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Es posible que hayas oído hablar de la palabra outsourcing, tan famosa a día de hoy. Es un término que proviene del inglés y se refiere a la externalización de los servicios. Pero, ¿por qué se lleva a cabo?
Principalmente, el objetivo es reducir el volumen de trabajo interno, crecer y aumentar la productividad de la empresa. Como ves, tiene numerosas ventajas cuando se lleva a cabo adecuadamente.
Servicios de outsourcing hay muchos, pero en este artículo vamos a poner el foco en el outsourcing legal, es decir, la externalización de los servicios jurídicos. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
Las empresas cada vez están más especializadas en su materia, gracias a las nuevas tecnologías. Si bien es cierto que esto supone infinitas ventajas para los negocios, surge algún que otro inconveniente. Por ejemplo, ¿quién realiza las tareas que nada tienen que ver con el sector al que pertenece la empresa?
Vamos a imaginarnos una empresa que vende papel: la mejor en su sector, con comerciales capaces de vender papel incluso a un árbol y unos ingresos que toda su competencia envidia. Pero, ¿quién se encarga de la limpieza? ¿Y de los recursos humanos? ¿O de las tareas administrativas?
De acuerdo, está la posibilidad de contratar a otro trabajador para que lleve a cabo estas tareas. ¿Pero quién le forma? Esta empresa y sus empleados saben de vender papel, pero no saben de recursos humanos ni de tareas administrativas, así que el empleado sería autodidacta, lo que puede tener repercusiones catastróficas para la empresa.
Es por ello que surge este concepto: outsourcing o externalización. La empresa subcontrata a terceros, que pueden ser bien trabajadores individuales o bien una empresa que contrate a quienes vayan a realizar las tareas o actividades.
La externalización de los servicios da la posibilidad de ahorrar costes, tener acceso a mejores tecnologías y técnicas y, en consecuencia, aumentar la producción de la empresa.
Es decir, se sustituyen las operaciones rutinarias (administración, recursos humanos, limpieza y un largo etcétera) para obtener una mayor rentabilidad, puesto que los trabajadores solo tendrán que centrarse en su trabajo.
Hemos comentado algunas ventajas de la externalización de los servicios, pero va más allá. Otras muchas son:
Ya comentábamos que hay infinidad de servicios que se externalizan y, probablemente, cada vez vayan surgiendo más. Entre ellos, encontramos:
En este artículo, ponemos el foco en la externalización de los servicios jurídicos, que también podemos denominar como outsourcing legal. Como pasa en el resto de servicios de externalización, es una herramienta que permite la especialización del trabajo. Hace que los trabajadores de una empresa lleven a cabo las tareas para las que están capacitados.
En inglés, esta práctica recibe el nombre de Legal Process Outsourcing, que también se conoce por sus siglas, LPO. En España esta externalización no está tan extendida como en los países anglosajones, donde llevan poniéndose en práctica desde hace ocho años.
Hay que tener en cuenta que cada cliente es un mundo, por lo que tendrá unas necesidades diferentes. Así que las funciones dependen de cada caso. De todas formas, suelen ser las siguientes:
Los abogados externalizadores deben tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de ofrecer sus servicios otra empresa, según indica el Consejo de la Abogacía Europea (CCBE):
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