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Las estafas de Internet o estafas online son aquellos fraudes que llevan a cabo delincuentes informáticos en línea. Y es que cada vez pasamos más tiempo utilizando esta herramienta, ya sea informándonos, en redes sociales o consumiendo diversas plataformas.
Un estudio (Informe Digital 2021) asegura que en 2020 aumentó un 4% el tiempo que cada día se pasaba en Internet. Y, si los niveles se mantienen a lo largo de 2021, los usuarios de todo el mundo llegarán a la cifra de 12 billones de horas al año. Esto equivale a invertir 1.300 millones de años en línea.
Es por ello que necesitas saber qué tipos de estafas existen en las redes, para estar alerta y evitarlas. A continuación, te contamos las más habituales.
Esta expresión informática hace referencia al conjunto de técnicas que buscan engañar a la víctima para conseguir información personal confidencial. El término phishing proviene de una variación del verbo fishing en inglés (pescar). Metafóricamente, el usuario malicioso pescará a sus víctimas.
¿Cómo lo consiguen? Se hacen pasar por una persona, empresa o servicio de confianza. De esta manera, la víctima confiará en el delincuente y será manipulada para hacer o contar cosas que no quería inicialmente. Por ejemplo, dar nuestra contraseña o cuenta bancaria.
Además, como todo, esta técnica ha evolucionado. Antes eran más sospechosos, por faltas de ortografía, una redacción ambigua… Pero ahora los mensajes son más sofisticados, siendo más fácil caer en la trampa.
Algunos ejemplos de phishing son aquellos correos que se hacen pasar por el Gobierno, por un banco o por Netflix. Con sus logos, tipografías, correos y páginas web aparentemente oficiales, a primera vista podemos pensar que se trata de sitios oficiales.
Esta técnica consiste en el envío de un SMS a la víctima por parte de un ciberdelincuente. Fingirá ser una red social, un banco o una institución pública, para así robar información privada o hacer algún cargo económico.
Lo más habitual es un mensaje de texto que invita al usuario a acceder a un enlace, llamar a algún número de tarifa elevada, etc. En definitiva, es como el phishing pero única y exclusivamente vía sms.
En caso de que el smishing sea a través del correo electrónico y no del SMS, se le llama spoofing.
Malware es cualquier programa o software malicioso que lleva a cabo acciones que dañan en un sistema informático intencionadamente y con el desconocimiento del usuario. Esto se consigue por las debilidades que hay en los móviles, ordenadores y tablets, en sus hardware y software.
Dentro del malware, encontramos el ransomware. También conocido como “secuestro de datos”, consiste en restringir el acceso a algunos archivos del sistema operativo infectado o a determinadas partes de este. Una vez lo ha hecho el delincuente, pide a la víctima un rescate a cambio de quitar esta restricción.
Este tipo de estafa es más peligrosa que el phishing o smishing, ya que puede afectar a naciones enteras, mientras que las otras solo desestabilizan individualmente.
En resumen, el ransomware es un secuestro de equipos y de datos, a través de un software dañino. Este encripta archivos y los vuelve inaccesibles para los usuarios.
El fraude llamado SIM-swapping consiste en la duplicación o en la suplantación de la tarjeta SIM. Si nos duplican nuestro número de teléfono, podrán usurpar nuestra identidad. Esto lo consiguen mediante la ingeniería social.
Teniendo nuestro número, es fácil acceder a las formas de autenticación de identidad que son utilizadas por instituciones bancarias o correos electrónicos.
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