¿Por qué es importante rehabilitar las fachadas de los edificios?

A menudo, los proyectos de mejora urbanística, incluyen la rehabilitación de fachadas. Esto es porque, por muy bonita y elegante que resulte una vivienda en general y una fachada en particular, lo cierto es que hay que garantizar una serie de exigencias energéticas y de seguridad, algo que los edificios antiguos no siempre proveen. 

Si te interesa conocer qué es exactamente la rehabilitación de la fachada de un edificio, por qué hacerlo y qué permisos necesitas para llevarlo a cabo, ¡sigue leyendo!

¿En qué consiste la rehabilitación de las fachadas de los edificios?

Estos proyectos consisten en acciones que mejoran los elementos de la estructura de un edificio que ya existe, mientras que se conserva aquello que no necesita rehabilitación o reparación. 

Es decir, la rehabilitación de fachadas es una acción preventiva, a través de la que se reparan y modernizan las edificaciones: se hacen eficientes en cuanto a energía y se mimetizan con el entorno. 

Se trata, más que nada, de obras referentes a aspectos imprescindibles. Por ejemplo, la seguridad, la habitabilidad, la salubridad o el confort. Si hay grietas, vigas deterioradas, humedades… en el inmueble, se repararán. 

Se tienen en cuenta los daños que ocasiona el paso del tiempo, el clima, etc. Y es que, al fin y al cabo, son elementos que afectan negativamente a la calidad de vida de los individuos que se encuentran en el edificio, además de a aquellos que circulan por la vía pública cercana al mismo.

¿Por qué rehabilitar la fachada de un edificio?

Existen, principalmente, tres razones por las que llevar a cabo una obra de este tipo.

Mejoras en la calidad de la fachada, así como en la estética

Una fachada deteriorada no ofrece las mejores condiciones a quienes viven en el edificio. Tampoco favorece la apariencia del inmueble. 

Esto hará que quienes lo habitan prefieran marcharse, o que no se interesen nuevos individuos por vivir en el inmueble. 

Riesgo para los vecinos y para los viandantes

Una fachada llena de desperfectos se puede convertir en un peligro para la integridad física de los vecinos, pero también de los viandantes. 

Por ejemplo, se pueden desprender los materiales, donde la comunidad de propietarios sería la responsable, lo que conlleva una sanción correspondiente. 

Aumento del valor de la propiedad

Por último, aunque no por ello menos importante, el valor económico del inmueble se incrementará. Esto es gracias a rejuvenecer su apariencia, aumentar su calificación energética y reducción de los gastos de mantenimiento. 

Además, gracias a la rehabilitación de las fachadas, se puede obtener un aislamiento térmico efectivo, lo que mejora el confort del inmueble. 

Todo ello se traduce en unos vecinos más contentos, más la posibilidad de que más personas quieran vivir en el edificio. 

¿Qué permisos necesitas para llevar a cabo una obra de rehabilitación?

Las obras de rehabilitación son de gran trascendencia, así que para llevarlas a cabo se necesitan unos permisos de las autoridades locales. 

Habrá que presentar un proyecto de ejecución firmado por el arquitecto, al ayuntamiento. En él, se tienen que incluir una valoración de viabilidad y seguridad de las obras. 

No solo esto, también habrá que rellenar formularios de solicitud de obra, los cuales se entregarán junto a la memoria explicativa de los trabajos a realizar. Todo esto tiene que ir acompañado del presupuesto firmado por la empresa que se ha contratado para realizar la obra. 

Otro aspecto a tener en cuenta es que hay que pagar la Tasa de Prestación de Servicios Urbanísticos, las tasas referentes a andamios y contenedores, y el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras.