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Claustrofobia: posibles tratamientos

CR Soni Construcciones Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 1 de julio de 2021

La claustrofobia es un trastorno de ansiedad de tipo fóbico situacional.

Está caracterizado por exhibir, en quienes lo padecen, un miedo intenso e incontrolable a permanecer en los espacios cerrados. Sobre todo, porque piensan que no podrán salir fácilmente de allí y anticipan consecuencias catastróficas por ello.

Por lo tanto, los ataques de ansiedad se generan cuando la persona se encuentra en cualquier espacio cerrado. Como, por ejemplo, un ascensor, un coche, una cueva, etc.

Sin embargo, cada caso es particular, una persona con claustrofobia puede responder de manera diferente a otra persona con claustrofobia ante la misma situación.

En este sentido, algunas personas presentan el miedo cuando se encuentran en lugares específicos. Mientras que, otras personas tienen un miedo generalizado a los espacios cerrados.

Incluso, pueden experimentar ansiedad anticipada, es decir, justamente antes de enfrentarse a la situación.

Síntomas de la claustrofobia

Los síntomas que exhibe una persona con claustrofobia pueden variar de un sujeto a otro.

Sin embargo, existen síntomas comunes, incluso se asemejan a los síntomas de las demás fobias específicas.

De manera general, la persona con claustrofobia experimenta una activación fisiológica característica de la ansiedad, que incluye:

  • Sensación de opresión en el pecho.
  • Falta de aire.
  • Aumento del ritmo cardiaco y de las respiraciones.
  • Sensación de mareo, temblores y náuseas.
  • Sudoración fría.

Además, obviamente, de la usual conducta de evitación, que se presenta en todas las fobias específicas.

En la claustrofobia son los espacios cerrados los que intenta evitar la persona que la padece. Por ejemplo, evitar tomar el ascensor, aunque el piso al que se dirija sea el número 15.

También puede permanecer junto a las puertas de salida como medida de seguridad. O, no tomar el ascensor solo, por poner algunos ejemplos.

La claustrofobia es uno de los trastornos de ansiedad de tipo fóbico más comunes. Alrededor del 5 % de la población ha experimentado claustrofobia en mayor o menor proporción.

En muchos casos, la fobia a los espacios cerrados se va generalizando cada vez más al pasar el tiempo.

¿Cuál es la causa de la claustrofobia?

Muchas veces la claustrofobia está relacionada a un episodio traumático vivido en cualquier momento de nuestras vidas. Por lo tanto, se genera una fobia ante la situación y circunstancias del suceso traumático.

Sin embargo, no es obligatorio haber vivido un evento traumático para padecer alguna fobia especifica. Por ejemplo, puede ser resultado de la imitación, predisposición genética, entre otras.

Tratamiento de la claustrofobia

Primero que nada, es importante diagnosticar de manera precisa la existencia de claustrofobia y saber en qué grado se presenta. Ya que, dependiendo del nivel, podrá variar el tratamiento.

Así, en los casos leves de claustrofobia si la persona lo interioriza y asume ciertas conductas, puede superar la ansiedad.

Por otra parte, si la fobia presenta un nivel alto que condiciona la vida cotidiana de la persona, será necesario recurrir a otro tipo de tratamiento.

Existen diferentes corrientes psicológicas para el tratamiento de la claustrofobia, las técnicas más empleadas son las siguientes:

Inundación.

Esta técnica se fundamenta en la exposición del paciente a su disparador fóbico. En la claustrofobia, consiste en exponer a la persona a lugares cerrados hasta que pasa el ataque de ansiedad. La esencia radica en enfrentar la situación temida sin experimentar ningún daño real. Se logra establecer una estrategia de enfrentamiento a la situación temida.

Contracondicionamiento.

En caso de que la persona no pueda manejar el miedo para intentar una inundación, se recomienda esta técnica. En la cual, la persona aprende a utilizar métodos específicos de relajación y visualización para superar la ansiedad asociada con la fobia.

Desensibilización.

Se expone a la persona progresivamente el desencadenante fóbico mientras intenta lograr la relajación física y mental.

Modelado.

Esta técnica terapéutica consiste en observar a otras personas enfrentar el disparador fóbico sin miedo y sin consecuencias.

Reestructuración cognitiva.

Se trata de una técnica que consiste en la identificación y confrontación de los pensamientos que causan la ansiedad anticipada. Los cuales, generalmente, son los que ocasionan los sentimientos de miedo.

Tratamiento farmacológico.

Cuando la fobia altera la función normal de las actividades cotidianas de la persona, además de las técnicas terapéuticas, se requiere tratamiento farmacológico.

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