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Pulir o no pulir, esa es la cuestión: ¿qué parquet puede ser pulido?

Ayuda Legal Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 13 de diciembre de 2021

Pulir o acuchillar el parquet consiste en lijar la capa superficial del mismo. Esto se hace para mejorar el aspecto y la calidad de las áreas que han sido dañadas o deterioradas. 

Gracias a esta acción, se puede quitar el barniz antiguo, así como la suciedad que se acumula con el paso del tiempo y los arañazos que han podido aparecer. 

En otras palabras, es la manera de hacer que el parquet luzca como el primer día

Pero, ¿qué tipos de suelos de madera se pueden pulir?

Como hemos comentado brevemente, acuchillar el parquet es necesario para reparar las imperfecciones del suelo: los arañazos, golpes, humedad, incluso cambios de color causados por la luz del sol. 

Dentro de los parquets y suelos de madera, encontramos diferentes tipos: las tarimas macizas, el parquet multicapa y los chapados. Así que hay que tener en cuenta una serie de factores antes de pulir o no el suelo. 

Suelo laminado 

Por ejemplo, bajo ningún concepto se puede acuchillar el suelo laminado, ya que este es artificial, es decir, no es de manera natural. 

Tarima maciza

Pero si el suelo es de madera maciza y de calidad, como pueden serlo el roble, el nogal, el pino o el cedro, sí se puede pulir tantas veces como se quiera. Además, es recomendable hacerlo cada 8 o 10 años. No solo habrá que acuchillarlo, sino que también se le dará un posterior barnizado. 

Suelo chapado

Por otro lado, tampoco se pueden pulir los suelos chapados, ya que por ser los más económicos de madera natural, incorporan un mínimo chapado. 

Conclusión

Es decir, las tarimas macizas se pueden pulir. De hecho, hacerlo es lo óptimo. Pero no se pueden acuchillar ni los suelos de chapa de madera ni el parquet multicapa. 

Y, ¿cómo hacerlo?

Hay dos formas de llevar a cabo la acción de pulir: encargar el servicio o hacerlo uno mismo. 

Sea cual sea tu elección, has de tener en cuenta una serie de aspectos. Por ejemplo, que tienes que proteger los rodapiés y tener cuidado con la pintura de la pared. Puedes hacer uso de la famosa cinta de carrocero para que lijar no pase factura al resto de tu hogar. 

Además, tendrás que limpiar la superficie una vez la hayas lijado (tú o el profesional), de forma exhaustiva, para que el suelo quede liso y suave. Este es un paso que, muchas veces, se olvida, pero es imprescindible para conseguir un mejor resultado de pulido. 

Encarga el acuchillado

Si prefieres dejar tu tarima de madera maciza en manos de un profesional, verás cómo este aparece con una máquina de acuchillado y una lija gruesa. Con estas, retirará el barniz e igualará la superficie. 

Normalmente, se eliminan entre 1 y 1,5 milímetros de grosor del suelo. Y, posteriormente, se pasa una lija más fina. Además, se aplican varias capas de barniz. 

El precio habitual de estos servicios de pulido, lijado y barnizado, para un piso de 80 m2, es de 960€.

Hazlo tú mismo

Por otra parte, siempre puedes hacerlo por tu cuenta y con las herramientas adecuadas. Es una forma de ahorrar, sentirse realizado y no depender de otra persona o equipo. 

Necesitarás lo siguiente:

  • Lijadora eléctrica
  • Lija de grano grueso (grano 30)
  • Lija final (de grano 100)

Esto se puede hacer cuando quieras recuperar un área concreta que veas desgastado o dañado como, por ejemplo, una escalera. Quizás no es recomendable para acuchillar todo el suelo, donde deberías acudir a la ayuda de un profesional. 

A la hora de proceder, tendrás que lijar con la lijadora eléctrica la zona que quieres embellecer, y así eliminar el barniz antiguo. A continuación, tendrás que utilizar las otras dos lijas, de grano 30 y grano 100

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