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La fascitis plantar está entre las causas más frecuentes de malestar en el talón. Esta enfermedad, que se encarga de la fascia plantar (un tejido grueso que atraviesa la parte superior de la planta del pie), es posible que la ocasionan diversas causas, de las cuales una de las más importantes es el constante contacto con el cemento o el mármol. En el artículo, investigamos la manera en la que estas zonas ayudan a desarrollar la fascitis del pie y presentamos alternativas y métodos para reducir la afección lo más posible.
La fascitis plantar ocurre cuando la fascia plantar se inflama, provocando dolor y rigidez, especialmente después de períodos prolongados de descanso. Esta afección afecta tanto a deportistas como a personas que realizan actividades diarias sobre superficies duras. Entender las causas y los factores de riesgo es clave para prevenir y tratar esta condición.
El impacto de caminar o correr sobre superficies duras
Las superficies duras como el cemento y el mármol no ofrecen ninguna amortiguación natural. Esto significa que, cada vez que das un paso, la fascia plantar absorbe directamente el impacto, aumentando la presión en este tejido. Con el tiempo, esta presión puede causar pequeñas lesiones en la fascia, lo que conduce a la inflamación y al dolor característico de la fascitis plantar.
En terrenos naturales como la tierra o el césped, la superficie tiende a adaptarse al peso y a los movimientos del pie, reduciendo el impacto en las articulaciones. Sin embargo, las superficies duras no tienen esta capacidad de amortiguación, lo que obliga a los pies y las extremidades inferiores a soportar un mayor estrés.
Correr, caminar largas distancias o permanecer de pie durante horas sobre cemento o mármol puede amplificar el riesgo de lesiones. Estas actividades repetitivas generan una acumulación de microtraumas en la fascia plantar, lo que a largo plazo puede derivar en una fascitis plantar crónica.
El calzado sin soporte adecuado, como sandalias planas o zapatos desgastados, no proporciona la amortiguación necesaria para compensar la dureza del terreno, aumentando el riesgo de sobrecarga en la fascia plantar.
Problemas como pies planos, arcos altos o una pisada desalineada pueden intensificar el impacto del suelo sobre la fascia plantar, especialmente cuando se camina o corre sobre superficies rígidas.
El exceso de peso ejerce una presión adicional en los pies, amplificando el efecto negativo de las superficies duras en la estructura del pie.
Alternativas a las superficies duras
Cuando sea posible, elige caminar o correr en terrenos naturales como:
Soluciones para minimizar el daño
El calzado es tu primera línea de defensa contra los efectos de las superficies duras. Busca zapatos que:
Las plantillas personalizadas o de gel ayudan a redistribuir la presión en la planta del pie y a absorber el impacto, protegiendo la fascia plantar. Estas plantillas son especialmente útiles para quienes deben trabajar o caminar en superficies duras durante largos periodos.
El fortalecimiento y la elasticidad de la fascia plantar son fundamentales para prevenir lesiones. Prueba estos ejercicios:
Si trabajas de pie o corres en superficies duras, alterna tus actividades con descansos regulares. Esto da tiempo a los tejidos para recuperarse y reduce el riesgo de inflamación.
Si el dolor persiste, es fundamental acudir a un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o podólogo, para recibir un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado. Las opciones pueden incluir terapia manual, ultrasonidos o, en casos graves, ondas de choque.
Las áreas planas como el mármol y el cemento pueden ser una pieza fundamental para el avance de la fascitis plantar, en particular cuando se mezclan con otros riesgos como la utilización de calzado erróneo o el aumento de peso. A pesar de ello, existen diversas tácticas para reducir el efecto y preservar la fascia del pie, entre ellas se encuentran elegir terrenos de mayor suavidad hasta utilizar calzado apto para ejercitación y también se encuentran.
Cuidar tus pies no solo alivia el dolor, sino que también mejora tu calidad de vida y te permite disfrutar de tus actividades diarias sin limitaciones. ¡No subestimes la importancia de proteger la base de tu cuerpo!
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