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¿Has comprado un caballo que no cumple tus expectativas o tiene defectos ocultos?

Te contamos qué hacer en esta situación, ya que puedes conseguir la resolución del contrato en los 40 días posteriores a la entrega.

Legesthorse Actualizado: 15 de diciembre de 2022 Publicado: 1 de marzo de 2022

Si estás pensando en comprar un caballo, ¡estás de suerte! En este artículo, resolveremos algunas dudas muy comunes al dar el paso. Por ejemplo, ¿qué ocurre si has comprado un caballo que no cumple tus expectativas? O, ¿qué pasa si el animal tiene defectos ocultos? Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

¿Por qué comprar un caballo?

Las razones por las que comprar un caballo son muy variadas: puedes competir con ellos, tenerlos de mascota, utilizarlos en terapias para tratar diferentes dolencias… Y es que, cabe destacar que tener un caballo es muy beneficioso para todos por sus especiales características. 

Esto se debe a que, en primer lugar, es un ser vivo, lo que te da la posibilidad de crear un vínculo que no se puede imitar. Además, lo verás crecer, algo muy gratificante. También es una forma de cuidar el medio ambiente, ya que no daña la naturaleza, sino todo lo contrario. ¿Qué hay más eco friendly que un caballo?

Eso sí, debes asegurarte de que vas a proporcionarle unos mínimos al animal, como espacio, tiempo, cuidados, compañía, alimento y las intervenciones médicas que necesite. 

¿Qué errores debemos evitar cuando compramos un caballo? 

Comprar un caballo puede ser algo complicado, ya que no lo hacemos todos los días. Es por ello que hay que tener en cuenta una serie de errores que no podemos cometer al hacer la compra. ¿Cuáles son? ¡Te los contamos!

  • En primer lugar, puede ser un error comprar un caballo sin experiencia, sobre todo si buscamos un caballo para equitación. Es cierto que un caballo sin experiencia será más barato, pero si no tenemos ni idea de cómo domarlo, puede ser peor. Al fin y al cabo, ¡lo barato sale caro! 
  • Rechazar un caballo porque no es tan joven como nos gustaría es un error, ya que los caballos mayores aportan confianza, seguridad y experiencia. Cuando los animales son muy jóvenes, no solo habrá que domarlos, sino que también tendremos que preocuparnos por su actitud y comportamiento.
  • Si estás pensando en comprar un caballo para un niño pequeño, no compres un potro o un caballo joven. Aunque parece una idea muy emotiva, lo cierto es que los potros apenas dan seguridad, y lo último que queremos es que los niños sufran montando a caballo.
  • Evita comprar caballos en subastas y las compras compulsivas.
  • Muchos compradores evitan hacer pruebas veterinarias a los caballos, sean jóvenes o mayores, porque puede ser algo caro. Pero, aunque parezca un gasto grande, en el futuro se puede hacer mayor. En definitiva, lo ideal es hacer todas las pruebas necesarias, tan exhaustivas como sea posible.

Consejos para hacer una buena compra

Hemos hablado de los errores a evitar cuando compramos un caballo pero, ¿qué recomendaciones seguir? Comprar un caballo no es igual que comprar una prenda de ropa, hay que seguir un proceso más exhaustivo:

  • Infórmate sobre caballos y cómo cuidarlos. Estudia acerca de su salud, los primeros auxilios en caso de que sean necesarios, sus peculiaridades y un largo etcétera. Años atrás resultaría difícil informarse de un tema como es el mundo ecuestre, pero a día de hoy tenemos la información, literalmente, al alcance de nuestra mano. No busques centros por el precio, sino por las prestaciones y condiciones en que tengan a los caballos.
  • Déjate asesorar por los profesionales, por ejemplo, por profesores de equitación. Ellos sabrán más sobre el tema y podrán recomendarte uno u otro caballo en función de sus características y de tus necesidades. Pero, más importante, déjate asesorar por un abogado especializado en derecho equino (que también lo encontrarás como derecho ecuestre o hípico).
  • Conoce la legislación local que hace referencia a los animales en custodia, sobre todo la que se refiera a caballos, en caso de haberla. Si lo compras en el extranjero, atiende a la legislación internacional que se aplique.
  • Acude a un veterinario para hacer un reconocimiento del animal, en el que se le hará un examen clínico lo más exhaustivo posible.
  • Paga el caballo después de comprobar que el animal cumple con las expectativas, llegando a un acuerdo con el dueño. Sobre todo, firma contratos que contemplen todas las eventualidades que puedan producirse tras la compra del animal.

¿Qué ocurre si el caballo no cumple tus expectativas o tiene vicios ocultos?

Es cierto que uno de los consejos es pagar el caballo tras comprobar que el animal cumple con las expectativas. Para ello, lo habitual es dar una parte del dinero pactado, dejando el resto para un tiempo después, una vez podamos garantizar que el caballo es realmente como buscamos. 

Pero esto no siempre se cumple. Bien sea porque estamos muy seguros de nuestra elección, porque es un chollo, porque nos lo han vendido estupendamente… Puede suceder que el caballo no cumpla con nuestras expectativas, pero también puede ocurrir que el animal tenga vicios ocultos. 

Aunque, ¿qué son vicios ocultos? Los vicios ocultos, también conocidos como defectos ocultos o vicios redhibitorios son los defectos que puede tener una cosa (en este caso, un animal), que es objeto de compraventa, y que no son reconocibles cuando se entrega (en la compraventa del caballo).

Cuando el animal presenta un defecto oculto o no cumple con nuestras expectativas, tendremos que acreditar la existencia del vicio y probar que este tuvo su origen antes de la fecha de venta. Si esto se consigue, se pone en marcha la resolución de contrato, es decir, el contrato dejará de tener efecto.

Los vicios ocultos están recogidos en el Código Civil, y hay que añadir a la definición dada previamente, que si el comprador supiera de esos vicios redhibitorios, no hubiera comprado el animal o, en todo caso, hubiera pagado un menor precio. En otras palabras, el contrato de compraventa no se hubiera llevado a cabo si estos defectos fueran conocidos al principio.

Hemos dicho que es el comprador quien tiene que demostrar que el defecto del caballo existía con anterioridad a la venta, por ejemplo, una enfermedad. Pero hay una excepción, que se da cuando el caballo muere en los tres días posteriores a la compra. En este caso, se presupone la existencia de vicios ocultos, sin necesidad de ser probados por el comprador. 

Otro aspecto relevante a tener en cuenta son los plazos para la presentación de la demanda por defectos ocultos, que es de 40 días naturales que comienzan a contar desde que se entrega el caballo, a no ser que exista un contrato que establezca cuál va a ser el uso del animal y regule estas situaciones.

Por eso, tu firma es extremadamente necesaria y recomendable, especialmente desde que, en España, los animales vivos han salido de la legislación de protección a los consumidores.  

Legesthorse

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