Errores comunes en la prevención de incendios y cómo evitarlos

La protección contra los fuegos es primordial para cuidar la seguridad de los lugares destinados al hogar y a la empresa. A pesar de ello, existen muchos errores que se cometen a causa de la falta de conocimiento o por no atender las particularidades, las cuales pueden poseer consecuencias devastadoras. En el artículo, estudiaremos las equivocaciones más frecuentes en la protección contra incendios y cómo evadirlas para cuidar la casa o compañía de usted.

1. No realizar mantenimiento regular de los sistemas contra incendios

El problema

Uno de los crímenes más grandes es no ejecutar regularmente un mantenimiento de los sistemas de alerta temprana y extinción de fuegos. Recurrentemente, los individuos montan antorchas, detectores de incendio o sistemas de rociadores, pero luego se pierden de ellos. Estos dispositivos, como todos los otros, requieren controles regulares para estar en condiciones de usarse en caso de que ocurra una emergencia.

Cómo evitarlo

Es importante planificar inspecciones constantes de la totalidad de los sistemas de protección contra incendio. Los extinguidores deben ser comprobados como mínimo una vez al año y los detectores de incendio deben ser chequeados mensualmente. Además, los rociadores automáticos deben ser supervisados por especialistas con el fin de hallar posibles errores. 

2. Uso incorrecto de extintores

El problema

El personal y los invitados no saben cómo utilizar un hidrante en caso de que se genere un incendio. Este es uno de los crímenes más frecuentes y riesgosos, ya que, si el incendio no es controlado en sus primeros años, es posible que se intensifique rapidamemente y sea imposible de manejar. Además, elegir el dispositivo de extinción de incendio de la forma incorrecta para la clase de incendio puede ser inefficaz o incluso riesgoso.

Cómo evitarlo

Es importante realizar constantemente formaciones sobre la utilización de extintores, sobretodo en las compañías y grupos comunitarios. Todos los individuos deben estar adiestrados para utilizar apropiadamente el extinguidor en tiempos de apremio. También es fundamental asegurarse de que las bocas de incendio sean las correctas para los tipos de emergencias que pueden sucederse en el lugar específico. Para ilustrar, los fuegos artificiales requieren de extintores de CO2, en tanto que los fuegos de origen fisionómico o químicos requieren de extintores de espuma o de polvo seco.

3. No disponer de un plan de evacuación

El problema

Tanto en hogares como en empresas, es habitual no tener un plan de evacuación bien definido en caso de incendio. Esto puede provocar el caos y poner en peligro la vida de las personas en situaciones de emergencia. La falta de señalización adecuada y la no realización de simulacros son errores comunes que aumentan el riesgo.

Cómo evitarlo

Es esencial contar con un plan de evacuación claro y conocido por todos los miembros del hogar o los empleados de la empresa. Este plan debe incluir rutas de escape accesibles, puntos de encuentro fuera del edificio y una asignación de responsabilidades específicas. Además, la señalización de salidas de emergencia debe ser visible, clara y estar correctamente iluminada. Realizar simulacros de evacuación periódicos es una excelente manera de preparar a todos para una situación real.

4. Ignorar el riesgo de incendio eléctrico

El problema

Los incendios eléctricos son una de las principales causas de incendios tanto en hogares como en negocios. Muchas veces se ignoran los riesgos asociados al uso incorrecto de dispositivos eléctricos, como sobrecargas, cables dañados o enchufes defectuosos. La falta de mantenimiento y la acumulación de polvo en los dispositivos eléctricos también aumentan el riesgo de incendios.

Cómo evitarlo

Es fundamental realizar inspecciones periódicas de la instalación eléctrica de la vivienda o empresa. Evita sobrecargar los enchufes y utiliza protectores de sobrecarga en todos los dispositivos. Si detectas cables en mal estado o enchufes defectuosos, reemplázalos de inmediato. Mantén los dispositivos eléctricos limpios y alejados de materiales inflamables, y asegúrate de que un profesional revise la instalación eléctrica al menos una vez al año.

5. Almacenamiento incorrecto de materiales inflamables

El problema

Tanto en entornos domésticos como industriales, muchas veces se almacenan productos inflamables sin seguir las normativas de seguridad. Esto incluye productos de limpieza, pinturas, disolventes, entre otros. El mal almacenamiento de estos materiales puede aumentar significativamente el riesgo de incendio, especialmente si están cerca de fuentes de calor o chispas.

Cómo evitarlo

Es esencial almacenar estos materiales en áreas ventiladas, alejadas de fuentes de calor y electricidad. Además, deben estar claramente etiquetados y, en el caso de las empresas, seguir las regulaciones específicas de almacenamiento de productos inflamables. Mantén siempre los productos inflamables en recipientes herméticos y en áreas designadas que cumplan con las normativas locales.

6. Subestimar la importancia de los detectores de humo

El problema

Muchas viviendas y locales comerciales no cuentan con detectores de humo o tienen detectores que no funcionan porque no reciben el mantenimiento adecuado. Los detectores de humo siguen siendo uno de los principales sistemas de alarma que advierten eficazmente a las personas cuando se produce un incendio, ofreciéndoles tiempo suficiente para una evacuación segura.

Cómo evitarlo

Una de las claves para la detección de incendios es colocar detectores de humo en todos los lugares importantes de su vivienda o negocio. Una de las claves de este proceso es, cuando se realiza la prueba mensual, asegurarse de que el estado y el rendimiento de las baterías sean buenos. Cambie las baterías al menos una vez al año. Si una alarma tiene más de diez años, considere reemplazar la unidad completa.

Conclusión

Para prevenir incendios es necesario aplicar no solo el sentido común, sino también un plan profesional y meditado. No caer en los errores habituales de los que hemos hablado puede ser el punto de inflexión entre el control y la catástrofe. El truco está en ser proactivo, realizar un mantenimiento adecuado, formar al personal en la respuesta a emergencias y personalizar las soluciones en función de las peculiaridades de cada entorno. El acto de prevenir hoy pone a tu disposición los mejores medios para salvaguardar lo más preciado: la vida y los bienes.