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Es cierto que las nuevas tecnologías nos ofrecen infinitas posibilidades que han mejorado nuestro día a día. Pero también tiene inconvenientes, sobre todo cuando estas se utilizan con mala fe.
Es por ello que surgen numerosos delitos, como el ciberacoso (por ejemplo, a través de redes sociales), el ciberacoso sexual, el ciberbullying y un largo etcétera. Dentro de todos estos, aparece el child grooming.
¿Quieres descubrir en qué consiste el nuevo delito child grooming y por qué se relaciona con la pederastia? Sigue leyendo para no perdértelo. A continuación, te lo contamos.
El child grooming ha evolucionado con el paso del tiempo. Actualmente, es acoso y abuso sexual online, mientras que antes no era a través de Internet. Pero lo característico de este delito son las personas involucradas: un adulto y un niño o adolescente.
Es decir, el adulto se pone en contacto con el niño o adolescente, con la intención de desencadenar una actividad sexual. Para ello, se gana su confianza a través de técnicas muy minuciosas.
Aunque no siempre se llega a realizar el encuentro sexual, pueden hablar de sexo o conseguir fotos comprometidas. Parece impensable que esto se produzca, pero el acosador consigue un vínculo de confianza con la víctima. Es así como aísla al menor, separándolo de su entorno (familia, amigos, incluso profesores), como veremos más adelante.
El patrón más habitual que siguen los acosadores es el siguiente, pero se sigue considerando child grooming si hay acoso y abuso online al menor.
Los acosadores eligen a la víctima utilizando las nuevas tecnologías. A través de redes sociales, Internet… se obtiene información útil de los menores, con la que posteriormente se ganará su confianza.
Se crea un vínculo de confianza entre acosador y víctima. Muchas veces, si los niños son más pequeños, se utilizan sobornos o engaños que estos no pueden rechazar.
Además, suelen fingir otra edad que no les corresponde para aproximarse a la víctima, empatizan con ellos para que los menores se sientan escuchados, prestan atención a sus problemas…
Los acosadores buscan que la víctima se desvincule lo máximo posible de su entorno, de su red de apoyo. Esto puede involucrar tanto a familiares como amigos y profesores. es decir, el menor queda desprotegido.
También hay que destacar que este aislamiento se ve favorecido por el ambiente de secretismo o intimidad que se genera en la “relación” con el adulto.
Es muy recurrente que los adultos que están cometiendo este delito se aseguren de vez en cuando de que lo que está ocurriendo no lo sabe nadie. Por ello preguntará constantemente si alguien más sabe de él o, quizás, si otra persona tiene acceso al dispositivo desde el que se intercambian los mensajes acosador y víctima.
Una vez que la confianza se ha establecido correctamente, llegan las conversaciones sobre sexo. Se hace de forma progresiva para no impactar al menor, buscando que este se familiarice con el tema, el vocabulario, las prácticas…
Tras las primeras conversaciones sobre sexo, aparecen las peticiones de naturaleza sexual, que es el objetivo principal del grooming. Es entonces cuando llegan las amenazas, los chantajes, la manipulación, incluso la coerción, para que el menor envíe material sexual.
Aunque no siempre se trata de fotos de este estilo, puesto que el acosador también puede pedir que la víctima relate fantasías sexuales. De todas maneras, lo más peligroso en esta fase es que se llegue a producir un encuentro físico.
Quizás te estés preguntando qué dicen las leyes acerca del child grooming. Bien, pues este es un delito que el código recoge. El Código Penal, en la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio, por la que se modificó la Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre.
Es en el artículo 183 bis del código donde se castiga el child grooming: el acceso al menor a través de Internet, del teléfono u otra tecnología de la información y la comunicación con objetivos sexuales. En este artículo se fijaba la edad del consentimiento sexual en 13 años.
Posteriormente, la nueva reforma del Código Penal (Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, artículo 183 ter) incrementa la edad de consentimiento sexual en los 16 años.
Además, hay que destacar que los acosadores del child grooming se enfrentan a una pena de cárcel de 1 a 3 años.
Una vez explicado qué es el child grooming, te estarás preguntando si es posible prevenirlo. La respuesta breve es que sí, pero no siempre se consigue.
Primeramente, tiene que haber una relación afectivo-sexual que eduque a los menores en sexualidad, por ejemplo en los centros educativos o por parte de padres. Además, es fundamental una formación en un uso seguro, así como responsable, de las herramientas digitales.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que lo que ocurre nunca va a ser culpa de la víctima, sino del acosador. Así que, ante la sospecha de que pasa algo de este estilo, lo mejor es mantener una actitud calmada y de escucha. Si somos agresivos con la víctima respecto a este tema, puede ser peor, puesto que se puede aislar más.
Lo ideal también sería que la familia se refiriera a la sexualidad como algo normal para que así, de haber algún problema, la víctima acudiera a ella.
En definitiva, lo ideal es que los menores cuenten con una red de apoyo. Esta la pueden formar familiares más o menos cercanos, amigos o docentes. Pero no perder estos vínculos para prevenir, en la medida de lo posible, el grooming.
El child grooming tiene numerosas consecuencias, tanto para el menor como para su entorno (sobre todo la familia). Estas son muy serias y graves:
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