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¿Cómo llega un adolescente a plantearse el suicidio?

Ventanas Felipe Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 17 de agosto de 2021

Existen mitos alrededor del tema sobre el suicidio, la diatriba está entre la gente que habla de suicidarse y los que verdaderamente lo intentan.

Se cree equivocadamente que solo se trata de una simple llamada de atención o petición de ayuda.

Los niños que tocan el tema del suicidio, bien sea en conversaciones o escriben sobre matarse, por lo general, no se les toma en serio y se les tilda de melodramático, al punto de que se cree que ¡no lo harán! o ¡no lo dicen en serio!

Pero cuidado, nunca hay que ignorar una amenaza de suicidio sin importar cuantas veces lo haya dicho o escrito, nunca debemos subestimar esta conducta o dejarla de tomar en serio.

Es necesario responder a este llamado en forma seria y cuidadosa, además, hay que tener en cuenta otras advertencias.

Esto no significa que el niño se vaya a suicidar, pero es una posibilidad.

¿Cuáles son los factores que hacen que un adolecente considere suicidarse?

Reflexionar sobre el tema es útil para determinar los factores que hacen que un adolescente considere o intente suicidarse.

En estos casos, ¿cuánto sabemos sobre los adolescentes que intentan suicidarse? ¿y sobre los que terminan con su vida?

Analicemos los llamados factores de riesgos y factores protectores, el balance entre ellos es clave, sin embargo, nunca hay que despreocuparse.

Factores de riesgos

  • El fallecimiento de una persona querida, una mascota o un amigo, pueden convertirse en factor de riesgo. Los niños sienten las pérdidas con sentimiento muy profundo, asimismo, los afecta terriblemente la separación de sus padres, la pérdida de su casa o el desempleo de alguno de sus padres. 
  • Los trastornos que implican una alteración psiquiátrica, o de los estados emocionales relacionados con la tristeza o estrés. 
  • El consumo de alcohol u otras sustancias.
  • Problemas disciplinarios.
  • Comportamientos de alto riesgo o búsqueda de muchos problemas.
  • Indefinición de su orientación sexual, aunado a un ambiente irrespetuoso de la condición sexual y el rechazo.
  • Falta de apoyo al niño homosexual o a la niña lesbiana.
  • Antecedentes familiares con suicidio es un factor de riesgo de mucho cuidado y preocupante.
  • Historial de violencia en casa, abuso infantil.
  • Carencia de apoyo social. Esto implica que el niño se siente desprotegido por un adulto significativo en su vida, así como también adolece del apoyo de sus amigos; en consecuencia, se aísla y el suicidio le parece una salida apropiada a su desamparo.
  • Ser víctima de acoso es un factor de riesgo altísimo. Pero también se conoce por investigaciones, que los niños acosadores pueden tener riesgo alto de comportamiento suicida.
  • Acceso a medicamentos letales o armas.
  • Sentimientos de culpa, vergüenza y baja autoestima.
  • Las personas que se sienten desamparadas, terminan por hacerse daño.
  • Dificultad para acceder a servicios de transporte confiable. Falta de proveedores de servicio bilingües, coste financiero de servicios que son imperativos. 
  • Factor cultural. La creencia religiosa que trata el tema del suicidio como salida noble a los problemas o dilemas personales.

Factores protectores

Si el niño tiene una buena cantidad de factores de riesgo protectores es menor el riesgo del suicidio, sin embargo, no suficiente como para despreocuparnos.

  • Capacidad para resolver conflictos. Los niños que son capaces de afrontar problemas y buscarle soluciones de forma no violenta, tienen más probabilidades de cuidarse y evitar hacerse daño.
  • Lazos emocionales fuertes con las personas importantes en su vida.
  • Sentirse queridos y apoyados. Con estos sentimientos los niños son capaces de buscar ayuda en sus seres queridos, contarles sus dificultades y si se sienten atrapados en un conflicto.
  • Acceso limitado a objetos, productos y sustancias letales.
  • En el aspecto cultural religioso, este debe considerar que el suicidio no está bien, y la auto-preservación de la vida es la opción correcta.
  • Acceso efectivo a intervenciones clínicas adecuadas, bien sea para tratamientos de psicoterapia, medicamentos indicados, terapias individuales, grupales, familiares. etc. 
  • Atención oportuna para el tratamiento de trastornos mentales, físicos y rehabilitaciones en caso de uso de sustancias. 
  • Atención estrecha y conectada entre los profesionales de la salud y los niños, que estos sientan que los atienden y están disponibles para ayudarlos.

Finalmente, si un niño habla de morir, préstale atención y háblale sin temor, nunca dejes de tomarlo en serio.

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