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Consejos para detectar si un niño está recibiendo amenazas o acoso

En este artículo, te ofrecemos algunos de los mejores consejos para detectar lo antes posible los síntomas del acoso o amenazas en el entorno de los más pequeños. Definimos el concepto de acoso, las señales más evidentes y el uso de comunicación como herramienta contra ello.

Vigiola Abogadas Publicado: 11 de enero de 2024

En la era dominada por la tecnología, el ámbito de la existencia digital trae consigo una forma discreta de maltrato e intimidación, que a menudo pasa desapercibida a simple vista. Profundizaremos en la comprensión de los signos o indicadores reveladores a los que se debe estar atento al intentar fomentar canales eficaces de comunicación entre padres e hijos.

1.¿Cuándo es acoso?

A fin de determinar si un menor está siendo acechado o presionado, es necesario entender la raíz de lo que significa el acoso. El hostigamiento se define por conductos constantes y planificados que tienen el objetivo de dañar, intimidar o generar ansiedad en otro individuo. En el caso de los menores, esto puede manifestarse de diversas maneras, como la agresión física, el hostigamiento en internet, la violencia verbal, el acoso sexual y otras más.

El hostigamiento está lejos de ser únicamente un desacuerdo esporádico o una simple travesura. Repasa la sucesión de acontecimientos que poseen un efecto dañino en la existencia del menor. Estas actividades pueden incluir lanzar amenazas, propagar calumnias, separarlos en la sociedad, intimidarlos de manera física o virtual y desvelar particularidades privadas o disgraciosas sin el consentimiento.

2.Señales de acoso o amenazas

1.Cambios en el comportamiento

Una de las señales reveladoras de que un niño está siendo acosado es una alteración perceptible en su comportamiento. Pueden exhibir una mayor introversión, nerviosismo u hostilidad. Además, sus logros académicos y sus interacciones con sus seres queridos y compañeros pueden sufrir transformaciones notables.

2.Problemas emocionales

Los niños que son objeto de acoso pueden enfrentar una multitud de desafíos emocionales, que incluyen sentimientos de ansiedad, desaliento, temor e ira. Estos jóvenes pueden presentar indicios de melancolía duradera o respuestas emocionales injustificadas ante circunstancias mundanas.

3.Problemas físicos

Los problemas físicos también pueden surgir como resultado del acoso, y abarcan dolencias como dolores de cabeza, dolores de estómago o alteraciones en los patrones de sueño. Estas aflicciones corporales posiblemente podrían ser una expresión externa del estrés y la ansiedad que soportan las personas debido al acoso.

4.Retirada de actividades

Un niño que experimenta el tormento del acoso puede encontrarse alejándose de las actividades que alguna vez le brindaron alegría. Las cosas que antes le gustaban, como la escuela, las actividades extracurriculares o incluso las interacciones sociales, pueden convertirse en vías que evita para eludir la presencia de sus torturadores.

5.Cambios en las relaciones sociales

Es de suma importancia observar atentamente los cambios que se producen en las relaciones sociales de un niño. Es posible que experimenten la pérdida de amistades o encuentren desafíos al intentar formar nuevas conexiones. Además, pueden verse excluidos intencionalmente de diversas reuniones sociales o de participar en actividades grupales.

6.El acto de perder las pertenencias o el dinero 

Es desafortunado que algunas personas que se involucran en el acoso escolar recurran a robar los artículos personales de un niño o el dinero ganado con tanto esfuerzo como parte de su comportamiento hiriente. Por lo tanto, resulta crucial que permanezcamos alerta y prestemos atención a cualquier desaparición inexplicable de nuestras posesiones o finanzas.

Consejos para detectar si un niño está recibiendo amenazas o acoso

7.Cambios en el uso de las tecnologías

Cuando un niño está siendo sometido a acoso online, es muy probable que sus patrones de uso de la tecnología sufran modificaciones. Podrían comenzar a adoptar un enfoque más encubierto en sus actividades en línea, borrando sus cuentas de redes sociales o incluso absteniéndose por completo de utilizar dispositivos electrónicos.

8.Señales físicas

El acoso, en ocasiones, puede dejar una marca visible en sus víctimas. Estas marcas pueden tomar la forma de hematomas, rasguños o heridas, pruebas concretas del daño físico sufrido por el niño.

3.Comunicación entre padres e hijos

Garantizar la seguridad de un niño en medio del acoso o las amenazas es sólo el paso inicial. El quid de la cuestión reside en establecer un entorno de diálogo abierto y eficaz entre padres e hijos, abordando así el problema en cuestión y brindando un apoyo inquebrantable. Para cultivar dicha comunicación, aquí hay algunos consejos que se deben considerar:

1.Cree una atmósfera enriquecedora donde florezca la confianza

Asegúrese de que su hijo se sienta cómodo al expresarle sus preocupaciones. Escuche atentamente sin emitir juicios y absténgase de reaccionar con ira o incredulidad.

2.Indagar abiertamente 

Plantear preguntas abiertas sobre sus experiencias a lo largo del día, sus compañeros y su estado emocional en relación con el colegio. Abstenerse de presentar preguntas cerradas que requieran únicamente respuestas afirmativas o negativas simples.

3.Reconozca y afirme sus emociones

Asegúrese de que su hijo comprenda que sus sentimientos son legítimos y que usted está ahí para ofrecerle ayuda. Abstente de restar importancia a sus preocupaciones.

4.Establecer límites online

Es importante establecer límites para las actividades en línea de su hijo. Vigile de cerca su uso de la tecnología y establezca pautas firmes con respecto a las redes sociales y la mensajería en línea. Es fundamental fomentar la comunicación abierta con su hijo y hacerle saber que siempre puede comunicarse con usted si encuentra algún caso de acoso cibernético.

5.Fomente el desarrollo de la empatía

Inculcando en su hijo un profundo aprecio por el valor de comprender y respetar a los demás. Ayúdelos a comprender el profundo impacto que sus palabras y acciones pueden tener en quienes los rodean.

Es de suma importancia poder reconocer cuando un niño se encuentra en una situación en la que puede estar en peligro o enfrentando acoso. Este reconocimiento juega un papel crucial para garantizar que su estado emocional y mental permanezca intacto. Comprender los indicadores y las señales que apuntan hacia el acoso, junto con una comunicación abierta y efectiva entre padres e hijos, puede realmente tener un impacto profundo en la vida de un niño que se enfrenta a tales circunstancias. La seguridad y el apoyo brindados por los padres son componentes vitales para ayudar a los niños a triunfar sobre el acoso y desarrollar su fortaleza emocional.

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