Un suelo que aporta aislamiento acústico y térmico, ¿es posible?

Si estás pensando en hacer una reforma en tu hogar, es normal que todavía no te decantas por qué tipo de suelo elegir. Y es que hay numerosos tipos, cada uno con sus respectivos beneficios y características.

Por ejemplo, encontramos la tarima flotante, el suelo laminado o el parquet. En este artículo vamos a explicar qué es la tarima flotante, así como sus ventajas, para que descubras si es algo que se adapta a ti y a tus necesidades. ¡Sigue leyendo para no perdértelo!  

La tarima flotante, ¿qué es?

Este tipo de suelo es un suelo de parquet con instalación flotante. Es decir, tiene la peculiaridad de que no se encuentra pegado al suelo. 

Lo habitual es que los suelos de tarima flotante sean solo los de madera colocados de esa forma, pero se ha extendido tanto el concepto que también hace referencia a los que tienen instalación flotante. Es por ello que hay que prestar atención a las indicaciones de cada fabricante. 

Las ventajas de la tarima flotante

La tarima flotante tienen numerosas ventajas, como son las siguientes:

• Se trata de un suelo más económico, ya que hay tanta competencia en el mercado que tienen precios asequibles. 
• La instalación de este tipo de suelo es sencilla y rápida, y muchas veces ni es necesario hacer obra. Esto reduce más los costes totales. 
• No solo es cómoda la “obra”, sino que también lo es la pisada que consiguen, que será cálida.
• El suelo de tarima flotante se caracteriza, entre otras cosas, por ser resistente. Por sus capas y materiales, los fabricantes garantizan que aguanta años, incluso décadas. De todas formas, esto depende del acabado que se aplique y de la madera elegida. 
• La tarima flotante tiene una gran capacidad de aislamiento, tanto térmico como acústico. Si su instalación ha sido llevada a cabo adecuadamente, y se ha utilizado la manta o el aislante correcto, nuestro hogar estará perfectamente aislado. 
• A diferencia de otros tipos de suelos, la limpieza y el mantenimiento de la tarima flotante es sencilla. Con un mantenimiento mínimo, puede lucir como el primer día. 
• Hay una enorme variedad de diseños, tonos y texturas. Así que podrás elegir aquellos que se adapten más a tus gustos, a tu estilo y a tu hogar. Podrás elegir suelos de tarima flotante de madera, hasta imitaciones de piedras o baldosas, y diseños muy originales. 

¿Cómo cuidar la tarima flotante?

Si bien es cierto que hemos dicho que este tipo de suelo puede aguantar en perfecto estado durante décadas, en realidad no nos podemos desentender de él. Hay que tener en cuenta una serie de factores para cuidarlo, limpiarlo y mantenerlo de la manera óptima. Por ejemplo:

• No utilices agua en exceso. Al fregar el suelo, con una fregona escurrida es más que suficiente. El agua en exceso puede dañarlo, aunque sea solo estéticamente. 
• Lleva a cabo una limpieza diaria. Esta puede ser con una aspiradora o, si lo prefieres, con una mopa. 
• Ten cuidado con el mobiliario. Pon topes en las patas de los muebles. Lo ideal es que estos sean de fieltro. De esta manera, evitas posibles arañazos y rayones. 
• Bajo ningún concepto arrastres muebles. Levántalos o, si son muy pesados, puedes ayudarte de una manta bajo ellos. 
• Evita golpes o caídas de objetos contra el suelo de tarima flotante.