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Dentro del ámbito del Derecho de Familia, la mediación ha adquirido una importancia grande como instrumento para encontrar soluciones a problemas de manera pacífica y eficaz. Este método complementario de resolución de problemas no sólo hace que las partes consigan arribar a un consenso sin la necesidad de un proceso judicial, además pone una especial importancia en preservar la comodidad de los menores perjudicados.
1. ¿Qué es la mediación en derecho de familia?
La mediación en Derecho de Familia es un proceso en el cual un mediador imparcial ayuda a las partes en conflicto, generalmente padres, a alcanzar un acuerdo sobre cuestiones que afectan a su familia, como la custodia de los hijos, la pensión alimenticia o el régimen de visitas. A diferencia del conflicto, en el que un juez toma decisiones, la mediación fomenta el control de las partes sobre el producto, y genere un proceso más colaborativo y menos adversarial.
Los problemas familiares, en particular los que perduran en el tiempo, tienen la capacidad de influir significativamente en la comodidad psicológica y emocional de los menores. La permanente exposición a las peleas entre los papás es posible que genere menores sentimientos de inseguridad, ansiedad y desazón. Además, los infantes tienen la posibilidad de ser secuestrados por medio de la lucha, esto puede tener efectos nefastos sobre su evolución psicológica y social.
Uno de los provechos más importantes de la mediación en las situaciones de familia es la disminuida ansiedad de los menores. En lugar de pelearse en caso de que se escogiera la mediación en vez del conflicto, se reduciría la lucha entre los papás. Esto genera una atmósfera más pacífica y constante, esto a su vez reduce la ansiedad que los menores pueden experimentar en la ocasión en que observen a sus papás sobre un estrado judicial.
El procedimiento de mediación en lo que se refiere a Derecho de Familia está concebido con el objetivo de priorizar la importancia del menor. Los expertos en mediación aseguran que las tomas de decisión durante la mediación se enfoquen en el bienestar de los menores. Esto comprende considerar elementos como la fiabilidad de la emoción, la consistencia del estudio y el sustento de relaciones familiares en salud.
Cuando laboran en conjunto con el fin de hallar soluciones, los papás tienen la capacidad de instaurar un prototipo de resolución de problemas que favorezca a los menores ellos. Además esto apoya el establecimiento de vínculos más perdurables y que los papás están más predispuestos a acatar, esto diminuto el peligro de próximos problemas.
La confidencialidad es una característica clave de la mediación. A diferencia de los procedimientos judiciales, que son públicos, la mediación se lleva a cabo en un entorno privado. Esto protege a los niños de la exposición pública de los problemas familiares, salvaguardando su privacidad y dignidad.
El proceso de mediación comienza cuando las partes acuerdan utilizar este método para resolver sus diferencias. En muchos casos, los tribunales pueden recomendar o incluso ordenar la mediación antes de proceder con un litigio. Una vez que se decide optar por la mediación, se selecciona un mediador neutral, especializado en Derecho de Familia.
Las sesiones de mediación se llevan a cabo en un entorno seguro y neutral, donde ambas partes pueden expresar sus preocupaciones y deseos. El mediador facilita la discusión, asegurando que se mantenga el enfoque en el bienestar de los niños y en la búsqueda de soluciones prácticas y equitativas.
Durante estas sesiones, se abordan temas como la custodia, el régimen de visitas, la pensión alimenticia y cualquier otro aspecto relacionado con los menores. El mediador ayuda a las partes a explorar opciones y llegar a un acuerdo que sea mutuamente beneficioso y que promueva el interés superior de los hijos.
Una vez que se llega a un acuerdo, el mediador lo redacta por escrito. Este acuerdo puede luego ser presentado ante el tribunal para su aprobación, convirtiéndose en una orden judicial. Esto asegura que el acuerdo sea legalmente vinculante y ejecutable.
Aunque la mediación tiene muchos beneficios, no es adecuada para todos los casos. Por ejemplo, en situaciones donde hay un historial de violencia doméstica, abuso o desequilibrios de poder significativos, la mediación puede no ser la mejor opción. En tales casos, la seguridad y protección de los menores y las partes involucradas deben ser la máxima prioridad, y un tribunal podría ser un foro más adecuado para resolver la disputa.
A través de la mediación, las familias pueden solucionar sus problemas de una manera que no solo sea justa y equitativa, sino que también salve y promueva la salud emocional y psicológica de los niños y garantice que su voz y sus necesidades sean escuchadas y respetadas.
Al elegir la mediación, las familias resuelven su variación de una manera justa y equitativa y no se detiene aquí, sino que también protege y promueve el bienestar emocional y psicológico de los niños, asegurándose de que se tenga en cuenta su voz y se escuchen sus necesidades.
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