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Cada vez son más los tratamientos estéticos existentes, sobre todo para el rostro. Pero no solo es importante el tratamiento en sí o los resultados, sino que también hay que prestar importancia al diagnóstico previo.
Pero, ¿cómo llevarlo a cabo? Existe el Digital Scanning System, conocido por sus siglas DSS. Se trata de un diagnóstico que, a partir de unas imágenes, crea una evaluación de la piel.
Si quieres saber más sobre este proceso de diagnóstico, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
Este análisis facial múltiple se realiza a través de tres tipos diferentes de fuentes de luz. Por un lado, encontramos la luz normal; por otro, la luz polarizada; y, por último, la luz ultravioleta (UV).
La luz normal no requiere explicación, pero las demás quizás sí. La luz polarizada es aquella que vibra en un solo plano, mientras que la luz que se emite normalmente es el conjunto de ondas luminosas que vibran en todas las direcciones.
Y la luz ultravioleta es un tipo de radiación electromagnética formada por ondas más cortas que la luz que puede captar el ojo humano. Esta, además, es un componente natural de la radiación solar.
Gracias a estos tres tipos de luces, se puede ver qué tratamiento necesita cada paciente. Es decir, los profesionales que lleven a cabo este Digital Scanning System podrán identificar, así como localizar, las zonas que necesitan tratamiento.
No solo esto, sino que también se podrá observar qué áreas tienen un peor estado y cuáles están dañadas.
Como adelantamos previamente, el DSS es una evaluación cuantitativa de la piel que se hace a través de unas imágenes o fotografías. Pero, en estas imágenes, ¿qué analiza? Lo siguiente:
Muy a menudo, cuando tenemos en mente someternos a un tratamiento facial, no reparamos en la importancia del diagnóstico previo. Acudimos a las clínicas buscando micropigmentación, mesoterapia facial, hilos tensores, radiofrecuencia y un largo etcétera de tratamientos de la piel existentes hoy en día.
Pero no se puede hacer un tratamiento sin antes conocer el estado de la piel. De lo contrario, puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Es por ello que lo óptimo es que la primera fase, antes de cualquier tratamiento estético, sea el diagnóstico de la piel. Es así como se conocerán sus necesidades y se tratará de forma adecuada.
Lo primero a la hora de hacer un diagnóstico de la piel, por ejemplo, el Digital Scanning System, es crear una ficha del cliente. Es ahí donde recogeremos su información personal, como la edad o los hábitos, además de toda la información que aporte el análisis facial.
Este apartado consiste en unas preguntas personales, por lo que es un paso de lo más sencillo. La ficha personal, al terminar el diagnóstico, tiene que estar muy detallada.
Una vez tenemos los datos de los clientes, se lleva a cabo un examen, tanto visual como táctil. Es entonces cuando se percibe lo ya mencionado anteriormente, como flacidez, manchas o lesiones faciales.
En el caso del Digital Scanning System, se utiliza aparatología para dar luz normal, luz polarizada y luz ultravioleta. Es gracias a estas que el diagnóstico será más preciso, puesto que se analizan las capas más profundas y se obtienen más y mejores datos.
Si bien es cierto que, tanto el examen visual como el táctil permiten ver el estado de la piel, es gracias a la aparatología que se conoce mejor cuál es el tratamiento que la piel del cliente necesita.
Una vez se han recogido todos los datos del cliente, a través de las preguntas, el examen visual y táctil, y la aparatología, se propone un tratamiento. En ocasiones, es más de un tratamiento. Esto es en función de cada caso, puesto que hay algunos más adecuados que otros.
Lo ideal es hacer un plan de acción, una estrategia, para los clientes. Es entonces cuando se establece qué tratamiento o tratamientos necesita, cuáles son los productos que requiere su piel en caso de hacerlo…
Pero no solo esto, sino que hay que hacer un seguimiento. Casi tan importante como lo previo al tratamiento, como es el DSS, es lo posterior. Es gracias a este seguimiento que se observarán los resultados y, en caso de necesitar cambios en el tratamiento o productos, se llevarán a cabo.
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