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Es muy común oír hablar de arrendador y arrendatario, sin saber de qué se está hablando. Bien, pues estas son las partes que conforman el arrendamiento, que viene a ser una relación entre dos partes contractuales.
Esta relación produce una decisión por un periodo de tiempo determinado de un bien o de un servicio. Y, a cambio, la parte que aprovecha esta posesión del bien o servicio, tendrá que hacer una contraprestación económica.
Como ya hemos comentado, el arrendamiento es una relación. Concretamente, es una relación económica. Esta incluye sus condiciones en un contrato o documento de arrendamiento.
En este contrato o documento, se recoge la identidad de las partes que intervienen, que son el arrendador y el arrendatario. Pero también se indica la cuantía económica de la operación, así como el tiempo en que esta relación económica va a tener validez.
Además, se incluyen algunas condiciones a las que se llega a través de un acuerdo. Estas pueden referirse a la destrucción del bien cedido, su deterioro, o un mal uso de este.
Lo habitual es que la contraprestación económica que da el arrendatario, se haga periódicamente, ya sea de forma mensual o anual.
Y donde solemos encontrar más arrendamientos es en el sector inmobiliario, sobre todo en el alquiler de viviendas o de locales comerciales.
El arrendador es la persona que tiene en su poder un inmueble. Aunque también puede no poseerlo, pero estar autorizado para ponerlo en alquiler, así que haría el papel de casero. Es decir, suele ser el propietario de una vivienda.
El arrendador pactará con el inquilino (el arrendatario) las condiciones del arrendamiento. Para ello, tienen que basarse en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
El propietario de la vivienda de alquiler tiene algunas obligaciones, como ofrecer una vivienda habitable, aportar un contrato de alquiler al arrendatario basándose en la normativa vigente, entregar la fianza legal si no hay daños o perjuicios, reparar las averías, pagar los impuestos como el IBI…
Del mismo modo que tiene obligaciones, tiene derechos. Estos pueden ser exigir el pago del alquiler periódicamente, recuperar la vivienda si la necesitase, desgravarse parte de la renta…
El arrendatario es aquella persona que tiene el derecho de ocupar y utilizar una vivienda en alquiler. Esta la ha tenido que alquilar del arrendador. En definitiva, el arrendatario es el inquilino de un inmueble. Al igual que el arrendador, tiene derechos y deberes.
El arrendatario tiene algunas obligaciones, como pagar la renta acordada, abonar una cantidad de dinero que será la fianza legal, devolver el inmueble tal y como le ha sido entregado…
Entre los derechos del arrendatario, encontramos poder rescindir el contrato de arrendamiento, renunciar a la adquisición preferente, recuperar la fianza, alquilar una vivienda habitable…
En resumidas cuentas, el arrendamiento sirve para establecer los derechos y las responsabilidades de las dos partes del contrato, arrendador y arrendatario.
Gracias al arrendamiento, el arrendatario podrá ocupar y usar una vivienda por un periodo de tiempo determinado. Y, por tanto, el arrendador podrá alquilar el inmueble.
Además, en este contrato económico se establecen todas y cada una de las condiciones que se tienen que cumplir por ambas partes.
Así que, a modo de conclusión, el arrendamiento sirve para que las dos partes cumplan con sus derechos y obligaciones, y se puedan reclamar aquellas que no se lleven a cabo.
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