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Guía para padres para entender la integración sensorial

Soltres Actualizado: 3 de febrero de 2022 Publicado: 1 de diciembre de 2020

La Integración Sensorial es un proceso neurológico por el cual las sensaciones que provienen de nuestro entorno y de nuestro cuerpo, son organizadas e interpretadas para su uso.

Toda la información que recibe un bebé le viene a través de sus sistemas sensoriales.

Todos conocemos los sentidos del gusto, olfato, vista y oído, pero lo que la mayoría no piensa es que nuestro sistema nervioso, siente también a través del tacto, a través del movimiento, de la gravedad y de la posición corporal (propiocepción). No nos damos cuenta de ello, porque muchos de estos procesos se realizan de forma automática, y, de forma inconsciente, dentro del sistema nervioso.

Nuestro cuerpo y nuestra mente están constantemente en acción para dar respuesta a las demandas del mundo que nos rodea. Todo lo que sentimos, pensamos y experimentamos se procesa y se interpreta, gracias a nuestro Sistema Nervioso Central. La integración sensorial es el conjunto de todas estas acciones. 

La Integración Sensorial es la capacidad del Sistema Nervioso Central (SNC) de procesar correctamente los estímulos sensoriales de nuestro entorno, y generar las respuestas adaptadas que se nos exigen.

Esta se desarrolla para la mayoría de los niños de forma natural durante su infancia, a través de las estimulaciones que reciben. Sin embargo, para otros niños, este proceso de Integración Sensorial se desarrolla de manera más deficiente. Cuando esto ocurre pueden aparecer problemas de aprendizaje, de comportamiento o de desarrollo.

Cuando el cerebro no trabaja de forma funcional, porque le faltan herramientas para procesar toda la información sensorial, dificulta un desarrollo y una maduración óptima.

Cuando hay dificultades de procesamiento sensorial, pueden aparecer los siguientes síntomas:

  • Problemas de aprendizaje: niños con un ritmo de aprendizaje lento, dificultades en el razonamiento lógico, en la coordinación motora, etc… Niños con problemas en la lectoescritura, con dificultades en las matemáticas, en la memorización de conceptos, memoria a corto plazo, etc.
  • Problemas de atención: niños con dificultad para inhibir estímulos sensoriales innecesarios (sonidos de fondo, mucha estimulación visual, incapaces de mantenerse quietos (movimiento, posturas). Cuando no existe inhibición sensorial afecta también a la concentración y el niño puede incluso responder exageradamente a los estímulos. 
  • Retraso psicomotor (motricidad fina y gruesa): niños patosos, con problemas de coordinación, con dificultad para practicar deportes… Otros niños presentan dificultades sólo en motricidad fina, con un agarre incorrecto del lápiz (les cuesta hacer la pinza), dificultad para ensartar elementos, para pegar, recortar…
  • Retraso en la adquisición del lenguaje: niños que se retrasan en la adquisición de las primeras palabras sin presentar problemas auditivos ni orofaciales. Niños con problemas en la expresión, fluidez verbal, problemas de comprensión, dificultades en la articulación de fonemas (dislalias).
  • Problemas de conducta: Los niños con problemas de procesamiento sensorial por hiposensibilidad (sentir los estímulos en un umbral muy bajo) no saben cómo relajarse o tranquilizarse, porque necesitan exponerse a los estímulos de forma compulsiva (niños con diagnóstico de TDAH).

También pueden ser niños hipersensibles (sienten los estímulos en un umbral muy alto) no toleren la estimulación y siempre estén en constante inhibición (quietos, evitando el movimiento, asustándose con los ruidos de forma exagerada…). 

Otros niños pueden ser explosivos, poco flexibles a los cambios (horarios, distribución…), o pueden tener dificultades en los cambios de una actividad a otra o de un lugar a otro. El niño puede mostrar una irritabilidad sin explicación o puede llorar de repente sin motivo, siendo la causa un desajuste sensorial.

  • Defensividad táctil: estos niños sienten que la mayoría de los estímulos táctiles son agresivos y sus reacciones ante, una caricia, un abrazo o un roce entre sus amiguitos del cole, les pueden provocar ansiedad y provocarle agresividad, respondiendo de forma exagerada a estos estímulos.

 “La terapia de la Integración sensorial involucra todo el cuerpo, a todos los sentidos, a todo el cerebro”

 La terapia ofrece experiencias sensoriales y respuestas adaptativas de acuerdo con las necesidades neurológicas del niño. Incluye movimientos de cuerpo completo que proporcionan sensaciones del movimiento (sensación vestibular) sensación de tracción y compresión de los

músculos y las articulaciones (sensaciones propioceptivas) y sensaciones al tacto y la presión (sensaciones táctiles). Nuestro objetivo es mejorar la manera en que el cerebro procesa y organiza las sensaciones.

APRENDO CENTRO MULTIDISCIPLINAR, pone a tu disposición su Terapia de Integración Sensorial en Alcorcón, siendo pioneros en la zona sur de Madrid.

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