Ansiedad en la adolescencia: cómo identificarla y tratarla con terapias innovadoras

La adolescencia es un periodo de transformaciones y descubrimientos el cual, a pesar de ser interesante, también es posible que sea abrumador. A lo largo de estos años de formación, es normal que los jóvenes manifiesten niveles de ansiedad que pueden influir significativamente en su existencia cotidiana. Por suerte, existe una variedad de métodos novedosos y factibles para lidiar con la ansiedad en menores de edad, de los cuales se incluye la terapia EMDR y además otras estrategias psicológicas. El artículo en cuestión indaga la manera de distinguir la ansiedad en menores de edad y también cómo los padres y los docentes pueden apoyar.

Señales de ansiedad en adolescentes

Identificar la ansiedad en adolescentes puede ser desafiante, dado que su expresión varía ampliamente de un joven a otro. Sin embargo, existen algunos signos comunes que pueden indicar la presencia de ansiedad:

Cambios en el comportamiento

Retraimiento social, aislamiento, o evitar actividades que antes disfrutaban.

Rendimiento académico fluctuante 

Notable descenso en las calificaciones o dificultad para concentrarse en las tareas escolares.

Alteraciones del sueño

Dificultad para dormir, pesadillas frecuentes o exceso de sueño.

Síntomas físicos

Dolores de cabeza, fatiga excesiva, o problemas gastrointestinales sin una causa médica aparente.

Inquietud o irritabilidad

Estar constantemente ‘en alerta’ o mostrar una irritabilidad excesiva sin razones claras, reconocer estos signos es el primer paso para abordar la ansiedad y buscar el tratamiento adecuado.

Terapias innovadoras para la ansiedad en adolescentes

EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Oculares)

Uno de los procedimientos más novedosos para atender la ansiedad en menores de edad es el EMDR. Esta habilidad está pensada para facilitar el procedimiento de los pacientes en el momento de gestionar y sobreponerse a los eventos traumáticos o de ansiedad. En las sesiones de EMDR, el profesional orienta a los menores de edad a través de un procedimiento que se basa en la utilización de los ojos para recorrer un camino que les muestre el incidente estresante, esto facilitará el tratamiento de los recuerdos y reducirá la respuesta.

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La TCC es otra estrategia eficaz que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad. En la TCC, los adolescentes aprenden a identificar pensamientos irracionales o negativos y transformarlos en pensamientos más positivos y realistas, lo que puede aliviar significativamente la ansiedad.

Mindfulness y técnicas de relajación

Prácticas como la atención plena, la meditación y las técnicas de respiración son herramientas valiosas para los adolescentes. Estas prácticas enseñan a los jóvenes a centrarse en el momento presente y gestionar mejor las intensas emociones que acompañan a la ansiedad.

Cómo pueden ayudar los padres y educadores

Crear un entorno de apoyo

Los padres y educadores pueden desempeñar un papel vital en el manejo de la ansiedad de los adolescentes. Es fundamental crear un entorno seguro y de apoyo donde los adolescentes se sientan cómodos compartiendo sus inquietudes. Esto incluye escuchar sin juzgar, validar sus sentimientos y brindar apoyo emocional continuo.

Fomentar hábitos saludables

Fomentar un régimen cotidiano que contenga la cantidad de sueño adecuada, comer alimentos con nutrientes y hacer ejercicio de manera habitual puede colaborar a los jóvenes a sobrellevar su ansiedad. Los papás tienen la capacidad de instaurar estos comportamientos como parte de la costumbre habitual del grupo, esto además puede ser una ocasión de calidad junto a los papás y las mamás.

Educación sobre la ansiedad

Educarse a sí mismos y a los adolescentes sobre la ansiedad es otra forma poderosa de apoyo. Comprender lo que es la ansiedad y cómo se manifiesta puede desmitificar la experiencia y reducir el estigma asociado a buscar ayuda

Promover la profesionalidad

Si los signos de ansiedad persisten o afectan significativamente la vida del adolescente, es importante buscar la ayuda de un profesional. Los padres y educadores pueden guiar a los jóvenes hacia los recursos adecuados y apoyarlos en el proceso de tratamiento.

La ansiedad en menores de edad es una dificultad importante, sin embargo si se toma el enfoque adecuado y se apoya en el momento adecuado, se puede estudiarla y se puede manejar con éxito. Las terapias nuevas como el EMDR y la TCC, además del sustento constante de los padres y los educandos, tienen la capacidad de generar una gran diferencia en la existencia de los niños que lidian con la ansiedad. En el momento en que se toman medidas activas y se forma debates abierto sobre la sanidad mental de los adolescentes, podemos asistirlos a sobrellevar estos años complicados además de que es.