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Resolución de conflictos y toma de decisiones: ¿por qué los conflictos no siempre son malos?

Cosmo Auto Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 2 de diciembre de 2021

En nuestro día a día nos enfrentamos a numerosos conflictos y decisiones que tomar. Para muchas personas esto no supone ningún problema, pero para otras sí. Cuando esto resulta un obstáculo diario, que impide y bloquea, es el momento de tomar cartas en el asunto. 

Si alguna vez te has sentido impedido por tu dificultad a la hora de solucionar conflictos y tomar decisiones, estás en el sitio adecuado. A continuación, te contamos todo lo que tienes que saber sobre ello. 

Pero, ¿qué es un conflicto?

No todas las personas coinciden en qué recoge el término “conflicto”. Lo que algunos piensan que es una situación conflictiva, otros creen que no lo es, y viceversa. 

Según la Real Academia Española, un conflicto es un problema o materia de discusión, aunque también son tendencias contradictorias en el individuo que pueden generar angustia. 

De todas maneras, existen tantas perspectivas acerca de este concepto, que es impensable abarcarlo todo o llegar a un consenso. 

El conflicto, aunque cabe pensar lo contrario, no siempre es malo. Al fin y al cabo, se trata de un proceso, una manera de comunicar algo. Ahora bien, esta comunicación, este “trámite”, se puede hacer correcta o incorrectamente. 

¿Qué aspectos positivos tienen los conflictos?

Si se lleva a cabo de una manera adecuada, el conflicto puede ser un motor de cambio tanto personal como social, además de un reto en las capacidades de cada uno. 

También establece las identidades personales y grupales, mejora la capacidad de toma de decisiones y de solución de problemas. 

Y no solo esto, sino que también facilita la comunicación, haciendo que esta sea abierta y sincera. 

¿Qué aspectos negativos tienen los conflictos?

Por otro lado, si el conflicto no se efectúa correctamente, se puede dar una situación problemática negativa. La comunicación se hará más reducida e insegura, se tiende a la búsqueda de poder más que de soluciones, las actitudes se vuelven hostiles y sospechosas…

Pero también se juzga erróneamente, las soluciones parecen disminuir, se polariza el pensamiento y las respuestas se vuelven mecánicas.

¿Cómo tomar decisiones durante los conflictos?

Por lo que hemos comentado, hay que tener presente que los conflictos no son buenos o malos, sino que la manera en que se gestionan puede ser mejor o peor. 

Si durante un conflicto te sientes desbordado y sobrepasado por la situación, tienes que saber cómo actuar en estos casos. Y es que las emociones pueden interferir enormemente en la resolución del conflicto. 

Ante una situación de este tipo, hay que tomar una decisión de forma calmada. Aunque a veces parece imposible, si se elige aquello que creemos adecuado y coherente a nuestra vida y valores, no tendría que haber mucho problema. 

Cualidades para resolver conflictos 

Pero, aparte de tener eso en mente, hay unas características que son muy beneficiosas en resolución de conflictos y toma de decisiones:

  • Capacidad alta de escucha. 
  • Pensar en positivo en la medida que sea posible.
  • Capacidad de negociar y/o ceder. 
  • La capacidad de llegar a un punto común entre las dos partes para que estas se vean beneficiadas. 
  • Capacidad de comprometerse a los acuerdos finales. 

Pasos para resolver conflictos

No solo esto, sino que también se pueden seguir unos pasos orientativos:

  1. Identificación del problema, la duda o el conflicto. 
  2. Búsqueda de alternativas, brainstorming. 
  3. Evaluar las consecuencias de cada alternativa. 
  4. Elegir la mejor posible, la que tenga más aspectos positivos o menos aspectos negativos. 
  5. Aplicar la alternativa y comprometerse a ella. 
  6. Evaluar el resultado. 

¿Cómo comprometerse a la decisión tomada?

Una vez tomada la decisión, hay quienes se comprometen fácilmente a ella, mientras que otros parecen olvidar por qué se ha llegado a ese punto. Algunas formas de mantenerse a la solución, son:

  • Tener en mente los beneficios que trae la solución para las dos partes. 
  • Respetar los acuerdos.
  • No pedir cambios que no se está dispuesto a hacer. 
  • Tener la capacidad de renegociar y ceder.

¿Qué se gana con una buena toma de decisiones?

A veces, el proceso es tan extenso que parece que no merece la pena llevar a cabo una buena toma de decisiones. Pero lo cierto es que las ganancias son mayores que las pérdidas. Estas son:

  • Independencia y autonomía. 
  • Recuperación de la autoestima y la confianza. 
  • Se reduce el malestar emocional y psicológico que genera el conflicto cuando este no se resuelve. 
  • Conservar o recuperar relaciones. 
  • La capacidad de poner límites, además de los límites en sí mismos. 
  • Construir una nueva y mejor convivencia. 

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