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Ansiedad en niños con altas capacidades

Elena Garcia Psicologia Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 25 de octubre de 2021

La ansiedad puede ser definida como una respuesta fisiológica, la cual pueden experimentar todos los seres humanos. No existe diferencia en el estado de ansiedad que presentan los adultos y niños con altas capacidades, y la ansiedad mostrada por las personas o niños sin estas capacidades. Esto quedó demostrado en un estudio realizado por la Doctora Dolores Valdés.

En ese sentido, este estudio representa una premisa fundamental donde queda demostrada la no exclusividad de la ansiedad para un determinado grupo. Sin embargo, esta se exponen en este post orientada a los niños con altas capacidades.

La ansiedad en las Altas Capacidades

Es importante desde muy temprana edad que los padres y maestros detecten a los niños con altas capacidades. Esto con la finalidad de estimularlos para que desarrollen su potencial a la máxima expresión. Si esto no ocurre, estos niños pueden llegar a  presentar problemas de conducta, entre los cuales se tienen:

  • Pasividad: con este comportamiento, el niño se aísla del mundo exterior, para así crear un mundo irreal o de fantasía, donde no existe el contacto social. Aquí el niño se retrae, o es reacio a establecer comunicación con el resto de las personas. Además, no se defiende ante los insultos o violencia de los cuales puede ser objeto por parte de otras personas.
  • Agresividad: aquí el niño se vuelve indispuesto a seguir las reglas establecidas socialmente. El niño puede dar muestras de violencia verbal y física. Con este tipo de comportamiento, es evidente que el niño bajará sus calificaciones en la escuela. En muchas ocasiones, hasta podría llegar a sufrir trastornos psicológicos que no le permitan rendir en sus actividades académicas, debido a la falta de interés.

Cuando estos problemas de conducta se suscitan, pueden aparecer en el niño trastornos psicológicos, tales como torpeza psicomotora, sensación de aislamiento, inseguridad, ansiedad o depresión, entre otras. 

Todas las emociones se presentan en el niño cuando este siente que sus intereses son distintos al del resto de sus compañeros. Además, estos rasgos pueden acentuarse de acuerdo al nivel de sus habilidades intelectuales.

Es importante señalar que los problemas más agudos generalmente se suscitan a los 11 años. Los síntomas que se observan al respecto, son:

  • Falta de interés por las actividades escolares
  • Mal comportamiento en la escuela
  • Autoestima baja
  • Actitud negativa en la escuela

Ante tal comportamiento, los profesores se sienten intimidados por la elevada capacidad de observación que presenta el niño, además de la gran capacidad analítica y un cuestionamiento constante de todo. 

Estos casi siempre, en clase, se adelantan a las explicaciones de los profesores, ya que necesitan un ritmo superior al empleado por el docente. Ante la hiperactividad presentada por el alumno, el profesor suele carecer de herramientas para afrontar las inquietudes de estos chicos.

¿Qué podemos hacer?

Una de las cosas que debes hacer si tienes un hijo con altas capacidades intelectuales, es vigilar su conducta poco habitual. Por ejemplo, si este presenta una exacerbada preocupación por asuntos insignificantes y que, además, puede anticiparse a los peligros con mucha frecuencia sin que estos realmente supongan una amenaza real, podría estar generándose en él una respuesta ansiosa desadaptativa.

Por tal razón, será fundamental que agudices tu observación en casa y, además, avises de estos síntomas a la escuela donde asiste.

Comportamientos no habituales

Entre los comportamientos no habituales que podría presentar tu hijo antes de ir a la escuela, se encuentran los siguientes:

Tics nervioso

  • Fuerte parpadeo
  • Carraspear hasta llegar a producir irritación en la garganta
  • Tensión en los dientes

Chupar o morder

  • Morder las gafas
  • Chupar los cuellos y las mangas de las camisetas
  • Morder las cremalleras hasta dañarlas
  • Morder y chupar la funda de los bolígrafos

Estados emocionales alterados

  • Estar casi siempre molesto y enfadado
  • Ganas constantes de llorar
  • Presentar mal humor
  • Evitar a la gente
  • Excesiva preocupación
  • Tensión corporal

Cambios de rutinas

  • Presenta alteraciones del sueño
  • Pérdida del apetito
  • Olvida hacer sus deberes 
  • Desgano para jugar

Somatiza en su cuerpo

  • Presencia de dermatitis
  • Presencia de cólicos, diarreas y dolor de barriga
  • Pueden sudarle las manos

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