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Cómo proteger tu empresa frente a impagos: herramientas legales a tu alcance

Protege tu empresa frente a impagos mediante contratos claros, revisión de solvencia, reclamaciones legales y opciones como mediación, arbitraje o seguros de crédito

AGEFI Publicado: 20 de septiembre de 2024

El control de impagos está entre los más importantes problemas que tienen muchas compañías, en particular, pequeñas y medianas (pymes) y personas físicas. La no percepción por parte de los clientes de los pagos puede poner en riesgo la salud financiera de una compañía, influenciando su capacidad de aumento de ingresos y liquidez. Debido a eso, es fundamental estar al tanto de las herramientas jurídicas disponibles para cuidar a tu compañía de clientes en situación de morosidad y disminuir los riesgos que tiene por impagos.

En el artículo explicaremos las primordiales tácticas y métodos legales que es posible utilizar para resguardar tu compañía de impagos, que van desde la utilización de contratos inteligentes hasta los métodos legales.

1. La importancia de los contratos para prevenir impagos

Preservar a tu compañía frente a adeudos es una labor esencial para garantizar su subsistencia y desarrollo. Tenir contratos que estén bien escritos, llevar un control de la salud financiera de tus clientes y conocer las herramientas jurídicas disponibles para demandar a tu debt es fundamental para disminuir los riesgos. Además, pensar en métodos como la mediación, el arbitraje o el seguro de crédito puede complementar la protección de tu compañía y garantizar la consistencia de tu compañía a lo largo del tiempo.

1.1. Cláusulas esenciales para prevenir impagos

A la hora de redactar un contrato, es importante incluir cláusulas específicas que ayuden a proteger a tu empresa:

  • Plazos de pago claros: Indica de manera explícita cuándo se debe realizar el pago. Los plazos pueden variar según el acuerdo, pero deben quedar bien definidos en el contrato.
  • Penalizaciones por retraso: Incluir cláusulas de penalización por retraso en el pago puede servir de disuasión. Estas penalizaciones pueden ser en forma de intereses moratorios o cargos adicionales.
  • Anticipos o pagos fraccionados: En proyectos de larga duración o con importes elevados, es recomendable solicitar un anticipo o realizar pagos fraccionados. Esto te permite mantener un flujo de caja constante y reducir el riesgo de impago total.

1.2. Garantías de pago

Otra forma efectiva de reducir el riesgo de impago es incorporar garantías de pago en el contrato:

  • Avales: El cliente puede proporcionar un aval bancario o personal que garantice el pago en caso de incumplimiento.
  • Pagarés o letras de cambio: Estos documentos representan compromisos de pago con fechas específicas y pueden facilitar la reclamación en caso de impago.

2. Monitorización de la solvencia del cliente

Además de los contratos, es crucial realizar un seguimiento de la solvencia de tus clientes. Saber si una empresa o un particular tiene problemas financieros puede ayudarte a tomar decisiones informadas antes de iniciar una relación comercial.

2.1. Informes de solvencia

Utilizar servicios de informes de solvencia te permite conocer el estado financiero de tus clientes. Existen agencias de información crediticia que ofrecen datos sobre posibles impagos anteriores, deudas acumuladas o situaciones de insolvencia de las empresas.

2.2. Cláusulas de revisión de solvencia

Incluir en tus contratos una cláusula que te permita realizar revisiones periódicas de la solvencia del cliente puede protegerte en caso de que su situación financiera empeore. De esta manera, puedes renegociar los términos de pago o exigir garantías adicionales.

Cómo proteger tu empresa frente a impagos: herramientas legales a tu alcance

3. Acciones legales ante impagos

Si a pesar de todas las medidas preventivas, un cliente incumple el pago, es necesario actuar con rapidez y conocer los procedimientos legales a seguir para reclamar la deuda.

3.1. Reclamación extrajudicial

El primer paso antes de acudir a los tribunales es intentar una reclamación extrajudicial. Se trata de un intento amistoso de resolver el conflicto, enviando una carta de reclamación de pago. Esta debe incluir:

  • Detalles del importe adeudado.
  • El plazo máximo para realizar el pago.
  • Consecuencias legales en caso de que no se efectúe el pago.

Esta vía es más rápida y menos costosa que un procedimiento judicial, por lo que se recomienda intentar llegar a un acuerdo.

3.2. Juicio monitorio

Si la reclamación extrajudicial no surte efecto, puedes iniciar un procedimiento monitorio. Este procedimiento es rápido y económico y está diseñado específicamente para reclamar deudas de carácter dinerario. Algunos de los requisitos para iniciar un juicio monitorio son:

  • La deuda debe ser líquida, vencida y exigible.
  • Debes contar con un documento que acredite la deuda (factura, contrato, etc.).

El juzgado enviará un requerimiento de pago al deudor, que deberá pagar o presentar alegaciones en un plazo de 20 días. Si el deudor no responde, se procede al embargo de bienes.

3.3. Procedimiento judicial ordinario

Si el juicio monitorio no es aplicable o el cliente presenta oposición, deberás acudir a un procedimiento judicial ordinario. Aunque este proceso es más largo y costoso, te permite reclamar deudas más complejas o de mayor cuantía. Dependiendo de la cantidad reclamada, puedes iniciar:

  • Juicio verbal: Para deudas menores de 6.000 euros.
  • Juicio ordinario: Para deudas superiores a 6.000 euros.

3.4. Embargo de bienes

Una vez que obtengas una sentencia favorable, si el deudor sigue sin pagar, puedes solicitar el embargo de bienes. El juzgado se encargará de localizar y embargar bienes del deudor para cubrir la deuda, como cuentas bancarias, propiedades o salarios.

4. Mediación y arbitraje como alternativas

En algunos casos, las alternativas extrajudiciales como la mediación o el arbitraje pueden ser una solución más rápida y eficiente para resolver conflictos por impagos.

4.1. Mediación

La mediación es un proceso en el que un mediador neutral ayuda a las partes a llegar a un acuerdo. Este proceso es menos formal que un juicio y suele ser más rápido y económico.

4.2. Arbitraje

El arbitraje es otra opción extrajudicial en la que un árbitro toma una decisión vinculante sobre el conflicto. Es más rápido que un procedimiento judicial, aunque tiene un coste asociado. Es recomendable incluir una cláusula arbitral en los contratos para poder recurrir a este mecanismo en caso de conflicto.

5. Seguros de crédito: una protección adicional

Por último, una opción interesante para proteger a tu empresa frente a impagos es contratar un seguro de crédito. Estos seguros cubren el riesgo de impago de tus clientes, lo que te permite mantener la estabilidad financiera en caso de que algún cliente no cumpla con sus obligaciones de pago.

Conclusión

Proteger a tu empresa frente a impagos es una tarea fundamental para garantizar su viabilidad y crecimiento. Contar con contratos bien redactados, realizar un seguimiento de la solvencia de tus clientes y conocer las herramientas legales disponibles para reclamar deudas son pasos clave para minimizar los riesgos. Además, considerar alternativas como la mediación, el arbitraje o el seguro de crédito puede ofrecer una protección adicional y asegurar la estabilidad de tu negocio a largo plazo.

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