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Quizás has experimentado en algún momento los tics nerviosos. Estos son movimientos o sonidos, en función de si son tics motores o tics vocales, muy breves, repetitivos, no rítmicos… y, además, no tienen un objetivo.
Los tics nerviosos se encuentran en un 21% de niños, pero por lo general son transitorios. Si quieres descubrir más en profundidad sobre el tema, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
Como ya hemos adelantado, los tics nerviosos son movimientos rápidos, breves, repetitivos, que carecen de propósito. Pueden ser tanto motores o vocales. La mayoría de los tics no son graves. Por lo tanto, tienen muy poco efecto sobre la calidad de vida de una persona.
Sin embargo, en algunos casos, los tics pueden ocurrir con la suficiente frecuencia como para ser perturbadores y problemáticos. Cuando lo hacen, pueden afectar muchas áreas de la vida de una persona, incluidos los estudios, el trabajo y la vida social.
Los médicos utilizan cuatro características para identificar y diagnosticar los trastornos de tics:
Cuando hablamos de tics nerviosos, podemos hablar del trastorno de tic transitorio. Este trastorno aparece, sobre todo, en la juventud. Afecta hasta al 21% de los niños en edad escolar.
El trastorno de tic transitorio se caracteriza por la presencia de uno o más tics durante al menos un mes, pero menos de un año. La mayoría de los tics que se observan en este trastorno son tics motores, aunque también pueden estar presentes tics vocales.
Por otro lado, podemos hablar del trastorno crónico de tics motores o vocales. Mientras que los tics transitorios desaparecen en un año, los tics crónicos pueden durar más. El tic crónico se caracteriza por la presencia de uno o más tics de larga duración. Pueden ser motores o vocales, pero no ambos. Para un diagnóstico de tics crónicos, los síntomas deben comenzar antes de los 18 años. Los tics crónicos ocurren en menos de 5 de cada 100 niños.
Además, los tics pueden ser causa del síndrome de Tourette. En algunos casos, lo que parece ser un tic crónico puede ser un signo del síndrome de Tourette. Este síndrome es el trastorno de tic más grave. Se caracteriza por la presencia tanto de tics motores como de tics vocales.
Dado que muchas personas con el trastorno no han sido diagnosticadas, se desconoce exactamente cuántas personas viven con el síndrome de Tourette. Los síntomas generalmente comienzan cuando los niños tienen entre 5 y 18 años.
La gravedad del síndrome de Tourette a menudo cambia con el tiempo. Puede haber períodos de frecuencia reducida de tics, seguidos de una mayor actividad de tics. Afortunadamente, muchas personas con síndrome de Tourette descubren que su condición mejora a medida que envejecen.
Por último, no siempre está claro cuál es la causa de un tic nervioso. Se cree que se deben a cambios en las partes del cerebro que controlan el movimiento. Pueden darse en familias, y es probable que haya una causa genética en muchos casos.
También suelen ocurrir junto con otras afecciones, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
A veces, los tics pueden desencadenarse por el consumo de drogas, y en ocasiones son causados por problemas de salud más graves, como la parálisis cerebral o la enfermedad de Huntington.
Los tics son movimientos musculares, rápidos y repetitivos que resultan en sacudidas o sonidos repentinos y difíciles de controlar. Son bastante comunes en la infancia y, por lo general, aparecen por primera vez alrededor de los 5 años de edad. Muy ocasionalmente pueden comenzar en la edad adulta.
Los tics no suelen ser graves y normalmente mejoran con el tiempo. Pero pueden ser frustrantes e interferir con las actividades cotidianas.
Hay muchos tipos de tic. Algunos afectan el movimiento del cuerpo (tics motores) y otros dan como resultado un sonido (tics vocales), como ya hemos visto. Ejemplos de tics incluyen:
Los tics pueden ocurrir al azar y pueden estar asociados con algo como el estrés, la ansiedad, el cansancio, la emoción o la felicidad. Tienden a empeorar si se habla de ellos o se enfocan en ellos.
A menudo comienzan con una sensación desagradable que se acumula en el cuerpo hasta que se alivia con el tic, conocido como urgencia, aunque a veces se pueden suprimir en parte.
El tratamiento para los trastornos de tics depende de la gravedad de la afección. En muchos casos, no se necesita tratamiento y los tics se resuelven por sí solos.
En otros casos, los médicos pueden recetar terapia conductual, medicamentos o una combinación de ambos. La terapia conductual ayuda a las personas a aprender a manejar los síntomas de los tics y reducir la frecuencia de los mismos.
Los medicamentos habitualmente se usan para reducir la frecuencia de los tics y mejorar la vida diaria de una persona. Por lo general, esto no resulta en la remisión completa de los síntomas de los tics.
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