¿Cómo pintar las paredes de mi casa sin morir en el intento? Las 4 recomendaciones

Pintar tu casa tiene numerosos beneficios. Tu hogar tendrá un aspecto renovado y mejorará el interior. Además, es la ocasión ideal para pasar tiempo en familia. También es el momento de decidir si quieres cambiar la estética y el estilo de las habitaciones, ¡aprovecha!

En definitiva, pintar la pared de tu casa es algo divertido y creativo, y además da mucha satisfacción por el trabajo realizado. Pero sabemos que no siempre es fácil. Es por eso que, en este artículo, ponemos el foco en cómo puedes pintar las paredes de tu casa correctamente. ¿Quieres descubrirlo? ¡Sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

Planifica

Antes de embarcarte en un proyecto de este estilo, has de saber qué vas a hacer exactamente. Así que, ¿por qué habitación vas a empezar? Si es que vas a pintar más de una, lo mejor que puedes hacer es despejar las estancias. 

En caso de que vayas a pintar varias habitaciones, lo ideal es que comiences por la más vacía, ya que podrás facilitar el movimiento y será más sencillo pintar las demás. Por supuesto, también debes preparar el material con antelación:

• Cinta de pintor
• Plástico o, en su defecto, una sábana vieja
• Masilla
• Lisa
• Espátula
• Rodillos de varios tamaños
• Cubeta para rodillos
• Pintura

Utiliza el mejor material

Un error muy habitual es decantarse por los materiales más baratos. Puede parecer rentable pero, a la larga, no lo será. Es el momento de invertir en materiales de calidad, aunque sean algo más caros.

Si eliges pintura de calidad, esta te garantiza que resistirá más en las estancias que pintemos, así que te ahorrarás capas de pintura, por no hablar del tiempo que tardamos en pintar estas capas. 

Pero el resultado no solo será mejor a largo plazo con material de calidad, sino que el proceso será más llevadero. Los materiales y las herramientas baratas hacen que el trabajo sea más costoso, acabando más cansados y, seguramente, consiguiendo peores resultados. 

Protege el espacio

No solo debemos preocuparnos por el resultado de la pared que pintamos. También tenemos que fijarnos en el espacio: los muebles, el suelo, las puertas, los rodapiés… Si no impedimos que caiga pintura en estas superficies, más adelante tendremos que limpiarlo, y no siempre es fácil. 

Por eso, lo mejor es que cubras el suelo y los muebles. Puedes utilizar un plástico o, como dijimos, una sábana vieja. Además, pon cinta en los bordes, los rodapiés, las puertas y ventanas. Así, evitarás manchar las superficies. 

Usa una buena técnica

Pintar paredes puede parecer intuitivo, pero lo cierto es que hay que utilizar la técnica adecuada para que los resultados sean los mejores. Cuando pintes con un pincel o con un rodillo, aplica la pintura, distribúyela correctamente y alísala para que el resultado sea uniforme.