Los nuevos miembros de la familia: los animales de compañía, ¡no te lo pierdas!

Tener un animal de compañía en casa es muy beneficioso, ya que reduce considerablemente los niveles de estrés, te mantiene activo, mejora el estado de ánimo, te hace compañía, es una forma de desarrollar el sentido de responsabilidad en todos los integrantes del hogar, favorece la vida social y la autoestima… En definitiva, tener una familia mejora la salud, tanto física como mental. 

Es cierto que los animales de compañía siempre han sido considerados parte de la familia, pero ahora más que nunca. Y es que desde no hace mucho, concretamente desde enero de 2022, han pasado a ser jurídicamente miembros de la familia en España. 

Pero, ¿esto qué quiere decir? ¿Cambiará algo? O, ¿por qué esta nueva medida? Estas son algunas de las preguntas más realizadas desde que salió la noticia. Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

¿Por qué? Los animales de compañía no son cosas

Sin lugar a dudas, esta es una de las preguntas que más hemos oído desde que los animales de compañía pasaron a ser miembros de la familia. La respuesta es sencilla, y es que los animales no son considerados cosas, sino seres vivos dotados de sensibilidad. 

Es por eso que se les da la consideración de miembros de la familia. De todas maneras, raro es el caso de las mascotas que no fueran tratadas como uno más en el hogar. Al fin y al cabo, hay que cuidarlos, darles atención, llevarles al médico, limpiarlos, alimentarlos y un largo etcétera, lo que los convierte en uno más. 

Pero de cara a la jurisdicción, esto no estaba tan claro. La ley veía a los animales de compañía como meros objetos con los que se podía hacer transacciones, cuando en realidad las mascotas se asemejan más a un hijo que a una casa.

La propuesta de descosificación

La medida por la que las mascotas pasan a ser miembros de la familia recibe el nombre de descosificación. Es decir, dejan de ser cosas. El origen de la propuesta tuvo lugar en 2015, cuando surgió la iniciativa de recoger firmas para que el Código Civil entendiera a los animales de compañía como seres vivos dotados de sensibilidad. 

Esta propuesta la puso en marcha el Observatorio Justicia y Defensa Animal, una organización sin ánimo de lucro que busca la promoción del conocimiento, difusión e implantación del Derecho Animal en España.

Esta entidad persigue el maltrato animal, promueve la importancia de las mejoras legales, hace campañas de sensibilización e información en los medios de comunicación, organiza conferencias y seminarios… Pero, sobre todo, pone el foco en las reformas legislativas para mejorar la situación social, política y legal de los animales. 

En concreto, la propuesta de descosificación del Observatorio Justicia y Defensa Animal, recogió más de 500.000 firmas, con lo que se demostró la importancia de las mejoras legales en el asunto.

Pero si ha llegado esta medida a España, seguramente también haya tenido que ver que la descosificación de los animales de compañía se produjo en otros países de Europa: en Austria en 1986, en Alemania en 1990, en Suiza en 2003, en Bélgica en 2009, en Francia en 2015 y en Portugal en 2017. 

Aunque también se ha llevado a cabo esta medida fuera de Europa y, curiosamente, ya en Cataluña en el año 2006.

Los cambios que supone la medida

Como hemos adelantado, la descosificación de los animales implica entender a las mascotas como seres vivos dotados de sensibilidad. Pero, ¿en qué nos afecta?

Podemos ver que esto tiene repercusión en los casos de divorcio, nulidad o separación. En estas circunstancias que se dan en los matrimonios, se establecen unas medidas, que pueden ser modificadas judicialmente o a través de un nuevo convenio. Habitualmente, para estas medidas solo se tenía en cuenta las necesidades de los hijos o, en ocasiones, el cambio de las circunstancias de los cónyuges. Pero, tras la propuesta de descosificación, el convenio se debe atender a las nuevas necesidades de los animales de compañía. 

Además, en caso de que una parte de la pareja haya maltratado o amenazado al animal de compañía como forma de violencia vicaria o de violencia de género, o para controlar o victimizar al cónyuge o a los niños, los jueces pueden establecer que la custodia sea exclusiva o monoparental, es decir, que no se compartan los hijos con quienes han perjudicado a la mascota. 

Además, los animales no podrán ser hipotecados o embargados porque, como hemos adelantado, una mascota no tiene nada que ver con una casa.