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Es innegable que el año 2020 será recordado por el número de pérdidas que han tenido que afrontar las empresas, ya que muchas de ellas llegaron a encontrarse con un patrimonio neto negativo.
Significa que las pérdidas superan el capital social, las reservas y las aportaciones originadas en los últimos tiempos.
Este tipo de situaciones genera una gran repercusión dentro de la sociedad, ya que, como lo indica el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital, la empresa se puede hallar en un momento crítico tendiendo a su disolución.
Sobre todo, en los casos donde las pérdidas llegan a reducir el patrimonio neto a una ínfima cantidad, o a la mitad del capital social. Solo sobreviven si este capital llega aumentar, procurando que su reducción no llegue a los límites negativos, para que no haya necesidad de solicitar la declaración de concurso.
Es decir, aquellas empresas que posean un capital social de 3000 euros, llegado el caso de que las pérdidas reduzcan su patrimonio neto a menos de 1500 euros, el capital social deberá ser restituido.
Otra causa de disolución pudiera presentarse, si ocurre la reducción del capital social colocándose por debajo del mínimo legal, siempre y cuando no sea consecuencia del cumplimiento de una ley.
Para el caso de que el mínimo legal de una sociedad limitada se encuentre en 3000 euros y la empresa dispone de un capital social superior o con suficientes reservas, se podrán reducir las reservas y el capital, a manera de compensar las pérdidas, evitando así la figura de la disolución.
La empresa u organización se puede ver obligada a su disolución en el caso de que las pérdidas superen el capital, para lo cual el administrador deberá convocar a la junta directiva en un plazo establecido de dos meses, partiendo desde la fecha en que se produjo dicha situación. Caso contrario, se podrá declarar responsable de las deudas que lleguen a derivarse.
El proceso conduce a que, si la empresa llegara a generar un patrimonio neto negativo, no solo tendría la obligación legal de resolver, sino que, ante esta compleja situación patrimonial, conformada por una serie de variables, no contará con un balance equilibrado que pueda presentar ante las entidades financieras, lo que traerá como consecuencia la no renovación de las líneas de financiación de circulante. Suspendiendo de inmediato el seguro de responsabilidad civil.
Cuando un empresario afronta este tipo de situación, lo más expedito es aumentar su capital y, si no cuenta con activo suficiente para hacerlo, lo recomendable seria presentar concurso, haciendo alusión a lo siguiente:
La sociedad de capital tiende a disolverse:
Por lo demás, en el momento actual, donde las crisis económicas han logrado emerger ante la aparición de la pandemia, muchas empresas afrontan con aplomo y moderación el hecho de que su balance contable presenta una situación de patrimonio neto negativo.
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