Competencia desleal: todo lo que debes saber

La competencia desleal es un fenómeno cada vez más presente en el mundo empresarial.

Así pues, la competencia desleal puede perjudicar gravemente a las empresas y a los consumidores, y por ello, es fundamental conocer cuáles son las prácticas desleales y sus implicaciones legales.

Por ello, en este artículo, descubrirás en qué consiste la competencia desleal, algunas de las prácticas más habituales y las implicaciones legales que conlleva.

Competencia desleal, ¿qué es?

La competencia desleal se refiere a la práctica de conductas inmorales que buscan obtener ventaja sobre los competidores.

Esta abarca un conjunto de acciones o estrategias que, pese a no ser siempre ilícitas, son consideradas contrarias a las normas de la libre competencia.

La competencia desleal puede tener graves consecuencias para los competidores afectados, ya que puede dañar su reputación, repercutir en su posición en el mercado e incluso generar pérdidas económicas.

Por esta razón, muchas legislaciones incluyen mecanismos para proteger a las empresas contra estas prácticas, y establecen sanciones administrativas y/o penales para quienes las lleven a cabo.

Es importante que las empresas y los consumidores conozcan las prácticas que se consideran competencia desleal y que las autoridades competentes actúen para proteger la libre competencia y los derechos de los consumidores.

Competencia desleal: prácticas

Las prácticas que se consideran competencia desleal pueden variar según la legislación de cada país, pero existen algunas prácticas comunes que se consideran desleales en muchos sistemas legales.

A continuación, te contamos algunas de las prácticas más habituales:

• Imitación: copiar de forma ilegal la imagen, los productos, los servicios o los signos distintivos de una empresa competidora.
• Explotación de la reputación ajena: hacer uso del prestigio, la imagen o la fama de una marca o empresa competidora para beneficio propio.
• Publicidad engañosa: utilizar afirmaciones falsas o engañosas en la publicidad para atraer clientes y/o dañar la imagen de la competencia.
• Desviación de clientela: captar de forma ilícita a los clientes de una empresa competidora, por ejemplo, mediante ofertas engañosas o la utilización de información confidencial.
• Confusión: crear confusión en el mercado sobre la identidad, origen, calidad o precio de los productos o servicios que se ofrecen.
• Violación de secretos comerciales: hacer uso de información confidencial de una empresa competidora, por ejemplo, para desarrollar productos o servicios similares.
• Denigración: realizar afirmaciones falsas o engañosas sobre los productos o servicios de la competencia, con el objetivo de dañar su imagen o reputación.

Es importante destacar que estas prácticas no son necesariamente ilícitas en sí mismas, sino que lo son cuando se realizan de forma desleal, es decir, con ánimo de obtener ventaja en el mercado a expensas de la competencia.

Competencia desleal: implicaciones legales

En primer lugar, podemos encontrar sanciones administrativas, como la imposición de multas, la retirada de publicidad engañosa, la prohibición temporal o definitiva de llevar a cabo determinadas prácticas comerciales, la obligación de indemnizar a los competidores afectados, entre otras.

Por otro lado, las sanciones penales pueden incluir la imposición de penas de prisión o multas a los responsables de la competencia desleal.

Además de las sanciones, las empresas que sean víctimas de la competencia desleal pueden emprender acciones legales para proteger sus intereses, tales como la presentación de denuncias ante las autoridades administrativas o judiciales, la interposición de demandas civiles por daños y perjuicios, o incluso la adopción de medidas cautelares para evitar que se siga llevando a cabo la competencia desleal.

Cabe mencionar que, para que se reconozca como competencia desleal, es necesario que exista una violación de la normativa de protección de la competencia, que haya un ánimo de lucro por parte del infractor y que se produzca un perjuicio para los competidores o para los consumidores. 

En este sentido, es fundamental que las empresas y los consumidores estén atentos a las prácticas comerciales de sus competidores y denuncien cualquier conducta que pueda considerarse desleal.