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Los cambios automáticos surgieron hace 50 años para darnos comodidad y, hoy en día, han evolucionado con creces, dándonos las mejores prestaciones, con buenos mantenimientos y el mínimo consumo.
Aunque es posible que sigas pensando en los cambios automáticos como un mecanismo lento y tedioso. Esto es por el medio siglo en que no se avanzó nada en absoluto en las cajas de cambios de este tipo.
Dentro de las cajas de cambio automáticas existen muchos tipos. Actualmente, todas son muy buenas pero, ¿cuál es la mejor?
Hace unos años, la duda era si elegir manual o automático. Ahora, con la innovación tecnológica en este sentido, el dilema está en por qué clase de automático optar.
Este tipo de cajas de cambio automáticas son las más demandadas en el mercado. Están formadas por un sistema de engranajes anticipados y un doble embrague, de ahí su nombre.
Además, se caracteriza por poder transicionar las marcas sin interrumpir el flujo de potencia. Es por ello que su uso resulta imperceptible.
Aúnan las ventajas de los sistemas manuales con las de los automáticos: menor consumo pero comodidad al conducir; dinamismo a la par que facilidad de uso.
No tanto como las anteriores, pero sí son un tipo muy destacado en el sector. La característica principal que tiene es que se trata de una caja de cambio manual, pero con una peculiaridad: tiene un embrague electrónico.
La manera que tiene de gestionarse ese embrague es a través de una centralita. Por medio de elevadores eléctricos y/o hidráulicos, se sustituye el pedal de embrague y la palanca de cambios.
Con un calculador electrónico se calcula cuál es el momento óptimo para cambiar de marcha, sincronizando todas las operaciones necesarias.
Pero no solo esto, sino que las cajas robotizadas dan la posibilidad al conductor de cambiar al modo manual, para que elija la marcha que crea conveniente.
Unos años atrás, estas cajas daban una potencia muy limitada a los vehículos. Es por esta razón que se ha introducido, electrónicamente, un gestor con entre 6 y 8 velocidades. De este modo, se sitúa al mismo nivel que los cambios automáticos habituales.
El CVT lo forman dos poleas con diámetros diferentes, cada una con dos conos que se acercan o alejan según el giro del motor. Entre ellos, se sitúa una correa.
Las cajas automáticas con convertidor de par son sistemas formados por varios elementos. Uno de ellos es un convertidor de par que hace de enlace entre la caja de cambios y el motor. Un tiempo atrás soportaban 3 o 4 velocidades pero, en la actualidad, llegan a 6.
Y, ¿por qué se compone el convertidor de par? Este está formado por una bomba unida al motor, unas acanaladuras en forma de aspa y un reactor o extractor, todo ello dentro de un recipiente hermético.
Si aún tienes dudas sobre si elegir cambio manual o automático, porque el manual es más barato, has de conocer sus características para tomar la decisión final.
Las marchas en el cambio manual se introducen por medio de una palanca de cambio que, por unos cables, mueve unas piezas, que son las responsables de engranar las marchas. Cuando cambies de marcha, tendrás que pisar el embrague.
Se trata de una solución ligera, compacta y eficiente, en el sentido de que consume menos, pero es incómoda. Y lo suelen tener el 75% de los modelos de los coches de Europa.
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