Historia de la ebanistería: ¿qué es y en qué se diferencia de la carpintería?
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Las cubiertas son estructuras de cierre superior que tienen diferentes funciones de cerramiento exterior. Las edificaciones se plantean como espacios cubiertos, por lo que un elemento imprescindible es la cubierta.
Las cubiertas están formadas por numerosos componentes, ya que es importantísimo cuidar el sistema estructural de las mismas: correas, vigas, pilares estructurales así como de cierre, anclajes, canalones, falso techo y un largo etcétera.
Pero, ¿cuáles son las funciones de las cubiertas? Es cierto que hemos dicho que son fundamentales en las edificaciones que han de ser cubiertas pero, ¿por qué? Las cubiertas protegen y aíslan, pero también tienen una función de estanqueidad muy importante, que es la capacidad de impedir que entren partículas del exterior en el interior del edificio, como agua, polvo o, incluso, aire.
Además, una de sus funciones es la impermeabilidad, con lo que evita que entre agua en la construcción. Al fin y al cabo, la cubierta es lo que más protegido tiene que estar de la lluvia. La impermeabilidad se conseguirá con la geometría de la misma, su pendiente y materiales.
En otras palabras, la cubierta debe estar totalmente cerrada, tiene que presentar una pendiente adecuada para evacuar el agua y sus materiales han de ser impermeables. Por otro lado, una cubierta necesita ser resistente a su propio peso, pero también a las posibles sobrecargas de uso, de nieve…, y no podemos olvidarnos de hacerla resistente al viento.
También debe tener una alta durabilidad frente a los fenómenos atmosféricos de todo tipo. ¡Mejor prevenir que curar! Por último, pero no por ello menos importante, una buena cubierta tiene que ser aislante, a la temperatura, así como a los ruidos.
Pero, ¿todas las cubiertas son iguales? Lo cierto es que no, ya que algunas potencian más una función que otra, tienen otras necesidades por la zona en que se encuentran o están hechas para usos diferentes…
Es por ello que encontramos, ni más ni menos, que 10 tipos de cubiertas, ¿cuáles son? Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
La cubierta a dos aguas, también conocida como tejado a dos aguas, es un clásico en la construcción de edificaciones. Lo encontramos desde las civilizaciones griegas y romanas, puesto que se trata de un tipo simple y eficaz.
La cubierta a dos aguas no es otra que la que pintan los niños cuando dibujan una casa, aunque es cierto que en la actualidad la arquitectura moderna utiliza otros materiales y estilos para actualizar este tipo de tejado.
Se trata de un diseño simple y funcional, adaptable y fácil de construir. Además, toda la cubierta y la fachada suelen formar una unidad, sin elementos de ruptura, así que dan la sensación de continuidad que muchas veces buscamos en los edificios.
Por lo general, los materiales son los mismos en la fachada y la cubierta, cada vez con más frecuencia son naturales y sostenibles. Son perfectos cuando buscamos simetría y cuando queremos ocultar los canalones.
La cubierta o tejado a cuatro aguas también es muy común en las construcciones. Tiene cuatro faldones o, lo que es lo mismo, cuatro superficies inclinadas, que descienden desde el centro del tejado hasta las cuatro paredes de la vivienda.
Se trata de un tipo muy simple, en el que se pueden incorporar muchos matices de diseño. Además, si son tan comunes en la arquitectura desde hace muchos años, es por ventajas: permiten eliminar el agua fácilmente, dejando actuar a la gravedad por sí sola; y funcionan perfectamente independientemente del viento que predomine, puesto que tiene faldones en todos los lados de la fachada.
El tejado de gabletes holandés o cubierta holandesa es el que tiene un hastial en la parte superior de un tejado a cuatro aguas, entendiendo hastial en construcción como la parte superior triangular.
La cubierta holandesa es tanto funcional como estética, ya que tiene las ventajas de los tejados a dos aguas y a cuatro aguas, pero su aspecto es muy especial. Además, nos transporta enseguida a otras partes del mundo, ya que tienen su origen en Flandes, en el siglo XVI y fueron tendencia, posteriormente, en las viviendas campestres de Reino Unido, en el siglo XIX.
Este tipo de tejado también es a dos o cuatro aguas, pero tiene dos alturas con diferentes pendientes. La inferior será más pronunciada que la superior. Otra manera de conocer esta cubierta es por tejado francés, ya que se popularizó en Francia a partir del siglo XVII.
Actualmente, encontramos la cubierta con faldones de mansarda en todas partes del mundo, ya que es una estructura que ofrece mucho espacio, además de seguridad, revestimientos interiores y un buen sistema de impermeabilización.
La cubierta plana es la cubierta horizontal. Se diferencian de las demás porque, sobre este tipo de cubiertas, las personas pueden pasear. No solo transitar, también colocar maquinaria.
Algo curioso es que, si bien es cierto que en los que hemos visto hasta ahora, tejado y cubierta eran palabras sinónimas, en el caso de la cubierta plana no. El tejado plano tiene la finalidad de evacuar el agua, mientras que la cubierta plana la recoge para llevarla hasta los sumideros.
Y, ¿por qué están compuestas las cubiertas planas? Tienen un soporte estructural, un aislante térmico, una lámina impermeabilizante y una protección superior.
La cubierta abuhardillada se caracteriza por incluir ventanas en la buhardilla, la parte superior, con lo que aporta luz y aumenta el espacio útil. Las ventanas de la buhardilla sobresalen, a dos aguas, a cuatro aguas, con cubierta plana…
Las cubiertas a un agua son aquellas que solo tienen una vertiente, generalmente con una inclinación uniforme. Es ideal para las edificaciones de pequeño tamaño, además de ser fácil de construir y económica de montar.
Una de las cubiertas más modernas e innovadoras es la cubierta en mariposa, también conocida como techo en V. Se trata de un techo a dos aguas invertido, con las dos vertientes unidas en una canaleta que se sitúa en la parte inferior.
Es un diseño muy estético ya que, como su nombre indica, tiene forma de mariposa. Aporta mucha luz a las edificaciones, así como ventilación. El único inconveniente que encontramos es la forma de drenar el agua de la lluvia.
Este tipo de cubiertas también es un diseño francés que da mucho espacio extra en el ático, algo que no todos los tejados consiguen. En definitiva, esta cubierta es fundamental si buscas optimizar el espacio de tu vivienda.
La cubierta o tejado en dientes de sierra tiene diversas cubiertas de tamaño inferior, dispuestas de forma paralela y sección triangular, con un faldón más corto que, habitualmente, está acristalado.
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