Mantenimiento de suelos laminados: 8 tips

El suelo laminado es una alternativa muy popular y asequible frente a otros suelos como los de madera maciza o azulejos de cerámica. 

Pues, consiste en una capa superior de melamina resistente al desgaste que está impresa con un patrón de madera o piedra, que se adhiere a una capa base de alta densidad

La capa base se caracteriza por ofrecer estabilidad y resistencia a la humedad, mientras que la capa superior ofrece una apariencia realista de madera o piedra.

Los suelos laminados son conocidos por su durabilidad y fácil mantenimiento. No obstante, requieren algunos cuidados para mantenerse en óptimas condiciones y prolongar su vida útil.

A continuación, te exponemos algunos consejos que debes aplicar para un buen mantenimiento de suelos laminados.

Mantenimiento de suelos laminados: 8 consejos

Limpia regularmente

La limpieza regular es la clave para mantener tus suelos laminados en buen estado. Para ello, usa una aspiradora o escoba suave para eliminar el polvo y la suciedad de la superficie, seguido de un paño húmedo para limpiar cualquier mancha o derrame.

Es importante que evites el exceso de agua, especialmente en las juntas entre las tablas, ya que puede dañar el núcleo de madera y causar deformaciones. 

Usa productos de limpieza adecuados

Todos los productos de limpieza que utilices deben ser elaborados específicamente para suelos laminados. 

Por tanto, no deberás aplicar productos de limpieza abrasivos o ceras que pueden dañar la capa de sellado del suelo. 

Asimismo, debes evitar aquellos que sean a base de vinagre, ya que el ácido puede dañar la capa superior del suelo.

En su lugar, utiliza un limpiador suave diseñado para suelos laminados y sigue las instrucciones del fabricante. 

Protege tus suelos laminados de muebles pesados

Los muebles pesados pueden rayar o dañar la superficie del suelo laminado. Para evitar esto, usa almohadillas de fieltro en las patas de tus muebles. Esto ayudará a reducir la fricción y protegerá la superficie del suelo.

También, es importante levantar los muebles en lugar de arrastrarlos para evitar rayones.

Controla la humedad

Los suelos laminados son resistentes a la humedad. ¡Ojo! Esto no significa que sean impermeables. 

Por tanto, es fundamental mantener la humedad en tu hogar a un nivel constante para evitar que los suelos laminados se deformen o se expandan. 

Si vives en un área con alta humedad, considera el uso de un deshumidificador para mantener la humedad bajo control.

Asimismo, es importante limpiar inmediatamente cualquier derrame de líquido para evitar que la humedad se filtre en el núcleo de madera. 

No obstante, asegúrate de secar bien cualquier área húmeda después de la limpieza.

No uses los zapatos con tacones altos

Los tacones altos pueden dañar la superficie del suelo laminado. Pues, los calzados con tacones delgados y altos pueden perforar la capa superior del suelo y ocasionar daños permanentes.

Para evitar esto, considera pedirle a los visitantes que se quiten los zapatos al entrar en tu hogar, especialmente si llevan tacones altos. 

Además, puedes colocar alfombras en áreas de alto tráfico para proteger la superficie del suelo.

Evita la luz solar directa

La exposición prolongada a la luz solar directa puede desvanecer la capa superior del suelo laminado.

Para evitar esto, utiliza cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa en las áreas de la casa con suelos laminados.

También es importante no dejar objetos en el suelo que puedan crear sombras permanentes.

No utilices herramientas eléctricas

Las herramientas eléctricas pueden dañar la superficie del suelo laminado. Por tanto, no utilices herramientas eléctricas, como lijadoras o pulidoras.

Si necesitas reparar o restaurar tu suelo laminado, lo mejor es que consultes a un profesional.

Utiliza protectores de muebles

Para proteger la superficie del suelo laminado de arañazos y marcas, coloca protectores de muebles en las patas de sillas, mesas y otros muebles.

Estos protectores pueden ser de fieltro, goma o plástico y están disponibles en diferentes tamaños y formas para adaptarse a tus necesidades.

No obstante, debes cambiarlos regularmente, ya que con el tiempo pueden desgastarse y perder su efectividad.