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La manicura es el tratamiento de belleza para uñas y manos que se puede realizar o bien en casa o bien en un salón de belleza. Esta técnica busca cuidar y embellecer tanto las manos como las uñas, aportando un aspecto bonito, limpio, cuidado y suave.
Hacerse una manicura es muy beneficioso, ya que ayuda a que las uñas se mantengan en perfecto estado, siendo un complemento perfecto para el look que lleves. Además, en caso de tener una anomalía en la uña, alguna imperfección o malformación, estos tratamientos permiten disimular y ocultarlas.
La manicura también mantiene las uñas sanas, donde pueden surgir problemas que van más allá de lo estético. También se hace mucho hincapié en la higiene de esta área del cuerpo.
Pero dentro de las manicuras hay numerosos tipos, los cuales debes conocer para elegir cuál se adapta mejor a ti, a tus gustos y necesidades. Estos son algunos:
En este artículo, ponemos el foco en la manicura rusa, que se hace con un torno y diferentes fresas, a diferencia de los otros tipos de tratamientos de este estilo, que emplean las herramientas manuales habituales.
¿Quieres descubrir en qué consiste la manicura rusa y en qué se diferencia de la manicura tradicional? ¡Sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
La manicura rusa es una de las más demandadas actualmente, debido a sus increíbles resultados. Como hemos adelantado, desde un punto de vista técnico se hace en torno. Se busca una limpieza profunda de la uña, hasta el punto de quitar toda la cutícula.
Utilizan distintas brocas o fresas, y se retira la cutícula suavemente, aplicando el esmalte lo más cerca posible de la misma, obteniendo mejores resultados. Además, gracias a esta técnica la manicura durará más tiempo, permitiendo que puedas lucir el tratamiento durante casi un mes.
Se trata de uno de los tipos de manicura más difíciles, por lo que solo deben hacerlo profesionales. Es un trabajo muy meticuloso, tanto por usar el torno como por necesitar la precisión necesaria para limpiar adecuadamente la superficie.
Lo más habitual es que la manicura clásica dure 10 días como máximo, mientras que esta se mantiene intacta durante, al menos, tres semanas. Esto supone una enorme ventaja, puesto que hacerse la manicura habitualmente daña la uña, impidiendo su buena conservación.
Sin embargo, hacerse una manicura rusa supone que la uña se endurezca más, conservándose mejor así.
Que retirar las cutículas sea malo, es un mito. Si la manicura se hace correctamente, de la mano de los profesionales y herramientas adecuadas, no se va a dañar la uña. Además, hay quien no confía en la limpieza que hacen en los salones de belleza al realizar una manicura rusa, pero esto no tiene por qué suponer un riesgo para la salud de las uñas.
Cuando nos hacemos una manicura, hay que elegir si queremos esmaltado normal, semipermanente o permanente. En función del que escojamos, el resultado del tratamiento durará más o menos. Pero, ¿podemos elegir el tipo de esmalte cuando nos hacemos la manicura rusa?
Lo cierto es que sí. Podrás elegir entre esmaltado normal y permanente, así como también puedes hacer una manicura rusa en uñas acrílicas o en gel. Lo más habitual es escoger el esmaltado permanente, ya que la manicura durará mucho más tiempo que con las otras opciones.
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