Historia de la ebanistería: ¿qué es y en qué se diferencia de la carpintería?
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En espacios industriales es muy común que las superficies se desgasten fácilmente. Esto es debido a las altas temperaturas, la corrosión, mucha humedad y un largo etcétera de factores. Es decir, son espacios donde los agentes físicos y químicos están muy presentes.
Por ello, hay que buscar soluciones. Una de ellas es la pintura industrial, que ofrece más duración y resistencia que las pinturas convencionales. Pero, como se trata de un producto muy extendido en el mercado, surgen numerosos tipos.
¿Cuál es la mejor? Es importante conocer cuáles existen, así como cuál se adapta mejor a tus necesidades, antes de tomar una decisión.
La pintura industrial es aquella formada por una serie de aglomerantes que forman una película adherente después de que esta se haya secado. Además, incluye una serie de solventes que vuelven la pintura más consistente.
No solo esto, sino que también tiene otros compuestos a través de los cuales acentúa la calidad y la especificidad de la pintura, protegiendo al material y al entorno.
La pintura industrial se presenta en formato líquido, pastoso o en polvo, y se aplica sobre las superficies para proteger y decorar al mismo tiempo. Esta tiene dos objetivos:
Como puedes ver, la pintura industrial no es como la pintura normal. Es por ello que tiene una serie de cualidades que la hacen diferente y que permiten que cumpla sus objetivos.
Pero no todas las pinturas industriales tienen las mismas características, sino que estas son diferentes en función de la finalidad que tengan. Es por ello que hay tantos tipos de pinturas. Algunas de las cualidades de la pintura industrial so:
La posición en la capa de aplicación hace que las funciones protectoras y decorativas sean diferentes.
Las imprimaciones son las primeras capas de pintura. Estas están en contacto directo con el sustrato, y se encuentran muy pigmentadas y con pocos ligantes.
Lo que hacen las imprimaciones es anclar las siguientes capas de pintura, evitando así la oxidación en superficies metálicas, a través de los pigmentos anticorrosivos que tiene.
Sobre la imprimación, se aplican las capas intermedias de pintura, que suelen buscar incrementar el espesor del sistema de pintura. Es una manera de reducir los costes en la aplicación, puesto que no serán necesarias varias capas de acabado.
Las pinturas de acabado son la última capa del sistema de pintura. Pueden aplicarse sobre la imprimación o sobre la capa intermedia. Habitualmente son brillantes, pero cada vez aparecen más pinturas de acabado satinado y mate.
En pintura industrial, los barnices tienen como finalidad embellecer la superficie que se pinta, así como protegerla. Es decir, los impactos o golpes mecánicos y los agentes externos no dañarán tanto la superficie.
La nitrocelulosa es un material fibroso que, en el barniz, funciona como un sellador con alto contenido en sólidos, rápido secado, alta viscosidad, gran rendimiento y con muy buena lijabilidad.
Pero es sobre todo gracias a la fácil aplicación, el rápido secado y el alto rendimiento, que este tipo de pintura supuso un antes y un después en el sector industrial. Además, supone una serie de ventajas que no ofrecen otros tipos de pintura:
Este tipo de pintura industrial utiliza el oxígeno para finalizar la reacción química, aportando resultados de larga duración. De todas maneras, tardan más tiempo en secarse que otros tipos de pintura.
Esta pintura industrial es una de las más utilizadas en el sector, y se adapta a diferentes proyectos. Por sus componentes, supone una protección frente a la corrosión, los impactos o la abrasión.
No solo esto, sino que también se seca rápidamente, lo que aumenta la productividad. Además, hay que destacar que se adhiere perfectamente a otros materiales y otras superficies, como son hierro, zinc, aluminio y un largo etcétera.
Las pinturas de poliuretano resultan en una película que aúna características estéticas, físicas y químicas. Son muy sólidas, así que esta capa será gruesa a la par que duradera.
Esta pintura destaca por ser muy resistente a la corrosión, a la abrasión y a las temperaturas extremas. Además, hay dos tipos: pintura acrílica y pintura de poliéster.
Estas resinas duras ofrecen una alta resistencia por los grados medios y altos de polimerización.
Tienen ácidos grasos en su estructura, y dentro de estas pinturas encontramos los aceites vegetales (de ricino, linaza o madera), los barnices fenólicos modificados con aceites (de madera o de linaza) y las resinas alquídicas modificadas con aceites secantes.
A través de dispositivos especiales en diferentes partes del horno, se llega a la homogeneidad del acabado y el color del recubrimiento. Dentro de este tipo de pintura, encontramos las resinas acrílicas termoestables, las resinas alcídicas combinadas con amínicas, las resinas epoxídicas combinadas con fenólicas o amínicas y las resinas de silicona.
Aunque estas pinturas de secado reactivo tardan más en endurecerse, tienen características similares, incluso superiores, a las otras. Algunos tipos son las resinas epoxi catalizadas con amidas o poliamidas, las resinas de poliéster catalizadas con isocianatos, las resinas de poliéster catalizadas con peróxidos, las resinas alquídicas catalizadas por ácido, y los alquitranes y resina epoxi o poliuretano.
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