El apego ansioso, ¿qué es?

El apego ansioso es uno de los tres estilos de apego inseguro. El apego ansioso se desarrolla en la infancia. Muy a menudo, el apego ansioso se debe a una crianza inconsistente y desajustada.

La baja autoestima, el fuerte miedo al rechazo o al abandono y el apego en las relaciones son signos comunes de este estilo de apego. Aunque requiere esfuerzo, las personas con estos problemas de apego pueden desarrollar un estilo de apego seguro con el tiempo.

Si quieres descubrir en profundidad de qué trata el apego ansioso, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

Pero, ¿qué es el apego?

El apego es la capacidad de establecer vínculos emocionales con otras personas. Comienza en el nacimiento y continúa en los primeros años y posteriormente. Es una forma de relacionarse con otra persona.

El tipo de apego que tenemos con nuestra madre o cuidador puede afectar nuestras relaciones como adultos. A partir de esta primera relación de apego, se tiene un modelo que afecta las relaciones posteriores.

Cuando las necesidades emocionales no se satisfacen o no se responden, esto puede tener un efecto duradero. Esto se llama apego inseguro.

Los 4 estilos de apego

Hay cuatro estilos principales de apego. Estos incluyen:

• Seguro
• Ansioso ambivalente
• Ansioso evitativo
• Desestructurado

‌Estos apegos pueden moldear la forma en que reaccionas y te comportas en tus relaciones adultas, especialmente con una pareja romántica. Comprender estos patrones puede ayudarte a aprender lo que necesitas y cómo superar los problemas.

El apego seguro, lo opuesto al apego ansioso

Las personas con un estilo de apego seguro tienen empatía, pero pueden establecer límites. Están satisfechos en sus relaciones cercanas y se sienten seguros y estables.

Cuando era niño, sus padres probablemente respondieron bien a sus necesidades y manejaron su propio estrés de manera saludable.

Las personas que tienen relaciones seguras pueden:

• Tener un buen sentido de autoestima
• Expresar abiertamente los sentimientos
• Pedir y dar apoyo fácilmente
• Estar con los demás, y les gusta, pero no se angustian si no están esas otras personas

El apego ansioso ambivalente

Las personas con apego ansioso suelen ser necesitadas. Son ansiosos y tienen baja autoestima. Quieren estar cerca de los demás, pero temen que la gente no quiera estar con ellos.

Cuando era niño, sus padres probablemente fueron inconsistentes. Podrían haber respondido a veces, mientras que otras veces, podrían haber estado distraídos o simplemente no estar presentes. Es posible que, si este es tu caso, te hayas sentido ansioso e inseguro y hayas sentido que tus padres no estaban.

El apego ansioso evitativo

Las personas con apegos ansiosos evitativos son lo opuesto a los necesitados, a los ansiosos ambivalentes. En lugar de querer estar emocionalmente cerca, evitan conectarse con los demás. Pueden confiar en sí mismos, anhelar la libertad y encontrar emociones difíciles.

Si estás en esta situación, tus padres probablemente no estaban disponibles cuando eras niño. Es posible que hayan rechazado tus necesidades o emociones, y aprendieras a retirarte. Aprendiste a evitar la cercanía o tal vez nunca supiste lo que se sentía y ahora la evitas por completo.

El apego desorganizado 

Las personas con este estilo de apego no sienten que merecen amor. Por lo general, tienen un miedo intenso que puede provenir de un trauma, abuso o negligencia infantil.

Si tienes este estilo de apego, es posible que hayas tenido un cuidador que ignoró tus necesidades o tuvo un comportamiento caótico que te asustó y te traumatizó. Es posible que hayas tenido tus propios problemas emocionales.

Y, ¿cuál es el impacto del apego ansioso?

Tener un apego ansioso puede dificultar el manejo del estrés y el cambio. Es posible que tengas problemas con las relaciones románticas, las amistades y otras relaciones.

Es más probable que los apegos ansiosos o desorganizados se deban a:

• Trauma
• Descuido
• Separación temprana de los padres
• Larga hospitalización
• Inconsistencia en la crianza y en la respuesta emocional

Si tuviste problemas en tu primera infancia, como adulto es posible que no confíes en los demás. Es posible que tengas un apego ansioso si:

• Tienes miedo de las emociones, la intimidad y la cercanía emocional
• Quieres alejarte cuando una persona se vuelve necesitada
• Eres independiente y no necesitas a los demás
• Ignoras los sentimientos de otras personas
• Podrías no tener límites
• Necesitas tranquilidad constante
• Eres “necesitado”
• Te obsesionas o te fijas demasiado en alguien
• Anhelas la intimidad, pero no puedes confiar en los demás
• Estás ansioso o celoso cuando estás lejos de tu pareja

Es importante recordar que un apego ansioso no siempre significa que no fuiste querido cuando eras niño. Significa que no recibiste toda la respuesta emocional que necesitabas. Tu personalidad y otras experiencias de vida también podrían haber influido.

Cómo evitar que el apego ansioso afecte tus relaciones

Hay algunas cosas que puedes hacer si tienes un apego ansioso. ¡Te las contamos!

• Aprende habilidades de comunicación. Aprender a expresar tus emociones y pedir lo que necesitas puede ayudarte a ser claro en tus relaciones. Aprender señales no verbales, como la postura y los gestos puede ayudarte a interpretar mejor cómo se siente tu pareja. Esto puede ayudarte a reaccionar de manera más apropiada.
• Ve a terapia. Si tienes problemas con tus relaciones, es una buena idea hablar con un terapeuta. La terapia puede ayudar a resolver algunas de tus experiencias infantiles anteriores que te dieron este modelo de relación.
• Encuentra a alguien que tenga un apego seguro. Puedes sentirte incómodo al principio de tener una relación con alguien que tiene un apego seguro. Esto puede ayudarte a comprender cómo se siente una relación estable y segura. También trata de entablar amistades con personas que tengan una alta autoestima, buenos límites y un apego seguro.