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Guía de las puertas correderas: ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?

L&R PUERTAS Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 12 de enero de 2022

Si bien es cierto que las puertas correderas son muy utilizadas hoy en día, su origen se remonta a cientos de años atrás y lo podemos ubicar en Japón, puesto que eran las puertas preferidas a la hora de separar espacios. Aunque en ese momento eran de papel. 

Así que, como te podrás imaginar, las puertas correderas han ido evolucionando junto a las personas y a las necesidades que han ido surgiendo. Y, si tanto poder han tenido en el mercado de las puertas, ¡por algo será!

Tienen numerosas ventajas, aunque también alguna que otra desventaja. Si estás pensando qué tipo de puerta instalar en tu hogar, si una corredera o de otro tipo, ¡sigue leyendo! A continuación, te contamos todo lo que tienes que saber sobre las puertas correderas para que tomes una decisión acertada

Origen e historia de las puertas correderas

Como hemos adelantado, las puertas correderas se utilizaban en Japón cientos de años atrás. En esta cultura se llaman fusuma, y son puertas hechas de rectángulos opacos colocados verticalmente, junto a una estructura de madera con retículas. Además, las fusuma son muy características por su tradicional borde negro, lacado, además de una pieza negra circular para deslizar los paneles.

De un lado a otro se desplazan estas puertas, que separan estancias y las redefinen. Habitualmente miden entre 0,9 metros de anchura y 1,8 de altura, por las medidas de las personas.

Sin embargo, no solo podemos establecer la tradición de las puertas correderas en Japón. También se sabe que griegos y romanos las utilizaban, puesto que suponen un ahorro de espacio y son ideales en pequeños espacios. Por ejemplo, en Pompeya aún hay indicios de que estos sistemas los utilizaban, y hablamos del siglo I d. C

También podemos advertir el uso de estas puertas en Gran Bretaña, a finales del siglo XIX y principios del XX. Sobre todo se encontraban en las casas victorianas, concretamente en sus salones.  

¿Qué son y cómo funcionan las puertas correderas?

Al igual que en todos los elementos de la carpintería interior, las puertas correderas (también llamadas puertas corredizas) pueden estar hechas de diferentes materiales. Pero independientemente del elegido, sea madera, cristal o metal, siguen una línea general. 

Antes de nada, hay que destacar que las puertas correderas están ganando terreno en el mercado a las tradicionales. Al fin y al cabo, cada vez vivimos en espacios más pequeños, por lo que hay que buscar soluciones para ganar unos pocos centímetros. Así que las puertas de este tipo, que antes eran la excepción, ahora son la norma: son las puertas de las viviendas modernas. 

Pero, ¿qué es una puerta corredera? Aunque posiblemente lo sepas, estas son puertas que se abren horizontalmente, deslizándose por el suelo. Las típicas puertas mecánicas de las tiendas, por ejemplo, también son consideradas puertas correderas, concretamente, puertas correderas automáticas. Por el contrario, las que encontramos en las viviendas son las puertas correderas manuales

Hay diferentes tipos de puertas de esta clase, según su funcionamiento. Por ejemplo, encontramos las puertas enfrentadas, en esquina, paralelas, apilables, plegables, telescópicas y un largo etcétera. 

Aunque el funcionamiento no sea el mismo en todos los casos, lo que sí es común es que son puertas que se deslizan por el suelo de forma horizontal

Las ventajas de las puertas correderas, ¿cuáles son?

Por todo lo comentado anteriormente, se puede ver que las puertas corredizas son una de las opciones más interesantes a la hora de elegir qué puerta instalamos en nuestro hogar. Las ventajas de estos sistemas son los siguientes:

Optimiza el espacio

El motivo principal para colocar una puerta corredera, aunque no el único, es el ahorro de espacio. Es decir, puedes optimizar tus estancias interiores y ganar unos centímetros. No solo esto, sino que también se pueden utilizar para separar ambientes, como veíamos en las fusumas de Japón, sin necesidad de incluir grandes elementos constructivos.

“Para gustos, colores”

Las puertas corredizas llevan tantos años en el mercado, que no te va a costar ningún trabajo encontrar la que mejor se adapte a ti. Hay de todos los materiales habidos y por haber, así como colores y diseños. Incluso puedes elegir si tienen cristal o no. 

Gana luminosidad

En el caso de que la ventana por la que te decantes tenga un cristal transparente o un cristal vinilado, entre otros cristales, puedes ganar luminosidad. Sobre todo si hablamos de espacios pequeños, ¡es imprescindible aprovechar cualquier resquicio de luz!

Unifica los espacios

Permite fusionar espacios. Como ya comentamos, la reducción de los espacios en que vivimos nos lleva a buscar soluciones. Entre ellas, está la opción de unir dos estancias. Por ejemplo, la típica de las viviendas modernas: la cocina y el salón. Pero no siempre es agradable oler el brócoli que vas a cenar o ver los platos que tienes por lavar mientras descansas en el sofá. Es así que surgen las puertas correderas más estéticas, de cristal o cristal y aluminio, que permiten unir los espacios, ganar luminosidad… pero sin los contras de unificar las estancias. 

Las desventajas de las puertas correderas, ¿cuáles son?

Poca estanqueidad 

La estanqueidad es una propiedad consistente en la capacidad de evitar que se filtren partículas del exterior al interior de una vivienda o habitación. Por ejemplo, impide que entre agua, aire, polvo… 

Es una propiedad muy buscada en muchos sectores de la construcción, la producción, incluso la reparación y el mantenimiento de vehículos. Y muchas personas prefieren que sus puertas tengan esta propiedad.

Las puertas corredizas no ofrecen una buena estanqueidad, al contrario que lo hacen las puertas abatibles. Estas son las conocidas como puertas batientes y suelen utilizarse para dividir estancias. Además, las abatibles permiten una mayor insonorización y no requieren de raíles para abrirse o cerrarse. 

Mala hermeticidad

La hermeticidad viene muy relacionada con la capacidad de aislante térmico. En el caso de las puertas correderas, son poco herméticas. Es decir, pasa el aire, el frío, no se mantienen tan bien las temperaturas como por medio de otras puertas…

Además, esto es un inconveniente por el gasto energético, que supone un coste económico más elevado. Y tampoco favorece al medio ambiente, lo que sí se conseguiría con una puerta que aguantase más la energía. 

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