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Injerto de hueso dental para poner implantes: Técnicas avanzadas

Assla Asesoria Actualizado: 31 de octubre de 2024 Publicado: 9 de marzo de 2023

Cuando hablamos de un injerto de hueso dental nos referimos al procedimiento de implantación de un fragmento óseo en la mandíbula para obtener más volumen.

En este sentido, aumentan la cantidad de hueso utilizando un soporte sobre el que posteriormente se coloca el implante dental.

Habitualmente, la pérdida del volumen maxilar se debe a la falta de dientes. Asimismo, inciden los traumatismos, la periodontitis y otros problemas infecciosos.

La implantología oral es el tratamiento al que más se recurre para recuperar las piezas dentales perdidas.

Sin embargo, cuando hay una atrofia maxilar a causa de una pérdida dental permanente, la inserción de implantes es más complicada y conviene aplicar técnicas quirúrgicas avanzadas que eviten el nervio dentario inferior y el seno maxilar.

Dichas técnicas nos permiten aumentar y reconstruir el reborde alveolar, lo cual se denomina, injertos o sustitutos óseos.

Técnicas avanzadas

Las técnicas quirúrgicas avanzadas de cirugía implantológica avanzada abarcan la distracción osteogénica, la dilatación ósea del reborde alveolar, reposición del nervio mentoniano, la elevación de la mucosa del seno maxilar, regeneración ósea guiada y el injerto óseo.

La involución progresiva del maxilar superior presenta relación con factores sistémicos, mecánicos, metabólicos o inflamatorios.

La pérdida de piezas dentales a causa de traumatismos o exodoncias provoca un proceso de remodelación alveolar que se ve en aumento con la acción de las prótesis removibles.

Cabe mencionar que la presencia de cavidades de aire dentro de huesos, disminuye notablemente la cantidad de hueso disponible que, junto a la calidad ósea deficiente, ocasiona una amplia dificultad para la inserción de implantes dentales.

Por esta razón, conviene aumentar las áreas atróficas en la mandíbula para obtener el volumen necesario de hueso y así, la colocación del implante obtenga un buen resultado tanto a nivel funcional como a nivel estético.

Existen diferentes técnicas quirúrgicas para reponer el nivel óseo, reconstruyendo tridimensionalmente la cresta alveolar mediante injertos adheridos al hueso maxilar como, por ejemplo, los injertos onlay/inlay.

En los fragmentos posteriores, donde la estética no se ve afectada, se insertan implantes gruesos y largos para aumentar el contacto entre el hueso y el área del implante, y así, resistir las fuerzas masticatorias.

injerto de hueso dental

Injerto onlay

Este procedimiento quirúrgico se basa en conseguir un injerto en bloque extraoral o intraoral. Asimismo, pueden utilizar biomateriales para su posterior colocación gracias a tornillos de osteosíntesis en la parte de la atrofia.

La ventaja de esta técnica es que posibilita corregir defectos tanto en anchura como en altura, conllevando una rehabilitación posterior a través de implantes dentales.

Pese a que es más habitual optar por biomateriales, a día de hoy, se continúa recurriendo al hueso autólogo en las intervenciones de incremento óseo por sus propiedades no inmunogénicas y osteoinductivas. Cabe mencionar que los injertos autólogos onlays permiten una rápida reabsorción.

El procedimiento consiste en realizar una incisión en la región edéntula y dos verticales mesial y distal a la horizontal. De este modo, elevan el colgajo mucoperióstico y exponen la región atrofiada. 

Mediante el uso de instrumental piezoeléctrico, se perfora en la cortical. Una vez obtenido el injerto, se posiciona en la zona que lo va a recibir, fijándolo con microtornillos.

En cuanto a los espacios vacíos se rellenan con biomaterial y así, pasar al cierre de la herida quirúrgica. Tras un periodo de cuatro meses, se instalan los implantes.

La desventaja del injerto onlay intraoral es la hipoestesia temporal del nervio dentario o mentoniano, además de que requiere un mayor tiempo quirúrgico e incluso, la anestesia general.

Injerto inlay

La técnica inlay, también conocida como la técnica del sándwich, se basa en la teoría de que, si se coloca el hueso biomaterial o autólogo entre dos pedículos de hueso esponjoso, se obtiene una incorporación más rápida del injerto con una mínima reabsorción.

Esta se aplica en procedimientos reconstructivos de relleno en los que se utilizan pequeños fragmentos de tejido óseo para corregir defectos de hueso alveolar con morfología predefinida.

Asimismo, tiene la capacidad de envolver el material del injerto con sus propias paredes óseas, y así, evitar proporciones corono-implante desfavorables.

El procedimiento quirúrgico requiere una incisión en la mucosa vestibular adyacente a la cresta alveolar. Consiste en elevar el colgajo, dejando intacto el periostio lingual y exponiendo la superficie ósea vestibular. 

A continuación, el fragmento craneal se alza para obtener espacio suficiente para el injerto óseo sin dañar el periostio lingual.

A través de zonas donantes, podemos conseguir el injerto óseo como, por ejemplo, la cresta ilíaca y se sitúa entre ambos fragmentos (basal y craneal). Tres meses después de la intervención, podrán colocar los implantes dentales.

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