¿Qué es un topper y por qué debes colocar uno en tu colchón?

Cuando invertimos dinero en un colchón, además del tiempo utilizado en escoger el adecuado, nos da miedo que este se estropee. Y es que, eventualmente, los colchones empeoran: se deforman por un mal uso, por falta de higiene, por un mal secado, porque la composición se degrada y pierde la firmeza, porque los muelles se han movido de sitio… 

Así que, lo mejor que podemos hacer es cuidar el colchón tanto como sea posible, con todo lo que esté en nuestra mano. Hay numerosas recomendaciones, como veremos a continuación. Pero en este artículo, ponemos el foco en el topper o funda, una solución ideal para mantener el colchón intacto a lo largo de toda su vida útil. ¿Quieres descubrir en qué consiste ese elemento? Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo! A continuación, te lo contamos. 

¿Cómo proteger el colchón?

Como hemos adelantado, los colchones pueden deteriorarse con el paso del tiempo, y conviene cuidarlos correctamente si queremos sacarle rentabilidad. Al fin y al cabo, los colchones no son baratos, y tampoco es que elegirlo lleve poco tiempo. Así que lo mejor es hacer que dure tanto como se pueda. Estas son algunas recomendaciones de los expertos para preservar correctamente el colchón:

• Airear el colchón a diario, preferiblemente por la mañana. Al quitar la ropa de cama durante, por lo menos, 20 minutos, se desprende del calor y de la humedad corporal que acumula por la noche mientras dormimos. 
• Utilizar un aspirador adecuado, mucho mejor si tiene un complemento para aspirar tapicerías. 
• Usar jabón neutro para limpiar las posibles manchas. Este tiene que estar muy diluido en agua. Además, hay que dejarlo secar por completo antes de cubrirlo de nuevo con la ropa de cama. 
• Cada tres meses, darle la vuelta. De esta manera, se evitan las deformaciones que puedan surgir por diferencias de peso y presión. Para hacer esto correctamente, hay que seguir las indicaciones del fabricante, puesto que cada colchón es un mundo. 
• Evitar los movimientos bruscos,como los saltos, tirarse de golpe, poner objetos muy pesados o punzantes, sentarse en el borde…
• No se puede enrollar el colchón, algo que se hace en ocasiones para transportarlo. Y las asas solo deberían utilizarse para colocar el colchón sobre su base y no para soportar todo el peso, ya que podrían romperse y rasgar el material del colchón.
• Utilizar un cubrecolchón o un topper, aunque son diferentes, como veremos más adelante. 

Los toppers, ¿qué son y para qué sirven?

Los toppers son capas extraíbles, gruesas, que se colocan sobre el colchón. Tiene diversos objetivos, como hacer el colchón más firme y proteger al mismo de bacterias, ácaros del polvo y humedad. Es por esto que se entiende que el topper es una versión mejorada del cubrecolchón convencional. 

Y es que el cubrecolchón de toda la vida es una fina capa que se pone sobre el colchón, bajo la sábana bajera, para proteger de las bacterias, los ácaros y la humedad. Es decir, lo mismo que el topper pero sin el valor añadido de aportar más comodidad. Es por esto que los cubrecolchones son más baratos, pero merece la pena invertir en algo mejor. 

En ocasiones, un colchón es demasiado duro, pero nos hemos dado cuenta demasiado tarde o no tenemos otra opción. ¿Cuál sería la solución? Utilizar un topper mullido que alivie los puntos de presión. Al igual que si un colchón es demasiado blando se puede compensar con un topper más rígido. 

Lo que hay que tener en cuenta es que estas capas gruesas no son la solución a un colchón viejo, sin firmeza. Es decir, los toppers no alargan la vida del colchón cuando ya es demasiado tarde, aunque sí pueden ganarle unos años de vida útil. 

Al igual que colchones, hay toppers diferentes en función de su material. Tendrás que elegir el que más cómodo te resulte y el que se adapte a tus necesidades. Hay toppers de:

• Viscoelástica
• Látex
• Lana
• Algodón
• Plumón
• Fibra