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La adolescencia es una época caracterizada por transformaciones en el físico, el emocional y el social que acostumbran a traer complicaciones en la vínculo entre los padres y los niños. Uno de los peligros más grandes que enfrenta la familia en este periodo es conseguir mantener un vínculo abierto y sincero con los menores, construyendo un ámbito de franqueza que favorezca la conversación y la comprensión entre ambos. Es fundamental que los jóvenes se comunicaran durante la adolescencia para que pudieran desarrollar su carácter y sortear las dificultades propias de la etapa. Siguientemente, te brindamos tácticas y sugerencias para desarrollar una conversación fluida y pública con los menores de edad.
Uno de los primeros pasos para comenzar a tener una conversación productiva con un menor de edad es aprender a ser un buen oyente. Esto implica más que simplemente oír lo que dice; implica concentrarse sin detener, juzgar o intentar solucionar el inconveniente de manera inmediata. La escucha activa se orienta a entender las emociones y los razonamientos de adolescente, haciendo que se valore y se proteja su derecho a expresarse.
Consejo para padres: Cuando tu hijo adolescente hable, apaga el móvil, evita distraerte y haz contacto visual. Asiente o muestra interés sin interrumpir y utiliza frases como “Te entiendo” o “Debe ser difícil”. Esto no solo fortalece la confianza, sino que también hace que el adolescente se sienta valorado y respetado.
El primero de los muchos pasos que hay que dar para comunicarse eficazmente con un adolescente es ser empático. La mayoría de los adolescentes están plagados de problemas internos, haciendo malabarismos entre las exigencias sociales, la escuela y las presiones familiares. Solo la empatía y la aceptación les permiten sentirse comprendidos. Así que no intentes ignorar sus quejas como si fueran problemas típicos de adolescentes; son TUS problemas en un cuerpo de otra edad. La empatía y la aceptación son formas en las que los adolescentes pueden sentirse lo suficientemente cómodos para hablar contigo sin el miedo a ser juzgados o rechazados.
Consejo para padres: Evita frases como “Eso no es tan importante” o “Cuando yo tenía tu edad…” y, en su lugar, emplea afirmaciones como “Entiendo que esto es importante para ti” o “Debe ser complicado para ti”. Este enfoque facilita un ambiente donde se sienten seguros para expresar sus miedos y preocupaciones.
Los adolescentes pueden actuar de forma impulsiva o desafiante en ciertas ocasiones. Mantener la calma es esencial para abordar estos momentos sin que la situación escale. Si como padre reaccionas con enojo o frustración, es probable que el adolescente se cierre y evite comunicarse en el futuro. Practicar la calma, aun en momentos tensos, demuestra madurez emocional y proporciona un modelo de autocontrol que los adolescentes pueden imitar.
Consejo para padres: Ante un conflicto, toma respiraciones profundas y da un pequeño espacio si sientes que vas a perder la calma. Expresa frases como “Vamos a calmarnos para hablarlo con tranquilidad”. Esto ayuda a que ambos tengan el tiempo necesario para pensar y permite un diálogo constructivo.
Los límites son importantes, pero también es fundamental ser flexible y comprensivo en algunos aspectos. La comunicación abierta no significa que todo esté permitido; sin embargo, los adolescentes necesitan entender el “por qué” detrás de las reglas. Explicarles tus razones y estar dispuesto a dialogar sobre las normas puede evitar que las perciban como imposiciones arbitrarias, facilitando la colaboración y el respeto.
Consejo para padres: Utiliza frases como “Esta regla es importante porque…” y permite que el adolescente exprese su opinión. Por ejemplo, si el adolescente quiere extender su hora de llegada, escúchalo y plantea una solución que sea razonable para ambos, mostrando que sus opiniones también son válidas.
Es natural que los adolescentes deseen tener cierta independencia y espacio personal. Darles la libertad para expresarse, sin intervenir constantemente, contribuye a que se sientan respetados. Además, respetar su privacidad puede fortalecer la confianza en la relación, ya que el adolescente percibe que se respeta su individualidad.
Consejo para padres: Evita invadir su espacio personal, como revisar su móvil o su habitación sin permiso. Si hay algo que te preocupa, puedes abordarlo de forma abierta: “Me gustaría hablar contigo sobre algo que me inquieta”. Esto permitirá que el adolescente comparta sus pensamientos y sentimientos sin sentirse vigilado o coartado.
Los adolescentes suelen imitar comportamientos, y es probable que adopten el estilo de comunicación que observan en sus padres. Ser un modelo de comunicación abierta implica ser transparente sobre tus propios sentimientos y emociones, hablar con respeto y reconocer cuando cometes errores. Esta actitud les enseña que ser honestos y expresarse es positivo y les da un ejemplo concreto a seguir.
Consejo para padres: No tengas miedo de disculparte si te has equivocado. Por ejemplo, puedes decir: “Lo siento por haberme enfadado, creo que puedo manejarlo mejor”. Este tipo de reconocimiento muestra que los errores son parte del proceso y que siempre se puede mejorar.
El humor es una poderosa herramienta para aliviar tensiones y crear un ambiente relajado. Incorporar momentos de risa y alegría en la comunicación diaria ayuda a reducir la presión en situaciones difíciles, haciendo que el adolescente se sienta más cómodo para hablar y abrirse.
Consejo para padres: No temas compartir momentos graciosos o reírte junto a tu hijo adolescente. El humor fomenta una relación más cercana y alivia el estrés, facilitando la confianza y la comunicación en momentos más serios.
Al momento de que los jóvenes aviejan, acostumbran pasar más tiempo junto a sus colegas y menos tiempo junto a sus papás. A pesar de ello, desarrollar actividades que compartan los mismos intereses, como por ejemplo, ver un film, salir a caminar o hacer algún deporte, unifica el vínculo y preserva la conversación. Estas ocasiones de gran valor hacen que el joven se sienta apreciado y es más probable que comunique sus sentimientos y dudas en una atmósfera pacífica.
Consejo para padres: Establece momentos regulares para pasar tiempo con tu hijo, sin presionarlo para hablar. Permite que la conversación surja naturalmente y crea un espacio donde se sienta cómodo para expresar lo que necesita.
Cuando un adolescente da el paso de compartir algo personal o difícil, es importante reforzar este acto de confianza. Agradecerle su sinceridad o expresar aprecio por su disposición a comunicarse le motivará a continuar haciéndolo en el futuro. La retroalimentación positiva ayuda a que los adolescentes vean la comunicación como algo valioso y positivo.
Consejo para padres: Después de una conversación significativa, expresa tu agradecimiento diciendo algo como “Me alegra que te sientas cómodo hablándome sobre esto” o “Gracias por compartir tus pensamientos conmigo”. Esto fortalece la confianza y hace que el adolescente sienta que su voz es importante.
Comunicarse de manera permanente con los menores de edad es una dificultad, sin embargo igualmente una ocasión para generar una vínculo de confianza y solidarios. Con estas tácticas, los papás logran facilitar un entorno en el que los niños puedan sentir comodidad para vocalizar, además de que se desarrollen como individuos y se estrechen los vínculos entre familiares. La adolescencia es una fase de transición que contiene muchos cambios, sin embargo con delicadeza, empatía y devoción, la relación entre los padres y los niños puede ser potenciada y convertirse en una base firme para el futuro.
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