Historia de la ebanistería: ¿qué es y en qué se diferencia de la carpintería?
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La finalidad principal de los toldos es protegernos de los rayos de sol que a menudo, ocasionan molestias, especialmente cuando llegan los meses de verano.
Los toldos nos permiten ahorrar energía, además de ayudarnos a tener un control respecto al consumo eléctrico de nuestro hogar, lo cual se refleja en las facturas, puesto que ayuda a reducir el uso del aire acondicionado.
Sin embargo, es fundamental que elijamos con criterio el tipo de toldo para nuestro hogar. Por ello, en este artículo te contaremos los tipos de toldos que existen y sus características.
Este modelo es habitualmente utilizado en terrazas y fachadas. Pues, aporta un estilo sofisticado y armonioso a cualquier espacio sin dejar de cumplir el propósito práctico para el que fue creado.
Sus brazos invisibles aportan un diseño simple y sutil, por lo que son la opción predilecta de los que priorizan la apariencia.
Consiste en brazos soportes denominados “invisibles”, puesto que se ocultan bajo la lona y permite el despliegue del toldo sin que las columnas que lo sostienen puedan verse.
Los toldos de brazos invisibles aportan protección contra los rayos UV tanto a pequeñas como grandes superficies.
Por tanto, es muy práctico ya que puedes enrollarlo y desenrollarlo según el nivel de cobertura que necesites. Esto le convierte en una opción versátil y funcional.
Los toldos cofre son un mecanismo que al cerrarse tanto la lona como la estructura quedan protegidas del exterior y posibles inclemencias meteorológicas, puesto que se resguardan en un cofre de aluminio.
Gracias a que guardan su lona en el interior del cajetín proporcionan una gran durabilidad. Cabe destacar que los lugares de instalación ideal de este toldo son ventanas, balcones, terrazas y jardines. Esto se debe a que su diseño le posibilita que se adapte a cualquier espacio.
En cuanto a su estética, se caracterizan por ser discretos y bonitos puesto que en el momento que están sin usar, quedan recogidos y cuando los despliegas aporta una apariencia limpia y sofisticada.
Los toldos verticales nos ayudan a proteger cualquier espacio de los fenómenos climatológicos como el agua, lluvia, viento, nieve, granizo etc.
Gracias a este tipo de toldo, obtenemos privacidad y seguridad, además de proporcionar estilo y elegancia.
Merece la pena invertir en toldos verticales puesto que suponen una eficiencia energética. En este sentido, ahorramos tanto en calefacción como en aire acondicionado, ya que permiten optimizar la temperatura del espacio.
Los toldos verticales pueden fabricarse con diferentes tipos de telas. Asimismo, las guías y herrajes de estos, destacan por ser elegantes y discretos, puesto que podrás controlar la altura del toldo en función de tus necesidades.
Además, los mecanismos de los toldos verticales pueden ser manuales o electrónicos.
Los toldos correderos son un excelente elemento decorativo, puesto que pueden adaptarse a cualquier espacio y situación.
Asimismo, aportan protección contra la radiación UV y protege frente a la lluvia y el viento, por lo que pueden utilizarse en el exterior en cualquier época del año.
De este modo, los toldos correderos pueden extenderse durante los momentos de excesiva luz solar o desplegarlos si prefieres disfrutar del sol.
Por otro lado, son fáciles de instalar y utilizar, ya que pueden ser manuales o automáticos.
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