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La importancia de los límites en la crianza: Guía para padres sobre disciplina positiva

Establecer límites con disciplina positiva fomenta el respeto mutuo y enseña a los niños a autocontrolarse sin recurrir al castigo, utilizando estrategias como la comunicación clara, validar emociones, y ofrecer consecuencias lógicas

Psico-Logos Publicado: 23 de octubre de 2024

La crianza de los hijos puede ser una tarea compleja y desafiante. Uno de los problemas más difíciles es entender cómo establecer límites sin castigos para fomentar un ambiente en el hogar en el que el respeto sea mutuo. La disciplina positiva se presenta como una forma alternativa de combinar la firmeza con la empatía para generar un desarrollo emocional y conductual saludable en los niños. En este artículo, analizaremos las claves de una disciplina positiva eficaz, la importancia de los límites en la crianza y su aplicación respetuosa.

¿Por qué son importantes los límites en la crianza?

Los límites brindan estructura, seguridad y estabilidad a la vida de los niños, ya que los ayudan a comprender las expectativas y a crear un entorno predecible para el crecimiento y el desarrollo. Las experiencias de dominio (como el aumento gradual de los grados de libertad para establecer reglas para uno mismo) brindan a las personas la creencia de que pueden ejercer por sí mismas el control y la moderación necesarios para gestionar su comportamiento.

Establecer límites no es una cuestión de ser un dictador, sino de ayudar a los niños a comprender la autorregulación y a asumir la responsabilidad de su propio comportamiento. De esta manera, la disciplina positiva implica el uso de refuerzos efectivos para el comportamiento sin necesariamente aplicar medidas punitivas severas que permitan que padres e hijos tengan una relación buena y saludable basada en el respeto.

Los efectos negativos del castigo

El castigo, especialmente el castigo físico o verbal, puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Algunos de los efectos más comunes son:

  • Resentimiento: El castigo puede generar resentimiento y miedo en los niños, afectando negativamente la relación con los padres.
  • Conductas de evitación: Los niños que son castigados con frecuencia tienden a evitar a sus padres o a ocultar su comportamiento en lugar de aprender a actuar de manera correcta.
  • Autoestima baja: Los castigos severos pueden afectar la autoestima de los niños, haciéndolos sentir menos valiosos y capaces.
  • Modelo de violencia: Cuando los padres recurren a castigos físicos, están enseñando que la violencia es una solución aceptable para resolver conflictos.

La disciplina positiva, sin embargo, se centra más en la enseñanza que en el castigo y, de esta manera, consigue crear un entorno de aprendizaje en el que los niños pueden llegar a comprender las implicaciones de sus acciones en un caso determinado y, al mismo tiempo, mejorar su comportamiento sin vergüenza ni rechazo.

La disciplina positiva es la antítesis, donde el enfoque está en enseñar en un ambiente creado para el aprendizaje para que los niños puedan llegar a comprender las consecuencias de sus acciones y posteriormente mejorar sus comportamientos sin vergüenza ni sensación de rechazo.

¿Qué es la disciplina positiva?

La educación positiva es una corriente que mezcla la firmeza y la amabilidad con el fin de que los menores desarrollen habilidades de tipo social, emocional y conductual. Se fundamenta en el amor al otro y en la entendimiento de que las equivocaciones son ocasiones para instruir, no para ser sancionados.

Algunos de los principios clave de la disciplina positiva incluyen:

  • Ser firme y amable al mismo tiempo: Los padres deben ser claros y consistentes al establecer límites, pero también respetuosos y comprensivos.
  • Fomentar la autonomía: Permitir a los niños tomar decisiones dentro de los límites ayuda a desarrollar su sentido de responsabilidad y confianza.
  • Enseñar consecuencias naturales: En lugar de imponer castigos, se permite que los niños experimenten las consecuencias naturales de sus acciones (cuando sea seguro hacerlo), para que aprendan de sus errores.
  • Conectar antes de corregir: Es fundamental conectar emocionalmente con los niños antes de corregir su comportamiento. Esto ayuda a mantener la calma y a resolver el conflicto de manera respetuosa.

Cómo establecer límites sin recurrir al castigo

Establecer límites no tiene por qué ser una experiencia negativa ni estresante. A continuación, se detallan algunas estrategias para aplicar la disciplina positiva y poner límites de manera efectiva:

1. Comunicación clara y directa

Es fundamental que los infantes asimilaran los conceptos y normas. Los extremos deben ser definidos con claridad, y evitarse las palabras o expressions ambiguas o complicadas. Describir el “por qué” de las normas además de esto apoya el entendimiento de su objetivo.

Para ilustrar, en vez de expresar que no toquen eso, es posible que tengas que expresar: no toquen ese objeto debido a que es endeble y es posible que se rompa. Esto le proporciona al menor una explicación que tiene lógica y no se siente como una vedación iracunda.

La importancia de los límites en la crianza: Guía para padres sobre disciplina positiva

2. Ofrecer alternativas

En vez de aceptar simplemente la decisión de no hacer algo, es provechoso brindarle alternativas a la conducta deseada. Si el infante desea correr por el hogar, es posible que puedas decirle: “no podemos correr en el interior de la casa, sin embargo podemos salir al patio más tarde y luego correr en ese lugar”.

Ofrecer alternativas le da a los infantes la impresión de que poseen alternativas y no se sienten totalmente encerrados.

3. Consistencia en la aplicación de límites

La consistencia es fundamental para que los límites sean efectivos. Si las normas están siendo interpretadas de manera errónea, los infantes pueden dejarse llevar por el error y no tomarlas en consideración. Los papás tienen que ser consistentes en la manera en la que implementan las normas y las consecuencias de no acatarlas.

4. Validar las emociones

Los infantes a menudo se sienten ofuscados en el momento en que les aplicamos límites, y es fundamental que los papás reconozcan y avalen estos sentimientos. Oraciones como “Entiendo que te sientes fastidiado debido a que no puedes observar más canales de TV, sin embargo en este momento es hora de cenar” validan que los sentimientos que tienes son justos, pese a que tengas que acatar las normas.

5. Reforzar el buen comportamiento

Es fundamental elogiar y reforzar los comportamientos positivos. En lugar de centrarse únicamente en lo que los niños hacen mal, se debe resaltar y celebrar cuando siguen las reglas o muestran comportamientos adecuados. Esto refuerza la conducta positiva y motiva a los niños a repetirla.

Una herramienta eficaz en la disciplina positiva es el uso de consecuencias lógicas. Estas consecuencias están directamente relacionadas con el comportamiento del niño. Por ejemplo, si un niño no recoge sus juguetes, la consecuencia lógica sería que no podrá jugar con ellos hasta que los recoja.

Las consecuencias naturales, por otro lado, son el resultado directo de las acciones del niño. Por ejemplo, si un niño no quiere ponerse un abrigo cuando hace frío, experimentará la sensación de frío. Esto le enseña de manera natural la importancia de tomar decisiones adecuadas.

Establecer límites mediante la disciplina positiva es una forma efectiva y respetuosa de criar a los hijos. Al centrarse en la enseñanza en lugar del castigo, los padres pueden fomentar el desarrollo emocional y comportamental saludable de sus hijos, creando un ambiente de respeto mutuo en el hogar. Al ser claros, consistentes y comprensivos, los padres pueden guiar a sus hijos a convertirse en individuos responsables, seguros de sí mismos y empáticos.

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