Quiero hacer una reforma en mi baño, ¿qué debo tener en cuenta?

Llevar a cabo la reforma del baño de tu vivienda no es algo que hagas todos los días. Y cuando lo haces, quieres que quede perfecto, ¿verdad? Es por eso que tienes que tener en cuenta algunas recomendaciones. 

De lo contrario, puede que no quede justo como buscabas, que haya que volver a hacer alguna que otra obra… En definitiva, mejor prevenir que curar. 

Y es que el baño es lo que más se reforma, junto a la cocina. Esto es por su uso, la humedad, etc. que hacen que se deteriore y desgaste, necesitando un mayor mantenimiento que el resto de la casa

A continuación, te contamos todo lo que tienes que tener en cuenta cuando reformas tu baño. 

La planificación

Lo primero que tienes que hacer es planificar adecuadamente el proyecto. Establece cuáles son tus necesidades y qué buscas conseguir con la reforma. También tendrás que tener en cuenta para quién se hace la reforma, si es para los invitados, para una pareja o individuo, o para una familia con hijos. 

Por supuesto, es importante conocer si es el único baño de la casa o si hay más (para incluir todas las funcionalidades necesarias en un solo baño o repartirlas entre los que haya en la vivienda), y cuál es el presupuesto con el que se cuenta. 

Si haces la planificación con antelación, se reducen los imprevistos y sobrecostes. Gracias a los planos con las medidas exactas y la posibilidad de calcular los costes exactos, no habrá tantas sorpresas. 

De esta manera, podrás contratar los profesionales necesarios: albañiles, eléctricos, carpinteros, interioristas…

La distribución

Una vez hecha la planificación, es importante conocer cómo se va a distribuir el espacio. Busca una distribución funcional, que cubra las necesidades que buscas satisfacer con la reforma. Parece obvio, pero muchas veces nos desviamos del objetivo principal por la emoción de la reforma.

No solo tienes que conocer el plano del espacio, también tienes que saber cómo es la forma de este y cuáles son las distancias mínimas que hay que guardar. Es decir, por mucho que en un hueco quepan el lavabo y la bañera, si luego no se puede utilizar uno de los dos, no tiene sentido hacerlo así. 

Los materiales

Hay que elegir materiales que sean resistentes a la humedad y a los productos de limpieza, sobre todo cuando hablamos de los pavimentos y los revestimientos. Por ejemplo, se utilizan mucho los azulejos de cerámica, y es que tienen muchas propiedades y estilos. Pero también se usan muchos otros materiales, que son el mármol, el vidrio, la madera natural, la madera artificial, el papel vinílico o la piedra natural. 

Y, ¿cómo elijo los materiales? Tendrás que tener en cuenta los siguientes factores: precio, resistencia a la humedad, durabilidad y estética. 

La iluminación

La iluminación artificial es imprescindible en los baños, haya o no posibilidad de iluminar naturalmente el espacio. Donde más importancia se le da a la iluminación artificial es a la zona del lavabo, ya que ahí nos lavamos, peinamos, maquillamos y afeitamos. 

Lo ideal es elegir varios tipos de luces. Así, esta será funcional y decorativa. Se suele utilizar una luz más fuerte en la zona del lavabo, diferentes puntos de luz en el techo para que la iluminación sea más general, y una luz indirecta en la zona de la bañera o ducha. 

Los muebles

En los baños hay que tener mucho espacio donde colocar todos los utensilios que se necesitan en el día a día: peines, papel higiénico, toallas… De nuevo, habrá que reevaluar lo mencionado en la planificación (para quién es el baño, qué necesidades se buscan cubrir, etc.). 

Los muebles más comunes últimamente son aquellos muebles sanitarios suspendidos. Encontramos lavabos, inodoros y bidés elevados del suelo. Es una manera muy sencilla de asegurar la limpieza y la higiene del baño. Además, mejoran la estética de la estancia.