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Resiliencia, ¿cómo la desarrollo?

Descubre nuestros consejos para desarrollar la resiliencia.

A menudo, escuchamos a personas hablar sobre la importancia de tener resiliencia a la hora de responder a los problemas que a veces nos presenta la vida.

Pues, la resiliencia es la capacidad que tenemos de utilizar los recursos que nos rodean y en nosotros para responder con mayor flexibilidad a los desafíos del día a día.

En este sentido, ser resiliente es una oportunidad para demostrarle al mundo cómo podemos desenvolvernos bajo presión y mostrar nuestro verdadero potencial.

Así pues, la mejor manera de desarrollar la resiliencia es incorporar gradualmente hábitos y comportamientos a los que podamos recurrir más fácilmente cuando la vida parece inestable e incierta.

¿Cómo desarrollo resiliencia?

1. Invierte en relaciones de calidad

Las relaciones de calidad con familiares y amigos determinan, en gran medida, la calidad de nuestras vidas.

Por tanto, mantén en tu vida a las personas que valoran lo que tienes para dar y asegúrate de que sepan que las aprecias.

Evita lugares y personas que no te aprecian o que te culpen de sus problemas. Pero no los culpes ni te culpes por sus acciones. No necesitas gustarle a todo el mundo.

2. Conócete a ti mismo

Invierte en conocerte a ti mismo, incluyendo tus fortalezas y defectos. Prueba diferentes cosas para descubrir tus pasiones y descubre qué es lo que te motiva.

Tomarse el tiempo de mirar hacia adentro para reflexionar sobre lo que realmente queremos y valoramos siempre es un tiempo bien invertido.

Puedes hacerte una revisión de salud mental cada mañana haciéndote algunas preguntas simples:

  • ¿Qué estoy disfrutando en mi vida?
  • ¿Cómo me siento hoy?
  • ¿Qué me está molestando?
  • ¿Hago algo para cambiar estos sentimientos?

3. Lidia con tu historial

Todos llevamos un historial de lesiones y traumas emocionales que tienden a acumularse hasta niveles poco saludables cuando no solucionamos su impacto en nosotros.

El impacto de nuestro historial puede aumentar cuando nos vemos abrumados por nuevos eventos, o simplemente por las presiones y el estrés diarios.

Es importante tener en cuenta que, por lo general, solo se puede procesar el trauma de manera efectiva con la consulta de un profesional.

4. Concéntrate en lo que va bien

Fomenta activamente el hábito de notar lo que va bien en su día, en lugar de lo que parece que va mal.

Al decidir conscientemente prestar atención a los eventos positivos, podemos aumentar el balance de días buenos a malos.

Podemos hacer esto apreciando las pequeñas cosas que suceden cada día y siendo agradecidos.

Esto no significa ignorar los eventos negativos, sino elegir dónde focalizar nuestra atención.

5. Pensar en el presente

Aprende a mantener el pasado en el pasado concentrándote en el ‘aquí y ahora‘. Si nos sentimos deprimidos, puede ser que estemos preocupados por nuestros pensamientos del pasado y sentimientos de arrepentimiento o vergüenza.

No dejes que lo peor del pasado dicte tu futuro. Pues, los sentimientos de ansiedad pueden surgir a través del temor de un evento futuro.

Puede ser difícil estar realmente presente, pero puede ayudarte a tomar el control de tu vida.

Resiliencia

6. Ten esperanza

Se necesita coraje para tener esperanza en un mundo que a veces parece tan implacable, pero mantener la esperanza es uno de los remedios más poderosos contra la desesperación.

Detrás de cualquier historia de éxito, encontrarás una serie de fracasos, y es aceptando y aprendiendo de nuestros fracasos que podemos desarrollar una verdadera resiliencia.

7. Encuentra tu lugar feliz

Conectarse con un grupo de personas de ideas afines cultivará un sentido de pertenencia y será una fuente profunda de resiliencia personal.

Para algunas personas, pertenecer a su familia o un grupo de amigos es la respuesta, mientras que otros, descubren que su pertenencia se centra en lugares, equipos, lugares de trabajo, pasatiempos, creencias o causas particulares.

8. La regla de oro

Trata a otras personas cómo le gustaría ser tratado, sé amable y respetuoso, y prepárate para perdonar en lugar de culpar cuando se cometan errores. Pero recuerda que esto también se extiende a ti mismo.

Algunas personas tratan bien a los demás, pero son muy autocríticas hasta el punto de sentirse ineptas e inútiles. Sé amable contigo mismo.

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