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¿Necesito usar plantillas para los pies?: 8 claves en las que te tienes que fijar

¡Descubre qué son las plantillas, para qué sirven y cómo saber si las necesitas!

El Niño Global Actualizado: 20 de marzo de 2024 Publicado: 11 de marzo de 2022

Seguramente hayas oído hablar de las plantillas para los pies, que reciben el nombre de plantillas ortopédicas. Son dispositivos médicos que se colocan en el interior del zapato para corregir los problemas en la pisada.

Pero, ¿sabes si necesitas usar plantillas para los pies? Se trata de algo que pasa desapercibido en nuestro día a día, por lo que quizás nunca te has parado a pensar si tienes esa necesidad. 

Es por eso que, en este artículo, resolvemos todas tus dudas. ¿Quieres descubrir si tienes que utilizar plantillas ortopédicas? Si es que sí, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos. 

Las plantillas para los pies, ¿qué son?

Las plantillas para los pies son soportes que tienen forma de lámina y se colocan en el calzado, por debajo de la planta del pie. Su finalidad es corregir patologías y aliviar el dolor a corto, medio y largo plazo. Pero, como veremos más adelante, las plantillas ortopédicas van más allá. 

Estos soportes mejoran la calidad de vida de quienes las necesitan, ya que incrementan el confort. Lo que hacen es distribuir correctamente la carga de nuestro peso, controlar la estabilidad, corregir la evolución de patologías y aliviar molestias. 

Pero no solo esto, sino que también sirve para prevenir lesiones. Hay que tener en cuenta que nuestros pies son la base de todo lo demás, por lo que problemas en esta parte del cuerpo se pueden traducir en impactos en el resto de articulaciones, como en la cadera, las rodillas o los tobillos. 

Los objetivos de las plantillas ortopédicas

Debido a alteraciones biomecánicas, puede haber zonas de sobrecarga, y las plantillas sirven para descargar estas zonas. También sirven para corregir deformidades, por ejemplo pies planos o metatarsalgias. 

Otros beneficios adicionales de esta herramienta son aportar confort o inmovilizaciones después de una operación quirúrgica. Distribuye correctamente las presiones plantares y palian las dismetrías y el posible dolor causado por diferentes patologías. 

¿Necesitas plantillas?

Hay un par de preguntas muy útiles para empezar a plantearse si necesitas plantillas en los pies o no: ¿te duelen los pies al andar?, ¿tienes sensación de cansancio en los pies? Si una de las dos preguntas han obtenido un “sí” como respuesta por tu parte, es posible que necesites utilizar plantillas. 

Aun así, no te olvides de acudir a la consulta de un profesional de la podología para que este te indique si realmente las necesitas o no. Pero encontramos otras “pistas” que podrían traducirse en necesitar plantillas ortopédicas:

  • Dolor constante en la planta del pie
  • Cansancio continuo en la planta del pie
  • Una pierna más larga que otra
  • Malestar general en el pie, por mucho que descanses
  • Patologías, por ejemplo:
    • Pie plano
    • Pie valgo
    • Pie diabético
    • Espolón calcáneo
    • Metatarsalgia plantar
  • Profesiones que consistan en muchas horas de pie
  • Inflamación en las rodillas o tobillos
  • Pisada asimétrica

¿Cómo elegir la mejor plantilla para los pies?

Si finalmente necesitas plantillas ortopédicas, no te sirve cualquiera. Y es que hay diferentes tipos de plantillas, para cada tipo de pie, según sus características, necesidades, etc. Hay una serie de pasos a seguir cuando queremos escoger la plantilla para el pie que más se adapte a nuestra situación:

  • Anamnesis, que es el proceso de la exploración clínica que se lleva a cabo a través de un interrogatorio, conociendo las dolencias actuales, los elementos familiares que pueden ser determinantes, los factores ambientales o personales relevantes, etc. 
  • Pruebas físicas, por ejemplo se valora la pisada o se estudia la marca
  • Prueba de presiones en dinámica
  • Prueba de presiones en estática
  • Estudio biomecánico estático y dinámico 
  • Se analiza la actividad física del paciente, si hace deporte, si utiliza un calzado especial en el trabajo, durante cuánto tiempo está de pie, durante cuánto tiempo está andando…
  • Se hace un diagnóstico final determinante

De todas maneras, puedes hacerte una idea de tus necesidades antes de acudir al profesional especialista. Y es que tu calzado dice mucho de tu pie y de lo que necesitas. Un desgaste normal sería que la suela del zapato estuviera más erosionada por un lado. 

Pero hay otro tipo de desgastes, el desgaste en varo y el desgaste en valgo. El primero sería si tu zapato tiene más desgaste en la zona derecha de su suela y si el calzado en sí está desplazado hacia ese lado. 

El segundo, el desgaste en valgo, es lo mismo pero en la dirección contraria, con suela desgastada en el lado izquierdo y deformación del calzado hacia la izquierda. 

También puedes hacer tú un estudio de la marcha, atendiendo a la parte que más peso soporta al caminar. Choque al talón es si apoyas más el talón; apoyo medioplantar es si apoyas más casi toda la planta, pero hacia un lado; y despegue, si apoyas más la punta del pie y los dedos. 

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