Carpintería de aluminio: descubre su evolución y ventajas

La carpintería de aluminio es la rama de la carpintería que trabaja ese material. Tiene muchas utilidades, como muebles, ventanas, persianas, puertas… Cualquier producto o accesorio que podamos dar forma. 

Para llevar a cabo estos trabajos, se utilizan distintas herramientas, pero destacamos el taladro metálico para hacer perforaciones, las tenazas para coger los metales, y el yunque. Pero la carpintería de aluminio no siempre ha sido así, puesto que tiene una trayectoria de muchos años.

¿Quieres descubrir la evolución de la carpintería de aluminio? ¡Sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

¿Cuándo comenzó la carpintería de aluminio?

La carpintería de aluminio se empezó a utilizar a principios de la década de los 60. Entonces se utilizaban perfiles confeccionados a partir de chapa doblada, también llamados plegados de chapa.

Estos son procesos en los que una pieza se transforma cuando una máquina especializada ejerce fuerza y produce una deformación sobre un eje, hasta que se consigue la forma geométrica buscada. 

Fue a partir de 1970 cuando se utilizan perfiles extrusionados, de duraluminio. La extrusión del aluminio está muy presente en el mercado actual, ya que más del 50% del mercado europeo de productos de aluminio lo conforman productos obtenidos mediante extrusión. 

Sobre todo vemos el aluminio extruido en puertas, ventanas, estructuras, muros y celosías. De todas maneras, también se utiliza en numerosas industrias, en mobiliario, en componentes de los aviones, vehículos y ferrocarriles… 

Pero, ¿en qué consiste la extrusión? Esto es dar forma a un lingote cilíndrico de aluminio, pasándolo por una abertura dispuesta. La abertura se corresponde con la sección transversal del perfil que se quiere obtener. La técnica más habitual para conseguir el perfil extrusionado es la extrusión directa.

Decíamos que es en la década de los 70 cuando cambia la carpintería de aluminio, pasando de plegados de chapa a perfiles extrusionados de duraluminio. Y, ¿qué es el duraluminio? Este es una aleación de aluminio y cobre, proveniente de Alemania, concretamente de Duren.

La primera vez que se fabricó esta aleación fue en 1909, pero no fue hasta décadas más tarde que se empezó a utilizar. El duraluminio se trabaja con deformación plástica, ya que es dúctil y maleable. 

Pese a que hemos dicho que no es hasta la década de los 60 cuando la carpintería de aluminio empieza a utilizarse en el día a día, hay antecedentes en la Antigua Grecia y en el Imperio Romano.

No obstante, se reconoce como su descubridor al físico danés Hans Cristian Oersted, quien aisló el metal por primera vez a través de un proceso químico donde utilizó una amalgama de potasio y cloruro de aluminio. 

Dificultades en la carpintería de aluminio

Si bien es cierto que la carpintería de aluminio marcó un antes y un después, ya que supuso una alternativa a la de madera y hierro, tenía fallos que a día de hoy serían impensables. Un ejemplo de estos fallos es que los primeros perfiles no tenían juntas de estanqueidad. 

Pero surgen más problemas, y es que el aluminio se caracteriza por muchas cosas pero, entre todas ellas, por su alta conductividad térmica. Cuando los perfiles de carpintería eran de madera, no estaba presente este problema. Sí lo estaba, por el contrario, cuando eran de hierro, pero el aluminio es más conductor que el hierro. 

Entonces, ¿esto es algo que tuvo solución? Afortunadamente sí, aunque no fue hasta décadas después cuando se puso en práctica: perfiles con rotura de puente térmico. Esto se hace para que no conduzca el calor.

Actualmente, podemos verlo en las ventanas de aluminio. Y es que ofrece numerosas ventajas, como son:

• Ahorro de energía
• Limitación de condensación
• Cumple con las exigencias del Código Técnico de la Edificación y el Protocolo de Kyoto

Las ventajas de la carpintería de aluminio

Si la carpintería de aluminio revolucionó la industria, es por todos los beneficios que ofrece. ¡Te los contamos!

• Es un material resistente
• Se trata de un material ligero, a la vez que estable
• Aguanta temperaturas muy altas sin deformarse o perder las propiedades que lo caracterizan
• No es un material poroso
• Impide la corrosión
• Es un buen aislante
• No requiere un complejo mantenimiento
• Se pueden elegir distintos acabados
• Es un material barato