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Las relaciones íntimas pueden verse afectadas cuando una parte de la pareja, o ambas, sufren alguna patología que le impida gozar y disfrutar del sexo. Esas consecuencias varían entre el dolor, la falta de apetito sexual, problemas para llegar al orgasmo o incluso ausencia de excitación.
En lo que respecta a los hombres, los contratiempos más habituales tienen que ver con la disfunción eréctil y la eyaculación precoz.
Por contra, en cuanto a las mujeres se refiere, los problemas de excitación, la aparición de dolor durante las relaciones o la ausencia del orgasmo son situaciones que se relacionan con estos problemas.
Por lo general, las razones por las que aparecen estas dificultades están asociadas a patologías psicológicas. El estrés o la depresión pueden originar que se manifiesten.
También, por supuesto, se producen por causas físicas. Algunas lesiones y operaciones motivan que disminuya la lívido, pero es el cuidado personal lo que más puede afectar.
Así, los especialistas recomiendan una vida saludable, tanto en ingesta de alimentos como en actividad física, para tener un cuerpo y una cabeza sanas. Evitar la obesidad, la hipertensión, el tabaquismo o altos niveles de colesterol es un gran primer paso para mantener una actividad sexual saludable.
En primer lugar, debemos diferenciar entre los problemas masculinos y los femeninos.
La disfunción eréctil, que supone una incapacidad para mantener el miembro viril erecto, la eyaculación precoz, que no es otra cosa que despedir semen de forma prematura, la eyaculación tardía, que impide al hombre expulsar semen o necesita más tiempo del debido, y tener la testosterona baja son los principales síntomas de los problemas sexuales en los hombres.
Si nos referimos a la dispareunia, que supone la aparición de un dolor intenso durante o después de la penetración en la zona pélvica, o el vaginismo, que se identifica con un dolor fuerte a causa de la contracción de los músculos vaginales, entonces hablamos de los síntomas de los problemas sexuales en las mujeres.
No hay duda de que mantener una vida equilibrada ayuda a estar sano, tanto a nivel físico como a nivel emocional y ayudará a prevenir y a resolver problemas de salud. Saber, además, controlar el estrés o la ansiedad es clave para poder disfrutar y gozar de relaciones sexuales plenas.
Los expertos apuntan a una mala educación sexual como raíz de la aparición de los problemas sexuales. Y es que la forma en la que se observa el sexo, dependiendo de la formación de cada uno, puede derivar en sensaciones encontradas, falta de confianza e incluso problemas de autoestima, lo que evita que se pueda disfrutar.
Es probable que exista una causa psicológica tras las dificultades carnales. Normalmente, se procede a realizar una terapia en pareja para ahondar en las cuestiones que están bloqueando la relación en la cama y barajar diferentes soluciones.
En este sentido, las pautas marcadas por el especialista estarán determinadas por los problemas de los pacientes.
Si, por contra, estas adversidades surgen por dolencias físicas, entonces el procedimiento se encargará a un ginecólogo o un andrólogo.
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