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¡No puedo vivir sin ti! Como gestionar las relaciones de dependencia emocional

Cristina Sanchez Psicologia Actualizado: 16 de febrero de 2022 Publicado: 27 de diciembre de 2020

Cuántas veces hemos oído frases como: No puedo vivir sin ti, sin ti no soy nadie, si me dejas me muero. Observamos en nuestro entorno o en nosotros mismos/as personas con miedo a estar solas, que enlazan siempre una relación con otra sin llegar a estar sin pareja, que buscan desesperadamente estar en pareja para sentirse completas, como en la metáfora de “buscar tu media naranja”, en la que creemos poder completarnos a nosotros mismos con otra persona que también busca completarse poniendo en el otro lo que debe venir de nosotros mismos “siendo una naranja entera”

Y sobre todo esas experiencias que tan de cerca hemos vivido cuando no se puede dejar una relación o a una pareja, aunque se sepa que no se es feliz o que no nos aporta lo que realmente esperaríamos de una relación sana y recíproca.

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es una dificultad presente en muchas personas, por la que se busca que, por medio de relaciones íntimas, de pareja o de amistad, otras personas cubran las necesidades de las que uno carece, y que para tener una actitud sana se deben cubrir por uno mismo, por lo que se crean relaciones de sufrimiento y ansiedad en las que se siente que se necesita al otro y aparece la dependencia.

Esta actitud se basa normalmente en una baja autoestima y unas necesidades de cuidado, protección, valoración y autonomía no cubiertas en la infancia y no aprendidas adecuadamente durante el crecimiento y desarrollo de la persona.

Cuando en una relación de pareja existe dependencia emocional es común encontrar que ambas personas vulneran límites de uno mismo y del otro, no respetando aquello que debe estar presente en toda relación sana: Aceptación, Amor, Respeto y Confianza.

Dificultades que desencadenan relaciones de dependencia emocional

Las dificultades que originan la dependencia emocional vienen de los aprendizajes que hacemos en nuestro entorno desde que nacemos y según nos vamos desarrollando como personas.  Por ello me parece muy útil la teoría de Los Apegos de Bowlby y Ainsworth, en la que explican, que según la forma en las que nos aportan las necesidades básicas, de cuidado, protección, seguridad, estima y aceptación, nuestras figuras de cuidado principales (padres, madres, familia adoptiva, familiares cuidadores y tutores) en nuestra primera infancia y niñez, así aprenderemos a relacionarnos con otras personas y se ve reflejado también en la vida adulta en diferentes relaciones personales y búsqueda de pareja.

Tipos de apego:

  • Apego seguro: Se da cuando la o las figuras de apego están disponibles para cubrir las necesidades del bebé, permitiendo que la persona se desarrolle con sensación de seguridad y confianza, con autonomía, autoestima sana y relaciones equilibradas.
  • Apego ansioso y ambivalente: Se da cuando las figuras de apego están disponibles sólo en ocasiones, se aprende a sentir desconfianza e inseguridad, aparece un fuerte miedo al abandono y una necesidad de control y petición de pruebas de amistad o fidelidad. Es el tipo de apego más relacionado con la Dependencia Emocional.
  • Apego evitativo: En este caso, las figuras de apego no están disponibles para cubrir las necesidades del bebé y la persona crece aprendiendo a no depender de nadie y con gran evitación de las relaciones íntimas, pueden aparentar seguridad e independencia, pero en realidad existen muchas inseguridades y sufrimiento.
  • Apego desorganizado: Las figuras de apego son negligentes llegando a actitudes de maltrato, se combinan las actitudes del apego ansioso y el ambivalente, siendo personas con relaciones muy conflictivas y gran dificultad de control emocional.

Otro factor muy importante a tener en cuenta en las relaciones de Dependencia Emocional son los Roles que adopta cada uno de los miembros de la relación, ya que ambos están metidos en esa relación de dependencia y de necesitar al otro para creer que completan sus necesidades, pero siempre se da de una forma complementaria, para poder incluir todos los tipos de relaciones de codependencia lo he llamado rol de fuerte y rol de débil, éstos son algunos ejemplos de estos roles complementarios en las relaciones personales o de pareja:

FUERTE DÉBIL
ProtectorProtegido
Rol de Padre/MadreRol de Hijo/Hija
MaltratadorVíctima
DominanteSumiso

Superación y prevención de la dependencia emocional

En éste apartado se diferencia entre superación y prevención porque el objetivo final es que la persona reconozca sus carencias emocionales y se reconstruya para poder cubrirlas por sí misma, y así a nivel terapéutico, lo que se suele encontrar es personas inmersas en relaciones de dependencia o que acaban de salir de ellas y que arrastran un gran sufrimiento, por lo que primero deben desconectar de esos comportamientos dañinos que ejercen en esas relaciones vividas y mientras se van fortaleciendo aprender a tener relaciones más sanas para que éste hecho no se repita

Existen varias estrategias o acciones que se pueden trabajar encaminadas en la dirección del fortalecimiento personal y la autonomía emocional:

  • Reconocimiento y concienciación sobre la relación de dependencia, entendiendo cómo funciona la dependencia emocional y el sufrimiento que nos produce, además de la sensación de necesitar al otro manteniendo el sufrimiento, suele existir una dificultad de romper por el tiempo invertido e inversión construida en común…
  • Evitar la repetición de patrones analizando si hay roles similares en las diferentes relaciones.
  • Afrontar el síndrome de abstinencia, ya que aparece una adicción por el otro y la relación conflictiva se mantiene con constantes rupturas y reconciliaciones o necesidad de verle o controlar lo que hace en su vida, manteniendo la adicción y el sufrimiento.
  • Concienciación sobre la adaptación progresiva en la que vamos normalizando actitudes de cruce de límites personales propios o del otro, o acciones cada vez más desproporcionadas de celos o control. Estas acciones comienzan a un nivel bajo y van aumentando progresivamente lo que hace que se normalicen cada vez niveles más altos de invasión al otro y comportamientos más dañinos sin ser conscientes de la gravedad.
  • Trabajar la autoestima: Valorarte y cubrir las propias necesidades, reconociendo la propia valía qué buscabas en los demás para aprender a conseguirlo de forma autónoma. 

“Si yo no me quiero bien, no pediré que me quieran como me merezco o permitiré que me traten mal”

Lograr la autonomía afectiva para tener relaciones sanas

Ganar autonomía personal y emocional, sabiendo estar solo/a, queriéndose a uno mismo y cubriendo nuestras propias necesidades.

“Ser una naranja entera, que si le aporta algo bueno puede estar con otra naranja o limón o pomelo enteros”

Las personas en relaciones dependientes se aíslan socialmente y tienen necesidad continua del otro, esperando que el otro también les necesite. En cambio, en las relaciones sanas y equilibradas, cada una de las personas tiene espacios independientes y espacios de pareja y está con el otro porque quiere y no porque lo necesita.

“Cuando te quieres a ti mismo/a, estás bien solo/ y, si aparece alguien en tu vida, sólo lo/a aceptarás si suma algo a tu vida, no si resta”.

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