios.
Un ejemplo de responsabilidad civil extracontractual es si un conductor causa un accidente que perjudica a terceros, aunque podría pensarse que es contractual por un contrato previo entre aseguradora y cliente.
Y es que entre los conductores implicados no hay ningún tipo de relación y, por tanto, de acuerdo previo.
Sería diferente, y por tanto se consideraría responsabilidad civil contractual, si el responsable del accidente tiene que hacer frente al coste del siniestro, está cubierto por una compañía aseguradora con la que ha pactado previamente las particularidades.
El responsable del daño causado es quien tiene que restituir el bien lesionado o reparar el perjuicio ocasionado. Cuando esto no sea viable, ni la restitución ni la reparación, habrá que hacer una indemnización.
Además, en nuestro ordenamiento jurídico existen dos principios que se aplican en estos casos:
Esta determina que el patrimonio del responsable tiene que cumplir una obligación. Si, en este momento, no tiene los recursos necesarios para hacerlo, para pagar su culpa, quedará obligado a pagar en el futuro para satisfacer el daño.
El responsable tiene que dejar las cosas en el estado en que estaban antes del daño ocasionado, antes de la intervención. Es por esto que se prefiere la restitución y la reparación, antes que la indemnización. La indemnización incluye lo siguiente:
Existen muchos tipos. Algunos de ellos son:
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