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Un procedimiento general que suele suceder con mucha asiduidad en los ambientes corporativos es la creación y el pago de compañías comerciales. Implica seguir muchas particularidades intrincadas para eludir meterse en embuste que tienen la posibilidad de poseer consecuencias jurídicas adversas o dificultades económicas. El fin de una compañía es un procedimiento que requiere de la entrega formal de sus activos, la liquidación de sus débitos y la segregación entre copropietarios.
La liquidación de una sociedad mercantil es un proceso legal mediante el cual una sociedad da por terminadas sus operaciones y comparte su patrimonio entre los socios o accionistas. El inicio de este proceso se desencadena por una decisión tomada durante una junta general sobre poner fin a la existencia de la empresa por razones financieras o estratégicas, u otras causas válidas.
En el curso de la disolución, se lleva a cabo una investigación meticulosa durante la cual se evalúan las propiedades y pasivos pertenecientes a la empresa, se liquidan todos los préstamos adeudados y los activos restantes se dividen entre los socios de forma prorrateada.
El acuerdo de extinción de la entidad mercantil surge en una asamblea general de socios o accionistas, donde se vota y aprueba la disolución.
En la que se designa uno o más liquidadores, quienes deberán ser responsables de supervisar el proceso de liquidación, deberán actuar como representantes legales de la sociedad durante este período.
Para identificar todos los activos y pasivos de la empresa, se realiza un inventario exhaustivo, que incluye la valoración de los activos así como el establecimiento y cuantificación de obligaciones.
Toda la deuda de la empresa se atiende a través de los recursos disponibles. Antes de distribuir cualquier exceso a los socios, es fundamental asegurarse de que se hayan cumplido todas las responsabilidades financieras y legales.
En caso de que exista un excedente después de liquidar todas las deudas pendientes, se distribuirá entre los socios en función de su propiedad en el negocio.
Cumplidos todos los pasos anteriores, se cancela el registro de la empresa ante los órganos respectivos, dando por finalizado el proceso de liquidación.
Una de las contribuciones más importantes para emprender negocios exitosos es encontrar un asesor comercial que pueda guiarlo hacia la libertad financiera y el crecimiento a largo plazo. Un empresario tiene una alta probabilidad de tomar decisiones inteligentes y astutas cuando recibe asesoramiento de alguien con una vasta experiencia y una visión para los negocios incomparable. Además, al tener un asesor en su equipo, puede beneficiarse de su amplia red de contactos que pueden acelerar fácilmente sus flujos de transacciones.
El asesoramiento comercial durante el proceso de liquidación de una empresa puede ser de gran ayuda ya que ofrece varias ventajas:
Cerrar un negocio no es fácil; se requiere de varios pasos, y la magnitud de la complejidad está en el nivel que uno debe tener para manejar adecuadamente el procedimiento. Además, disponer de un asesor comercial puede ser de gran provecho, ya que él o ella le asistirá en la travesía y le garantizará que se realice la totalidad de sus deberes legales mientras se preocupa también por sus intereses. De esta forma, un asesor comercial además podría tener un rol como socio fundamental, esto sería de gran ayuda para llegar a una etapa de liquidación sin contratiempos y con éxito.
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