Causas de suicidio, ¿cómo prevenirlo?

Albert Camus comienza así su ensayo “El mito de Sísifo”: “No hay más que un problema verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena de vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”  

El suicidio es una de las tres primeras causas de muerte en los países occidentales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se suicidan en el mundo 800000 personas, y en los últimos 45 años las tasas de suicidio se han incrementado en un 60 %. 

Según los últimos datos publicados en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 3539 personas perdieron la vida por suicidio ese año. Cada año en España hay casi el doble de muertes por suicidio que por accidentes de tráfico (en 2018, 1806 según datos de la Dirección General de Tráfico). Y por cada suicidio consumado, hay veinte personas que lo intentan.

Con estos datos, es claro que el suicidio es un problema de salud pública y un problema social, además de una decisión personal como señala Camus al inicio de su ensayo. 

Causas y motivos de los suicidios

Las causas por las que una persona decide quitarse la vida son múltiples, este es un fenómeno complejo que entrelaza varias dimensiones: social, cultural, familiar, psicológica. 

Cuando las condiciones socioeconómicas son peores y nos encontramos, como ahora, con crisis globales, el riesgo de suicidio aumenta. 

Quizá deberíamos hablar de “suicidios” en vez de “suicidio”, porque los motivos que llevan a tomar esta decisión son diferentes y, podemos decir, algunos no se llegan a descubrir por más que investiguemos y realicemos “autopsias psicosociológicas”. 

Cómo prevenir el suicidio

Pero el suicidio se puede prevenir, visibilizar este problema es el primer paso para prevenirlo, hablar de esta realidad es clave para poder mitigar el sufrimiento generado. Empezar por conocer la realidad del problema y trabajar en la mejora de condiciones socioeconómicas es el comienzo de la prevención del suicidio. Todos podemos ser agentes de prevención y, de alguna manera, todos podemos responsabilizarnos de prevenir el suicidio, por más que la decisión sea personal.

Cuando hablamos de prevención del suicidio, estamos hablando de cómo podemos identificar factores como la ideación de muerte, malestar hacia la vida, pensamientos de quitarse la vida, planificación para realizar el acto, sufrimiento y dolor tanto físico como psicológico, tentativas de suicidio, letalidad de los intentos, factores de riesgo y factores de protección, … 

La soledad, la falta de recursos económicos, de apoyo social, psicológicos, son factores que nos pueden llevar a sospechar un incremento en el riesgo. Detrás de una tentativa de suicidio hay un gran sufrimiento, una perspectiva constreñida de las posibilidades (visión en túnel), un sentimiento de desesperanza y un impulso a realizar el acto. 

Muchas veces, sin embargo, existe ambigüedad entre los deseos de vivir y de acabar con el sufrimiento que se puede explorar para generar nuevas alternativas. Acompañar a la persona, escuchar plenamente su sufrimiento, explorar con ella estrategias y opciones puede ser útil. 

A veces los problemas sí tienen solución, y con un interlocutor es más fácil poder vislumbrar algunas de ellas. Tratar el dolor físico, las enfermedades y los trastornos son alternativas válidas en ocasiones. La percepción que las personas tienen de su situación puede cambiar, y se puede volver más favorable o más llevadera. A este respecto, el trabajo para aumentar la sensación de control de la persona y la percepción de autoeficacia puede ayudar. 

El diálogo que permite plantear nuevos sentidos a la existencia, explorar y preguntarse por motivos para hacer que la vida merezca la pena puede ser también una forma de construir puentes hacia la decisión de seguir viviendo. La coherencia, vivir los propios valores y la construcción de metas pueden ayudar en esta construcción de significado.