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¿Cómo saber si tiene gravamen una propiedad?

Clínica Dental Domínguez Cañaveras Actualizado: 3 de febrero de 2022 Publicado: 27 de octubre de 2021

Cuando se toma la decisión de adquirir una vivienda, fluyen una cantidad de interrogantes que se deben asumir. La más común es pensar que la vivienda pueda llegar a tener deudas acumuladas que, inesperadamente, más adelante te sean adjudicadas como comprador. 

El comprador necesita saber si la vivienda que va a comprar se encuentra libre de cargas, incluyendo todos los Impuestos sobre Bienes Inmuebles (IBI) o de cualquier otro tributo aplicable. O si existe o está pendiente algún contrato de arrendamiento que el vendedor no ha dado a conocer. 

El adquirente debe saber que la variedad de cargas puede llegar a ser más extensa de lo que supone. Una carga inmobiliaria está definida como aquel derecho que tiene un tercero sobre una vivienda. Como, por ejemplo, una hipoteca, un embargo o un arrendamiento. 

La carga siempre va a generar una limitación de uso y, por ende, de propiedad. Esto significa que, hasta que no se hayan solventado las deudas, no se podrá comprar ni vender. 

Es importante que las cargas estén fijadas en el Registro de la Propiedad para que sean públicas. Esto ofrece seguridad jurídica a la operación. 

¿Es posible saber si una vivienda está libre de cargas? 

Para saber si una vivienda está libre de cargas, se deben llevar a cabo todas las gestiones referidas a los papeleos previos, requisito primordial para realizar cualquier compra. 

Es una valiosa recomendación que permitirá darle curso al resto de la operación, dentro de la mayor tranquilidad y sosiego. Eso te podrá ayudar a encontrar una buena hipoteca. 

Los tipos de cargas más frecuentes son: 

  • Las cargas hipotecarias de embargos o fiscales 
  • Las cargas vecinales 
  • Las cargas tributarias 

En el mercado inmobiliario hay una forma muy práctica para certificar si la vivienda se encuentra libre de cargas hipotecarias, fiscales o de embargo. Solo puede saberse pidiendo una nota simple del inmueble al Registro de la Propiedad. 

Este procedimiento se efectúa de manera sencilla y rápida, consultando la página web perteneciente al Colegio de Registradores. Como, por ejemplo: una nota simple indicará el estado de la vivienda, el cual debe coincidir con la información que te dio a conocer el vendedor. 

Allí podrás encontrar una descripción del inmueble, así como la titularidad y las cargas. Podrás corroborar si la casa está gravada a través de una hipoteca o si está sometida a un proceso de embargo.

Tipos de cargas y sus respectivos gravámenes 

Los tipos de cargas se pueden clasificar en hipotecarios, de embargos, fiscales, vecinales y tributarios. Por ello, es importante investigar todas las cargas tributarias del inmueble y saber si el vendedor está atento al pago del IBI, ya que este tipo de deudas se reclaman comúnmente a quien le corresponde. En este caso es al propietario. 

Esto se puede certificar solicitando al vendedor el último recibo del IBI o el justificativo de pago del impuesto. 

También es importante conocer si la vivienda se encuentra libre de cargas vecinales. Está referida a si el inmueble se encuentra solvente con los pagos relacionados con la comunidad de vecinos. 

Dicha información se puede obtener de la siguiente forma: que el propietario presente un certificado de la Comunidad como solvencia de las cargas de la vivienda. Todas las deudas que el vendedor haya dejado las debe asumir el nuevo propietario. 

Si constatas que la vivienda tiene toda su documentación en regla, es oportuno plantearse la solicitud de un préstamo hipotecario, para lograr con prontitud la obtención del bien inmueble. 

Una hipoteca a tipo variable que no tenga comisiones, ni compensación por desistimiento, sin ningún tipo de gasto adicional, es viable para el comprador. Sobre todo, si es concedida a largo plazo, lo que representa una inversión para el nuevo propietario. 

Para ello, es importante tener claro que se deben reunir todos los requisitos para hacerse acreedor de ese tipo de crédito, teniendo en cuenta que lo ideal sería que la hipoteca se ajustase a los ingresos del nuevo comprador. Es decir, que no sea más allá del 40% de su salario. 

Por lo demás, siempre que se va adquirir una vivienda se debe elaborar un presupuesto. Permitirá clarificar el panorama de tu inversión. 

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