Buscar

El tratamiento estético que previene la aparición de arrugas y elimina las existentes: ¿en qué consiste la toxina botulínica?

Barberá Clinic Actualizado: 2 de febrero de 2022 Publicado: 29 de diciembre de 2021

Dentro de la medicina estética, encontramos numerosos tratamientos: rellenos, hilos tensores, radiofrecuencia, láser… Y, entre ellos, uno de los que más destaca es la toxina botulínica. 

Quizás por este nombre no lo reconozcas pero, ¿te suena el bótox? Apuesto a que sí. Y es que ambos nombres hacen referencia a lo mismo. 

Si quieres conocer más acerca de la toxina botulínica, qué es, sus beneficios, cómo es el procedimiento… ¡Sigue leyendo! A continuación, te lo contamos. 

Qué es y cuál es su objetivo

Esta es una sustancia que paraliza la función del músculo del área en que se aplica. Quizás no lo paraliza en su totalidad, pero al menos sí disminuye su actividad. Y esto, ¿para qué sirve? Principalmente, para prevenir la aparición de arrugas, pero también para difuminar las que ya han aparecido. 

Las arrugas, al fin y al cabo, son consecuencia de la contracción de los músculos del rostro por los gestos que hacemos: cuando sonreímos, fruncimos el ceño…Todos ellos de forma inconsciente. 

En definitiva, lo que hace la toxina botulínica es rejuvenecer el rostro.

Quizás te estás preguntando por qué toxina botulínica o bótox. “Botox” es el nombre de la primera marca que comercializó esta sustancia o toxina, por ello se conoce habitualmente por ese nombre. 

Aunque el objeto habitual de este tratamiento es estético, hay casos en que la toxina botulínica trata patologías que encontramos en los párpados. Por ejemplo, el blefaroespasmo o ptosis. 

Cuándo y dónde se aplica

Hay algunos tratamientos estéticos, como los hilos tensores, que se pueden aplicar en todo el rostro. Pero este no es el caso del bótox, que solo puede utilizarse en la mitad superior de la cara. Lo más común es tratar las siguientes áreas:

  • El entrecejo
  • La frente
  • Las patas de gallo

De todas maneras, cabe la posibilidad de aplicarlo en todo el rostro, pero no es el caso de todo el mundo. Para conocer si puedes utilizar toxina botulínica en toda la cara, has de someterse a un análisis clínico. 

Como hemos comentado, el bótox no solo suaviza las arrugas existentes, sino que también puede impedir la aparición de las futuras. Es por ello que su uso está de moda entre las personas jóvenes.

Hace años, la toxina botulínica se aplicaba solo en personas más adultas, con arrugas ya más que formadas. Pero ahora, por el exhaustivo conocimiento que existe acerca de estos tratamientos, ha llegado a los jóvenes adultos

Es entonces cuando el bótox pasa a llamarse baby botox. En este caso, se someten a ello personas de entre 28 o 30 años, para frenar la aparición de arrugas. Es decir, es un tratamiento precoz. 

El baby botox no se aplica de igual manera que el bótox regular, puesto que la toxina botulínica se aplica en pequeñas cantidades. Además, gracias a la reducción de la dosis, el rostro mantiene una expresión natural, solo que revitalizada y con una piel más uniforme.

El procedimiento

Antes de someterse a un tratamiento de toxina botulínica, hay que hacerse un examen previo, donde un médico estético analiza la piel del rostro. En este momento, si se va a continuar con el procedimiento, se toman fotografías, para ver la evolución, el típico montaje de “antes y después” que tanto nos gusta ver. 

El tratamiento se lleva a cabo en la consulta del especialista, y no es habitual que se requiera pasar por quirófano. Solo en casos muy especiales. 

Se aplica anestesia para que no haya molestias por las inyecciones y, posteriormente, se introduce la toxina botulínica en la piel, en pequeñas dosis, en las zonas que se quiere tratar. 

Hay que tener en cuenta que los resultados definitivos se pueden observar tras unos 4 días tras el procedimiento. Y, además, duran entre 4 y 6 meses. Aunque todo depende del paciente y sus características, eso está claro. 

También hay que destacar que son muy pocas las veces que surgen complicaciones o efectos secundarios. En todo caso, serían leves a la vez que infrecuentes: dolores de cabeza, hematomas, inflamación…

Profesional
destacado

Ver perfil

  • Contactar por correo

  • Llamar por teléfono

Si eres autónomo o tienes una empresa

Date de alta gratis

Más artículos sobre Belleza