Qué es mejor, ¿suelo laminado o vinílico?

Hoy en día se recurre a los suelos laminados o vinílicos. Principalmente, por su precio y durabilidad. En el mercado encontramos unos diseños de muy buen acabado y suelen ser muy resistentes a los rasguños, superando en esto último a los de madera.

Los suelos vinílicos, para aquellos que aún no lo saben, son básicamente suelos plásticos, fabricados con policloruro de vinilo (mejor conocido como PVC). Estos compuestos le dan una gran impermeabilidad, factor que los hace muy elegibles para baños y cocinas. 

Actualmente, hay modelos que imitan perfectamente un suelo de cemento alisado, los porcelanatos o las maderas.

Los suelos laminados también están disponibles en una extensa variedad de acabados y ofrecen la calidez de la madera. Son una solución muy práctica y decorativa, pues tienen un mecanismo de agarre muy fácil de instalar y no es necesario el uso de grapas. Sin embargo, ambas opciones ofrecen ventajas y desventajas.

Comparación entre el suelo vinílico y el laminado

La presentación del piso vinílico y laminado es muy similar, en franjas o losetas rectangulares. Ambos materiales ofrecen la apariencia de la madera.

Piso vinílico

• El suelo vinílico es muy flexible y maleable. Viene con adhesivo y pegamento en la parte de abajo para sujetarlo a la superficie, que debe ser plana.
• Su fondo es negro y la superficie ofrece el diseño estampado.
• Es muy delgado, de entre 2 a 5 milímetros.
• Viene con una capa protectora para evitar el desgaste de la pieza.
• Es resistente al agua.
• Está hecho de un material antialérgico.
• Tienen la capacidad de disminuir la propagación del sonido, es un buen aislante acústico.
• Se puede reemplazar una pieza a la vez, sin necesidad de remover las otras.

Piso laminado

• El laminado, que es un piso flotante, no se pega. Simplemente se encastra y se apoyan sobre una manta aislante.
• Sobre su base viene la miga, también conocida como sustrato de HDF o fibra de madera prensada.
• No es resistente al agua, así que no es aconsejable para baños ni superficies que requieran el lavado continuamente.
• La humedad lo deteriora. Se debe secar inmediatamente.
• Es más grueso que el vinílico. A mayor grosor de la pieza, mayor será su resistencia.
• Encima tiene un papel impreso con el diseño y, sobre este, la capa de protección melanina.
• Su espesor va de entre los 7 a 12 milímetros.
• Puede producir ruido, pero esto depende de su instalación, longitud y ancho. Debe ser nivelado.
• Para reemplazar una pieza es necesario desmontar las piezas de entorno.

Instalación

Para la instalación de ambos pisos, del laminado y del vinílico, es importante que la superficie donde se colocará el material esté nivelada, bien seca y limpia. El éxito de este procedimiento depende de la calidad y del estado del suelo donde será instalado.

Existen distintos tipos de mantas aislantes para el piso laminado. Para nivel de planta baja, será mejor la de plástico para evitar la humedad y, en un segundo nivel, se preferirá una manta acústica, especial para pisos de apartamentos superiores.

El piso vinílico se pega directamente a la superficie, estos pisos no deben ser instalados sobre madera, piedra o cerámica, tampoco sobre pintura epóxica porque se desprende con facilidad.

Hay productos niveladores de superficies que solo requieren de unas 3 horas para dejar el área lista para la instalación de estos pisos. Con los pisos de vinilo se puede cubrir gran cantidad de metros de manera muy rápida, porque son muy fáciles de instalar. Con los laminados hay que ser más cuidadosos.

Un especialista puede colocar el piso laminado en la superficie de un dormitorio en menos de un día, si ya está todo preparado para su instalación.

Mantenimiento y limpieza

El recubrimiento de resinas que tienen los suelos laminados y los componentes plásticos del vinílico hacen que sean pisos muy fáciles de limpiar. No requieren de productos abrillantadores o ceras de pisos, porque siempre lucirán con la apariencia original.

En el caso del suelo laminado, se debe evitar la acumulación de polvo, arena o suciedad, ya que estos elementos pueden causar rasguños. Los hay de alto tránsito, pero, aun así, sufren el desgaste del roce frecuente. Es mejor colocar tapetes bajo muebles y sillas. Se estima su vida útil de 10 años.